martes, 30 de noviembre de 2021

189. Temporales de años idos (6)

Continúa la crónica del corresponsal portuense:

La carretera de San Felipe, reconstruida pocos años ha, fue en unos 2 kilómetros arrastrada por completo.

Las casas próximas a este barranco (el de San Felipe) fueron todas abandonadas por sus moradores. Estos corrían despavoridos por temor a ser arrastrados por las aguas. Hubo muchas personas que, por estar acostados, cuando se dieron cuenta de su situación huia en trajes menores.

Poco faltó gracias a un pequeño dique y más aún a haberse dividido la corriente en dos vías para que las aguas se introdujeran en el Cementerio Católico y arrastraran con él.

La consternación era grande. Horripilaba oír el ruido que producía el vertiginoso correr de las aguas por los barrancos.

La alarma del vecindario fue indescriptible al anunciarse que parte de la población amenazaba ser inundada por distintos sitios. Casi todos los hogares de la parte Oeste del pueblo y barrio de las Cabezas fueron abandonados, lo que dio lugar a que innumerables personas se congregaran en el edificio del Ayuntamiento. Y la cosa no era para menos: el horrible viento, la lluvia y el correr de los barrancos, la población a obscuras, pues hubo que suspender el fluido, eléctrico por haberse roto varios cables y haber cruces con los telefónicos, parecía que efectivamente, como se anunciaba, el agua principiaba a invadir la localidad, produciéndose con tales augurios gran clamor. La inundación no llegó a verificarte, a Dios gracias.

Los sustos, desmayos y carreras eran cosa corriente por cualquier lado.

Pero cuando el desconcierto llegó a su apogeo fué a la descarga de la tormenta. Los desperfectos son numerosos: en el Thermal Palace las habitaciones traseras destruidas y arrojadas a distancia, grandes árboles arrancados de cuajo (en la Plaza de la Constitución, paseo de Martiánez y carreteras), terrenos de plataneras y otros plantíos destrozados.

Muchas son las casas en que fueron desprendidos en parte o en todo el tejado, quedando desmanteladas. Aun en las de tejas francesa.

Telefónicamente quedó incomunicada la población. Dos días hemos estado sin alumbrado público.

En las afueras hubo casas en que sus moradores tuvieron hasta que resguardarse debajo de las camas, pues el viento había levantado los tejados.

En el Jardín Botánico las plantas sufrieron lastimosos desperfectos, dando por este motivo una impresión triste aquel lugar tan delicioso.

El Gran Hotel Taoro también tuvo destrozos en tabiques derrumbados y las carreteras, por el gran número de árboles derribados, quedaron intransitables hasta el día 5.

A las 11 y media, ya habla amainado el temporal; y, no obstante, infinidad de familias, de las cuales se había apoderado un pánico inmenso, no regresaron a sus hogares hasta las primeras horas del día 4, ante el temor de que se reprodujera la tormenta.

Las autoridades se personaron en los lugares de accidentes. La Cruz Roja prestó un buen servicio, por lo que sus jefes y los muchachos merecen aplausos. (Lástima grande que reconociendo todos los excelentes servicios que presta tan humanitaria institución no se le ayude como debe a su comisión local, ya que todos sus trabajos, en estos tiempos de individualismo, son por amor al prójimo, o quizás por el deber cumplido. Algo más que la indiferencia  merecen estos abnegados muchachos.)

Afortunadamente no hubo desgracias personales.

Esto es a grandes rasgos (aunque mal trazados) reseña de una noche de incertidumbre, con motivo de la tempestad del 3 de Enero, noche que recordarán por muchos años los habitantes del Puerto de la Cruz, por lo pródiga en accidentes, ora cómicos, ora trágicos.

Por haber estado varios días, como lo estamos hasta hoy, incomunicados telegráficamente con esa Capital me ha sido imposible informar con más prontitud”.

De San Juan de la Rambla. Urge el remedio.

“Este pueblo, que, durante los tres años de guerra, ha venido arrastrando una vida lánguida, hoy se encuentra a las puertas del sepulcro.

El viento huracanado que en la noche del 3 se dejó sentir causó los mayores estragos: todos los sembrados quedaron arrasados; la esperanza que se tenia en la próxima cosecha de patatas ha quedado defraudada; muchas casas han quedado desmanteladas y sus dueños en la mayor miseria; desapareciendo por completo el único sostén que han tenido los pobres durante estos calamitosos tiempos, como son los sembrados de plataneras; así es que el problema de las subsistencia se presenta con los colores más negros que puede pintarse; urge pues el remedio y ese no es otro sino que todos los políticos, la Prensa de todos los colores y los diputados pidan al Gobierno que, ya que no mandan dinero para repartir en los pueblos, por lo menos, dejen a los municipios libres para que durante este año no tengan que contribuir con las cargas que sobre ellos pesan, y así los ciudadanos puedan respirar y atender, con los impuestos que tienen que pagar, al sostenimiento de sus familias.

Esta es la ocasión, señores políticos, de visitar los pueblos, ver los estragos del temporal y prometer a los alcaldes vuestro decidido apoyo; acordaos de lo que hacéis en vísperas de elecciones”.

En La Victoria

“Los temporales reinantes ultimamente en la isla han ocasionado también en la Villa de la Victoria daños de bastante consideración e importancia tanto en las casas como en la cosecha, calles, caminos y arbolados de los paseos y del Monte público.

Debido también a los citados temporales han desaparecido arrastrados por las aguas que corrían caudalosamente, lo mismo por los barrancos que por los caminos gran número de animales de diferentes especies.

Afortunadamente no han habido que lamentar en la citada Villa desgracias personales”.

(finalizamos mañana)

lunes, 29 de noviembre de 2021

188. Temporales de años idos (5)

Y desde la alcaldía de la Villa de Güímar, la siguiente comunicación:

“Tengo el honor de participar a V. E. que a las diez y ocho del día de ayer presentóse fuerte ciclón con lluvias torrenciales, arrancando gran número de árboles y ocasionando enormes daños en todos los edificios.

Las cosechas quedaron totalmente destruidas, siendo el aspecto de la población tristísimo pues los árboles de las plazas públicas aparecen derribados y la techumbre, puertas y ventanas de infinidad de casas fueron arrastradas por el huracán a distancias increíbles.

Puedo asegurar a V. E. que las noticias que le comunico se hallan desprovistas de la acostumbrada exageración en estos casos, pues ni un solo edificio salvóse del temporal, encontrándose los campos completamente arrasados y por tanto destruidas en su totalidad las cosechas, no teniéndose memoria de otro tan grave azote.

Ya imaginará V. E. la magnitud de los daños sufridos.

En cuanto a desgracias personales solo se tienen hasta ahora noticias de algunas personas heridas”.

En varios pueblos:

“También fué muy duro el temporal en Tegueste.

En el lugar conocido por Pico Bermejo se derrumbó una casa recién construida.

Por suerte, momentos antes del accidente habían salido de la casa sus dueños con unos pequeñuelos, hijos suyos.

Una carretera que la Jefatura montes había acabado de hacer en el monte del Estado de Los Silos, se la llevó.

En Realejo se derribó varias casas y destrozó otras.

En los Rodeos el agua subió en muchos sitios más de un metro.

De La Laguna a Garachico han sido derribados unos 500 árboles.

Al almacén que don Juan Díaz Jiménez tiene en Garachico le llevó parte del techo”.

Siguieron las informaciones el 8 de enero, y en El Imparcial, página 1, un cable del corresponsal en la capital bajo el titular de Violentos temporales, daños de consideración:

“El temporal que aquí se sintió durante la tarde de ayer  y primeras horas de la noche del mismo  día, ha producido grandísimos daños en toda esta jurisdicción.

El huracán, acompañado de lluvias torrenciales, destechó una gran parte de los edificios de esta capital, ocasionando grandes desperfectos.

Los barrancos, crecidísimos, y cuyos cauces fueron insuficientes para contener la riada, rompieron, por varias partes, el baluarte de defensa de esta villa.

Con este motivo fué desalojado un gran número de viviendas, ante los justificadísimos temores de una probable inundación.

Asimismo, las aguas rompieron los muros de contensión de varias fincas particulares, las que han quedado convertidas en ruinas, siendo arrastrados los árboles.

El batallón cazadores de Gomera-Hierro, de guarnición en esta, villa, viose precisado a abandonar el cuartel, que fué invadido por las aguas del mar. Las fuerzas del expresado Cuerpo se alojaron en varios almacenes.

Aunque, por fortuna, no ha habido desgracias personales que lamentar, persiste el temor de que, dado el estado en que han quedado los muros de defensa de este pueblo, de continuar el temporal, esas desgracias se producirían”.

Igualmente, el 8 de enero de 1918 (martes), Gaceta de Tenerife, en sus páginas 1 y 2, nos titula con Los temporales, la extensa y detallada crónica de lo acontecido en varios lugares de las islas. No me resisto a la íntegra reproducción de lo que el corresponsal remitió al periódico:

“En el Puerto de la Cruz. La tempestad del jueves.

También en este pueblo hemos tenido unos comienzos de año calamitosos.

Fue una tempestad con todas sus características la que se cernió sobre nosotros; lluvias torrenciales, constante discurrir de los barrancos que circundan la localidad con alarmantes indicios de desbordarse y un viento recio que parecía iba a convertirse en espantoso huracán.

No se recuerda tiempo parecido desde hace muchos años: así lo aseguran personas que, por su seriedad y años, merecen entero crédito.

Un parangón con este día de zozobra e incertidumbre sólo lo admiten, según la Historia, aquellos del 7 al 8 de Noviembre de 1826, cuando el célebre aluvión, que anegó la ensenada del Puerto viejo y produjo calamidades y destrozos sin fin; o los desbordamientos del 79 y del 81.

A las 8 de la noche, después de un continuo llover, descargó la tormenta que causó destrozos por doquier, estando en camino de ocasionar desgracias innúmeras si no es la brevedad de su duración.

Los barrancos de San Felipe y Martiánez a las 7 ya llevaban agua en gran cantidad. La que por éste discurría llegó en momentos a ocupar todo su cauce (unos 12 metros), arrastrando con su impetuosa corriente infinidad de escombros; y las de aquél, que llevaban doble latitud de corriente por algunos sitios, desbordándose por varias partes y rompiendo parte del dique de contención o encausamiento, se fueron sobre varias fincas y una de ellas, propiedad de los señores Fernández Perdigón, la destruyó por completo. Otra de don Miguel Fernández Montañez sufrió grandes desperfectos…

(continuamos mañana)

domingo, 28 de noviembre de 2021

187. Temporales de años idos (4)

También de ese mismo día 7, Gaceta de Tenerife, página 1, nos traslada idéntica información, por lo que vamos a reproducir seguidamente el contenido de los telegramas remitidos desde Granadilla y San Sebastián de la Gomera, obviados en la entrada anterior:

“Después cinco días lluvias incesantes, desatóse anoche furioso vendaval causando desperfectos edificios y daños propiedades, arrancando árboles.

Hasta ahora ignorase haya ocurrido desgracias personales.

Estamos incomunicados Capital por advenidos barrancos, hallándose detenida correspondencia en Arico.

Ruego V.E. ordénese cartero dicha villa despache seguidamente peatón dirección esta localidad, hará evitar mayores perjuicios.

Salúdale respetuosamente”.

El Delegado del Gobierno en La Gomera telegrafía al Gobernador Civil:

"Ampliando mi telegrama día dos actual participándole que actuales temporales de viento y lluvia arruinan esta localidad, manifiestole día de ayer entre diez y ocho y veinte fué importantísimo, nunca conocido en esta isla, de continuar una hora más sería ruina completa.

Fuertísimo viento sur levantó gran número de tejados entre ellos el del cuartel del batallón de esta guarnición.

Todos los terrenos colindantes con barrancos quedaron arrasados.

Muchos tabiques interiores de viviendas fueron derrumbados por la humedad y viento entre ellos uno del edificio telégrafos, destrozando cuantos muebles alcanzó quedando mayor parte vecinos en situación angustiosa, no ocurriendo desgracias personales.

Las pérdidas son grandísimas.

Del interior ignoro novedad llevando cuatro días incomunicados.

Hoy amaneció sin viento y con tendencia a mejorar tiempo.

Lo que pongo en su superior conocimiento a fin de que se digne trasmitirlo al Excmo. Ministro Gobernación para que envíe socorros y se pueda damnificar a esta localidad de las pérdidas ocasionadas”.

Con lo de damnificar cabe preguntarse: ¿Aún más?

Y del diario republicano El Progreso, página 2, y correspondiente, asimismo, al día que venimos reseñando (7 de enero de 1918), más reseñas informativas de otros lugares:

“En La Laguna.

El jueves por la noche, después de haber estado lloviendo torrencialmente durante todo el día, se desató un viento huracanado del sur, acompañado de copiosos aguaceros, que ocasionó grandes destrozos.

El viento levantó las tejas en muchos edificios, lanzándolas a considerable distancia. Puede decirse que no quedó una casa en la cual no penetrara el agua, inundando las habitaciones.

Los moradores de varias de ellas tuvieron que acogerse en las casas de los vecinos.

A eso de las nueve y media amainó el temporal. El tiempo se volvió del norte y ya los ventarrones y los aguaceros disminuyeron.

Los destrozos en el arbolado han sido grandes.

En la carretera de Tejina yacian en tierra unos nueve o diez ejemplares hermosos de eucaliptos. Uno de ellos, en la esquina de la calle de Juan de Vera, cayó sobre la ermita de la Cruz, cuyo muro a la carretera quedó destrozado. Milagrosamente no causó víctimas, pues junto a la ermita hay otra casa que está habitada.

En el Paseo de la Universidad también sufrió muchos daños la arboleda e igualmente la de la plaza de San Francisco y Tanque grande.

Los destrozos no fueron menores en los jardines de la plaza del Adelantado y de la Catedral, en los que quedaron arrancados por el viento varios arbolitos.

En la carretera de Tacoronte se cayeron también más de 50 árboles corpulentos, no ocurriendo accidentes desgraciados por verdadera casualidad, pues algunos carruajes quedaron en la carretera entre árboles o gajos desprendidos a su paso.

A un automóvil que venia del Norte, y en el que viajaba un estimado señor de La Laguna con una hija y varios niños, le ocurrió esto en los Rodeos, teniendo que pasar un verdadero calvario para llegar, por entre agua y lodo, a una casucha donde se refugiaron y pasaron la noche en unión de treinta personas que se acogieron también al abrigo de dicha casa.

Algunas casas han quedado derruidas.

Sabemos de una en los Rodeos, propiedad de D. Antonio G. Baulén; otra de D. Eugenio Machado cerca del Pozo Cabildo, de la que se vino al suelo un muro. Una pared se derrumbó también en la casa de D. Juan Yanes, en la calle del Consistorio.

En las inmediaciones de San Francisco, un colgadizo de D. Genaro Ramallo. En la calle del Agua, donde se cayeron varios gajos del pino que está en la huerta del Sr. Cedrés, se derrumbó un muro

Algunas paredes de la casa en que estuvo establecida la Granja Avícola, de la parte de la finca, cerca de San Lázaro, se vinieron al suelo.

Los barrancos que cruzan por la ciudad han llevado estos dias un caudal de agua considerable.

Se observó que las aguas que discurrían por el de San Juan arrastraban calabazas, coles y otros efectos, arrancados indudablemente de la huerta durante la fuerza del temporal”.

Vuelve a repetirse lo del calvario que debió sufrir el estimado señor de La Laguna y el refugio en la casucha. Pues menos mal que la encontró, junto con otras treinta personas. Dentro de la desgracia, al menos pudieron charlar. O rezar.

(continuamos mañana)

sábado, 27 de noviembre de 2021

186. Temporales de años idos (3)

Las noticias se sucedieron en los días posteriores. Así, en La Prensa del 7 de enero de 1918, y en su página 1, una crónica del corresponsal en La Orotava, del tenor literal siguiente:

“El jueves, desde las seis de la tarde hasta la nueve de la noche, descargó un horrible temporal de agua y viento huracanado sobre esta villa, que causó importantes desperfectos en algunas casas particulares del centro del pueblo, en las iglesias de la Concepción y San Juan, y especialmente en el edificio en construcción del colegio de San Isidro, donde los destrozos han sido verdaderamente sensibles.

Varias casas de los barrios extremos de la población y de los campos han sufrido tales daños, que sus moradores han quedado en la mayor miseria, agravándose su ya aflictiva situación por la falta de trabajo, con esta nueva calamidad.

Algunas fincas de plataneras y cultivos ordinarios, así como numerosos árboles, fueron completamente arrasados por el furioso temporal, que esta vez no respetó la célebre palmera centenaria de la casa del señor Marqués de El Sauzal.

Según las noticias que hemos podido recoger esta mañana, las pérdidas son de muchísima consideración.

Esperamos que nuestras autoridades se dirijan al Gobierno, con la urgencia que el caso requiere, para que acuda al remedio de tanto infortunio, librando los fondos necesarios para reanudar los trabajos interrumpidos en las carreteras, ya que estas son las únicas obras que pueden aliviar tan horrible situación”.

Y en la página 2 del mismo ejemplar:

“De los pueblos. Los estragos del temporal.

En La Guancha. El alcalde de aquel pueblo comunica al Gobernador Civil lo siguiente: Comunico a V. E. que siendo las seis de la tarde del día tres del actual, se presentó un viento huracanado, causando daños en las propiedades rústicas y urbanas. Las pérdidas se calculan en 200 mil pesetas.

De La Orotava. Telegrama del alcalde.

En las primeras horas de la noche del tres, se desencadenó en esta villa un violento temporal de agua y viento, que causó gravísimos daños.

El fuerte huracán arrancó numerosos árboles, arrasó los platanales de varias fincas y destruyó la cosecha de patatas.

Derribó y destrozó muchos postes, lámparas y demás material del alumbrado público, quedando a obscuras la población.

En los edificios públicos y particulares los desperfectos son importantes.

El temporal derribó parte del gran edificio en construcción para colegio de enseñanza, valuándose este daño en más de quince mil pesetas.

En los templos se registran varios daños, entre ellos el derribo de la cruz que remataba una de las torres de la Parroquia Matriz, y un artístico canalón.

En muchas casas rompió los aleros de los tejados, puertas, ventanas y cristales.

También rompió la famosa palmera que existía desde los tiempos de la Conquista, en la quinta del señor Marqués del Sauzal.

En los campos ha destruido muchas casas, quedando sepultadas algunas reses bajo los escombros, y numerosas familias sin albergue en la mayor miseria, haciendo más triste la situación la absoluta falta de trabajo y de recursos para las subsistencias.

Ante tanta desgracia y desgarradores lamentos que llegan a esta Alcaldía, ruego encarecidamente a V.E. se digne interesar del Gobierno que auxilie inmediatamente a estos infelices obreros y familias indigentes, con los fondos disponibles de calamidades públicas, librando también con toda urgencia los necesarios para continuar las obras de estas carreteras, con lo que se dará ocupación a centenares de trabajadores que viven en el mayor infortunio. El alcalde, Juan Cullen.

En el Puerto de la Cruz. Alcalde a Gobernador Civil:

Tengo el sentimiento de participar a V.E. que el temporal de agua y viento huracanado derribó muchos árboles de las carreteras, plazas, paseos y otros sitios de esta localidad, ocasionando perjuicios de consideración en los cultivos, muy particularmente en el de platanera, y en varios edificios.

El barranco de San Felipe se desbordó por rotura de la muralla de contención, entrando el agua por la carretera del Estado del mismo nombre, que destrozó en una extensión de un kilómetro aproximadamente, inundando también gran parte de las fincas limítrofes y amenazando igualmente la parte baja de la población, que fue desalojada.

El alumbrado eléctrico se apagó totalmente debido a la caída de cables, cuya central sufrió asimismo desperfectos.

Afortunadamente no hay desgracias personales que lamentar, pero los daños causados estímanse de mucha consideración”.

Una nota aclara que los citados telegramas se han recibido por correo, por hallarse interrumpido el telégrafo.

También se hace eco la extensa crónica de los remitidos desde Granadilla y La Gomera. Pero, quizás por cercanía, concluimos con el comunicado por la Guardia Civil desde La Matanza:

“El temporal que se desencadenó el día tres causó daños de bastante consideración en las casas y campos, derribando muchas tejas y tabiques, así como bastantes árboles de propiedad particular, montes públicos y en la carretera del Norte.

Desde el puente de Alfonso XIII hasta Guamasa hay arrancados 24 eucaliptus y 8 postes telegráficos.

No hay que lamentar pérdidas personales”.

(continuamos mañana)

viernes, 26 de noviembre de 2021

185. Temporales de años idos (2)

Continuamos con el relato de Gaceta de Tenerife (6 de enero de 1918):

“En otros pueblos. En la Villa de la Orotava el viento empezó de 8 a 8 y media de la noche del jueves, con intensidad grande, rompiendo cristales y derribando algunos techos viejos.

Siguió cada vez más fuerte, al punto que partió a la mitad la secular palmera del jardín del Marqués del Sauzal, la más alta que había en la isla y se desplomó la Cruz que es remate de la torre del reloj de la parroquia de la Concepción. Tuvieron que atar el órgano de la Parroquia de San Juan, llegando a tal punto que se vieron precisados a tocar a arrebato. El edificio en construcción por los Hermanos de la Doctrina Cristiana ha sufrido también grandes desperfectos.

[…] En Tejina, Bajamar y la Punta, el temporal ha causado muchos daños. El Barranco de la Cueva, de Tejina, ha llegado al mismo sitio que en el año del gran diluvio que hubo en esta isla.

En el Valle de Guerra también se han dejado sentir los temporales. La lluvia y el viento comenzaron el jueves al mediodía, continuando hasta muy entrada la noche.

El agua ha ocasionado en los sembrados grandes daños e igualmente en las casas, algunas de las cuales quedaron completamente descubiertas teniendo sus habitantes que abandonarlas para no perecer.

Varias charcas reventaron ocasionando desperfectos en los terrenos.

La puerta de la iglesia fue abierta y derribada. El viento hizo de las suyas en el interior del templo. La vidriera del nicho de Ntra. Sra. del Rosario fue hecha pedazos, cayendo al suelo la hermosa imagen, que sufrió algunos desperfectos”.

Y del telegrama que el alcalde Güímar envía al Gobierno Civil, destacar:

“Puedo asegurar V. E. que las noticias que le comunico se hallan desprovistas de la acostumbrada exageración en estos casos, pues ni un solo edificio salvóse del temporal, encontrándose los campos completamente arrasados y por tanto destruidas en su totalidad las cosechas, no teniéndose memoria de otro tan grave azote.

Ya imaginará V. E. la magnitud de los daños sufridos.

En cuanto a desgracias personales solo se tienen hasta ahora noticias de algunas personas heridas”.

En la página 1 de La Prensa, diario de la mañana, de ese mismo día 6 de enero de 1918, también estas pinceladas:

“Grandes destrozos en Güímar. Entre los kilómetros 35 y 36 de la carretera del Sur, ha sido cortada ésta como unos treinta metros, por efecto de las corrientes de las aguas afluyentes de la cumbre.

El trozo de la misma carretera, comprendida en la parte llamada La Ladera, ha quedado intransitable para los carruajes, por los desprendimientos de enormes piedras.

Por los barrancos, y arrastradas por las corrientes, se han visto algunas reses vacunas, cabrías y ganado de cerdo, y enseres de labranza.

En Valle Guerra. El temporal ocasionó en los sembrados innumerables daños e igualmente en las casas, algunas de las cuales quedaron completamente descubiertas, teniendo sus habitantes que abandonarlas para no perecer.

Los árboles están casi todos arrancados de cuajo.

Las charcas reventaron, ocasionando desperfectos en los terrenos.

La puerta de la iglesia, a pesar de tener tres cerrojos de hierro y un palo detrás como de ocho centímetros de grueso, fué abierta y derribada.

Abierta la puerta, el viento hizo de las suyas en el interior del templo. La vidriera del nicho de Nuestra Señora del Rosario fué hecha pedazos, cayendo al suelo la imagen, rompiéndosele dos dedos de una de las manos.

Varias vidrieras del templo han desaparecido.

Las pérdidas que los temporales han ocasionado son grandes.

En Tacoronte. Los fuertes temporales de agua y viento, desencadenados anteanoche han arrancado infinidad de eucaliptos en la carretera del Norte, interceptando el tránsito y rompiendo los cables del Tranvía .

Fuera de la carretera muchos árboles fueron también arrancados, sufriendo desperfectos varías casas particulares.

Hasta la presente, no se tienen noticias de que en esta demarcación, haya ocurrido desgracias personales”.

Y con respecto al accidente del operario en el puerto santacrucero, ya mencionado en el post anterior:

“El joven de esta capital, Virgilio García Bethencourt, hallándose ayer en la playa de María Jiménez, junto al sitio donde embarrancó el Juanito, tuvo la desdichada idea de arrojarse al mar para recoger unos tablones procedentes de dicho buque, con tan mala fortuna, que fue arrastrado por el oleaje, desapareciendo a impulsos de las corrientes.

El infortunado joven contaba 20 años de edad y habitaba con sus padres en la calle de Canales Bajas, número 13.

Antes de arrojarse al mar, dejó en la playa sus ropas, de las que se incautó el Inspector del distrito del Toscal para entregarlas al Juzgado.

El padre de la víctima, Marcos García, hállase empleado en la casa de los señores Hamilton.

D. E P. el desdichado joven y reciban sus familiares nuestro pésame”.

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Como la información al respecto fue abundante y las cabeceras existentes en el entonces también diversas, haremos una excepción y continuaremos con la narración este fin de semana. Por lo tanto, hasta mañana.

jueves, 25 de noviembre de 2021

184. Temporales de años idos (1)

Conmemorábamos, hace unas semanas, el aniversario (195) del aluvión de 1826. Algo de ello plasmamos en este blog. Pues en esa manía de siempre estar rebuscando, y mientras me hallaba sumergido en las hemerotecas digitales de las universidades públicas canarias con otras búsquedas, me tropiezo con informaciones de un temporal acaecido en los primeros días del año 1918. No me resistí. Como no había tele ni radio (Radio Ibérica ─sin regulación oficial─ ya emitía en 1923; Radio España y Radio Barcelona, con licencia gubernamental, comenzaron en 1924; y la tele en 1956) los periódicos se encargaban de retratarnos la realidad circundante. Y a fe que se detallaban los aconteceres sociales.

Secuenciemos el relato que comienza con informaciones del 6 de enero del citado 1918 (domingo). Lo que me trae a la memoria el vago recuerdo (debió ser en la década de los cincuenta) de cuando vivía en La Gorvorana y  mis padres me llevaron al tradicional baile de Reyes que se celebraba en el Casino de La Dehesa y a la vuelta, de noche, el aguacero era de órdago. ¿Te acuerdas de que “antes sí que llovía”, no? Pues debió ser uno de esos. ¿Y si vuelven a repetirse? Vamos allá:

En Gaceta de Tenerife (diario católico de información), y en la página 2, nos tropezamos con una prolija crónica de la que extraigo estos fragmentos:

“En la capital. Los daños ocasionados por el violento temporal que se desencadenó la noche del pasado jueves son de bastante consideración.

El arbolado de nuestros paseos y calles ha sufrido grandes desperfectos, siendo los árboles más azotados los hermosos laureles de las alamedas del Príncipe y Weyler y Plazoleta de Santo Domingo donde fueron arrancados algunos de ellos.

Algunos de los pinos de mar que estaban plantados frente a la portada principal de la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción y los cuatro grandes laureles de la entrada del Cementerio de San Rafael y San Roque fueron también arrancados por el huracán.

[…] Una ciudadela que poseen en dicho barrio los herederos de don Anselmo de Miranda se encuentra en eminente peligro de derrumbarse pues el mar ha zocabado [sic] sus cimientos destrozándolos por completo, habiéndose dado ya las oportunas ordenes para que inmediatamente sea deshabitada.

[…] La torre de la Ermita de San Telmo, sita en la plaza del mismo nombre, amenaza derrumbarse.

En el Puerto. Las casetas que en la explanada del dique sur tenían las casas consignatarias y otras entidades fueron arrastradas por el violento oleaje, perdiéndose seis de ellas: una de don Bernardo Martín, otra de los señores Hamilton y Cª , dos de la casa de Elder Dempster, otra de los señores Yeoward Bros y otra de la Inspección de Arbitrios de este Cabildo Insular.

[…] Asimismo han sido arrastrados al fondo del mar un remolcador de la Junta de Obras del Puerto que se estaba reparando en la punta del muelle, junto con todo el material y herramientas, así como también una caseta en que dicha Junta de Obras guardaba los materiales destinados al servicio de aguada de los buques.

[…] Además se han perdido seis gabarras de las destinadas al transporte de mercancías, habiendo embarrancado todas ellas en la playa de San Miguel en las proximidades de los varaderos y depósitos de Elder.

Las gabarras perdidas son: una de la Casa de Elder, dos de Miller, una de ellas denominada Tahodio, dos de la Casa alemana y una de los señores Cory Hermanos.

[…] El pailebot Juanito, propiedad de don Ramón Trujillo, se encuentra completamente destrozado en la playa denominada de María Jiménez.

El mencionado pailebot tenía a bordo un cargamento de víveres con destino a Dakar para donde hubiera zarpado ayer al mando del joven capitán de la marina mercante don Fulgencio Tuells.

Las víctimas. Cuatro son las víctimas que hemos tenido que lamentar como consecuencia del temporal.

Dos cuyo paradero se ignora, otro muerto por un bloque desprendido de un peñasco de la carretera de esta Capital a San Andrés y el joven de 20 años de edad, Virgilio García, hijo de un antiguo empleado de la casa Hamilton, Marcos García, que estando ayer mañana en las inmediaciones donde embarrancó el pailebot Juanito, se tiró al mar para recoger objetos procedentes de dicho barco, arrastrándolo el fuerte oleaje y la gran corriente que existe en dicho sitio, pereciendo ahogado, y no habiéndose encontrado hasta la fecha el cadáver del infortunado joven.

Simón Peraza y Santiago Hernández conocido por el apodo de Chopita son los dos cuyo paradero se ignora. El primero era peón del pescante del Comercio de 53 años de edad, casado, y habitaba en la calle de la Igualdad, en el Barrio Obrero.

El otro Santiago Hernández tenía el oficio de guardián de mercancías en el muelle donde era muy popular.

Parece que al principiar el temporal los trabajadores mencionados se encontraban en sus respectivos puestos negándose a abandonarlos a pesar del furioso oleaje.

Por la noche y en vista de lo imponente del temporal intentaron pasar hacia la entrada del puerto pero con tan mala fortuna que fueron arrojados al mar por las olas.

Al pasar una de las gabarras perdidas de la casa de Miller cerca del vapor alemán Crefeld internado en este puerto, el patrón José Barrios, que se suponía ahogado, se tiró al agua logrando llegar a nado a las amarras del mencionado buque alemán donde fue recogido y atendido.

En San Andrés. […] Entre los kilómetros 7 y 8 de la carretera de San Andrés acaeció en la madrugada de anteayer como ya hemos indicado un tristísimo suceso.

Venía para esta Capital la vecina Juana Cabrera acompañada de su hijo Marcos Adrián Cabrera, de 14 años de edad teniendo éste la desgracia de que le cayese encima una gran piedra que se desprendió del risco conocido por Muralla Grande, quedando muerto en el acto.

En La Laguna. […] En la carretera, de Tejina yacían en tierra unos nueve o diez ejemplares de hermosos eucaliptos. Uno de ellos, en la esquina de la calle de Juan de Vera, cayó sobre la ermita de la Cruz, cuyo muro a la carretera quedó destrozado. Milagrosamente no causó victimas, pues junto a la ermita hay otra casa que está habitada.

[…] En la carretera de Tacoronte se cayeron también más de 60 árboles corpulentos, no ocurriendo accidentes por verdadera casualidad, pues algunos carruajes quedaron en la carretera entre árboles o gajos desprendidos a su paso.

A un automóvil que venía del Norte, y en el que viajaba un estimado señor de La Laguna, con una hija y varios niños, le sorprendió el temporal en los Rodeos, teniendo que pasar un verdadero calvario para llegar, por entre agua y lodo, a una casucha donde se refugiaron y pasaron la noche en unión de treinta personas que se acogieron también al abrigo de dicha casa…

(continuamos mañana)

miércoles, 24 de noviembre de 2021

183. Si tú volvieras...

Si tú volvieras al escenario político, ¿qué harías?, me preguntan. No he abandonado nunca ese espacio, respondo. Pero si se hace referencia a ostentar cargo público, como no se contempla esa posibilidad, conteste blanco, negro o gris no valdría de gran ayuda, porque harían caso omiso a las posibles propuestas. Lo de prestar oídos a la voz de la experiencia no se valora lo más mínimo. Ni siquiera por los supuestos tuyos. Pero tendrás ideas al respecto, ¿no? Me sobran, mas chocan todas con los planteamientos actuales, lo que otros llaman orden o poder establecido. Como el agua y el aceite. Así que… ¡ya está!

Oye, y si se tratase, única y exclusivamente, de un puesto en el organigrama del Partido. Menos. Me expulsarían a la semana siguiente. Sería conveniente de que algún compañero de las primeras corporaciones (pongamos que las de 1979 y 1983) relatara de pe a pa a ciertos señoritingos de ahora mismo cómo se consagraba a nobles causas a cambio de poner de su bolsillo… ¿Y el tiempo dedicado a…? Te dije antes que ya está. Pues ya está.

Sí tuvieras ahora 20 años, ¿qué harías?, me preguntan. Como no conozco a nadie que haya sido capaz de poner la marcha atrás en el proceso vital, considero una pérdida de tiempo, amén de una petulancia fuera de lugar, el divagar acerca de tal consideración. Lo vivido se encuentra en cada arruga de la piel y en las hebras que abundan en la visión. Comenzaron en el ojo izquierdo (¿crisis política?) y ahora campan a sus anchas en ambos. Me quedo con mis 72 larguísimos (cumpleaños a la vuelta de la esquina) y solo soy capaz de cantar como Karina: echar la vista atrás es bueno a veces… Siquiera para no meter la pata en el mismo hoyo anterior. O coger idéntico bache a la semana pasada si voy con el coche.

Si volvieras al colegio, ¿qué harías?, me preguntan. Nada, porque ello no es posible. Ser docente jubilado tiene indudables ventajas. El tiempo disponible para prepararte es infinitamente superior al que disfrutabas en tu época de activo, escaso por la excesiva carga burocrática a la que te hallabas sometido. Y compaginar, fue mi caso en varias ocasiones, un cargo directivo con impartir clases, muy problemático. Cualquier tiempo pasado fue… diferente. ¿Arrepentirme? Jamás. ¿Satisfacciones? Muchas. Se colman cuando un exalumno (verbigracia los de la foto) te saludan con un efusivo don Jesús. ¿Miedo? No, respeto. Recíproco. Ahora, desde que se pasó a ser colegas, crecieron las confianzas y tropezamos con Emilio Calatayud predicando en otro desierto. Que deje el mío a buen recaudo. Añadan el que los padres ya no lo son, sino que han devenido en compis de toda la vida…

Si te sacaras la Primitiva, ¿qué harías? Eso sí lo tengo planificado. Por una sencilla y simple razón: está al caer. ¿Tapar huecos? ¿Repartir con la familia? ¿Viajar? ¿Dar rienda suelta a varios caprichos confesables o no? ¿Abandonar el blog y comenzar a ganarme amigos? ¿Sacar a la luz varios trabajos que duermen en la gaveta de objetos casi perdidos?

Sí, tú ríete y cuando llegue el día (aún no previsto, pero llegará) te pondrás a la cola formada por todos aquellos que pasarán a pedirme amistad (no virtual, sino en vivo y en directo) y a pasarme la mano por el lomo a ver si cae algo. Y ahí pienso mostrarme inflexible (rígido, severo, intolerante, tieso como un garrote). Como los encorbatados de los bancos que serán citados un día de lluvia y no pienso salir a dejarles un paraguas.

Como la casa es relativamente nueva y no presenta todavía demasiados desconchados, más que tapar huecos procede acometer algunas reformas, porque con el paso del tiempo uno se da cuenta de lo que pudo haber hecho y no cuadró de entrada.

Cuánto placer produce el viajar e ir descubriendo bellezas de toda índole por esos mundos de pa´ fuera. Ahí sí me van a encontrar. Y generosidad familiar, también. ¿Cómo? Claro, yo soy el único que sueña despierto.

Y concluyo con un soplo, que no rumor. Fuentes dignas de todo crédito –se dice así, ¿no?– me indican que la entrada de ayer fue leída por un alto representante del staff socialista, quien ha considerado oportuno que en el próximo Congreso se hable más de política, de militancia, de afiliación y de intentar parar la sangría de miembros en la congregación. Me ha dado la razón en que no es normal que la inmensa mayoría de compromisarios sean cargos públicos. Es como si convocáramos una reunión en una comunidad de vecinos de un edificio y acudieran solamente los de los pisos altos y no los que viven a ras de calle. Menos mal que lo entendió.

martes, 23 de noviembre de 2021

182. Cuantas más manos, mejor

Se vienen celebrando, en cascada, los congresos del Partido Socialista Obrero Español. Y a tenor de lo que observo y leo, parece ser que marcha todo en orden y buena sintonía. Los líderes, bastante consolidados muchos de ellos, no admiten mayores discusiones ni controversias. Ruedan mejor las formas, no se escuchan ruidos de fondo y las sillas (léase puestos orgánicos) parecen no estar sujetas a vaivenes. Como en el PP de Casado allá por Madrid, verbigracia. Algo de lo que, por razones obvias, me alegro enormemente, a tenor de la profusión de fotografías con que se inundan las redes sociales.

No fue ajeno a toda esa parafernalia el 14º Congreso del PSOE en Canarias. La figura de Ángel Víctor se ha visto afianzada tras el pacto de gobierno regional. Máxime cuando ha debido capear con tantos temporales que, a este paso, se va a quedar con menos pelo que yo. Pero ha demostrado una fortaleza digna de encomio.

Desde la comodidad del sillón ante el ordenador me percato de que la mayoría de compromisarios no dejan pasar la ocasión para inmortalizar el momento dulce. Valga como botón la que ‘robo’ del perfil (¿o debo escribir muro?) del Partido. Porque no es solo que sean públicas, sino que también deben corresponderme, pues el pago de las cuotas está al día. Y así, de paso, aclaro dudas al respecto. Es que siempre está el enterado de turno que hace cábalas acerca de mi situación actual. O que va a cuestionar el porqué utilizo esta instantánea y no otra. Pues que me denuncien. O me expulsen y pasaría a engrosar la lista de viejas glorias en el ostracismo.

No voy a cansarles con textos de ponencias ni con nombres de los órganos de dirección. Como uno ya está viejo para aspiraciones, sí que me gustaría señalar a más de un encumbrado que décadas atrás fui miembro del comité regional y me di de baja cuando me nombraron alcalde de mi pueblo y creí que mi obligación, al cien por cien, era la de dedicarme al compromiso adquirido. Y tantas fueron –como lo siguieron siendo en años posteriores– las apetencias, que una vez concluido el mandato 1983-1987 regresé al colegio de La Longuera. Como la mayoría de compañeros que no sufrieron trauma alguno al dejar el cargo público y volver al curro de siempre.

En la actualidad, y entiendo que desgraciadamente, los movimientos no van por esa senda del ayer. Prima, en más de las ocasiones que debieran ser necesarias, justas y equilibradas, el quéhaydelomío, mientras que olvidamos el aspecto esencial de la dedicación política: el servicio público. Es el sector que denomino de la expectativa de destino. Conformado por individuos que viven y se desviven por medrar sin mayores sacrificios que los de estar al acecho y en el lugar y momento oportunos para subirse al carro.

Me encantaría que alguien me explicara, y sacara de la incertidumbre, que si se ha tratado en cualquier momento congresual el cómo abordar la triste y lamentable situación de aquellas agrupaciones locales, fundamentalmente la de los pueblos donde no se gobierna en el ayuntamiento. Y de si sería menester realizar campañas ciudadanas que lleven a los hogares esas otras formas de hacer política de la que hacemos gala de puertas adentro y que nos conducen a lemas como el de CanariasAvanza.

Ahora seguirán, me imagino, los congresos insulares. Y luego deberá corresponderle el turno a lo más cercano. Donde se encuentra, a mi modesto modo de entender, el quid de la cuestión, el meollo, el intríngulis. Y el problema de un partido que ha ido olvidando un hecho fundamental: que un edificio se construye desde abajo, desde los cimientos, desde las bases. Porque Pedro Sánchez y Ángel Víctor Torres, por mucho que se muevan, no podrán desfacer los entuertos más domésticos.

A la dirigencia de la agrupación realejera se le siguen escapando las oportunidades. Ha dejado al grupo municipal más solo que la una en la Avenida de Canarias. De su quehacer, cuatro pinceladas en eso de la Internet y poco más. Tanto trabajo y sacrificios sin límite para que cada barrio tuviese un local social y ahora tropezamos con estupendos edificios e instalaciones infrautilizadas. Hubo al menos dos intentos para reconciliar posturas con aquellos que abandonaron la nave por las razones que fuese y diera la impresión de que la reincorporación podía acarrear estrecheces en un espacio en el que corre el aire a puñados. Vamos, que ni el virus de la Covid se propaga.

Quisiera no pecar de pesimista y pensar que aún es posible ese equipo que pueda volver a ilusionar a un pueblo cada día más desencantado con el andar de la perrita popular, pero que vende como verdaderos logros los más nimios asuntos a través de campañas publicitarias escandalosas. Mientras, el PSOE languidece y se resigna. Que uno de los que, siquiera de vez en cuando, se acerca a La Cascabela me defina la situación con un expresivo “cuatro machangos”, no es para lanzar campanas al vuelo. Que otro destacado dirigente vecinal se lamente, cada vez que nos vemos, de que siguen sin darle la oportunidad de poder expresarse tras haberle quitado la palabra –me espeta con desencanto y nostalgia– en cierta ocasión, no es para congratularse precisamente.

Hemos perdido el norte –y me temo que los otros tres puntos cardinales– y procede dar un paso al lado. Háganlo por la memoria de los centenares que se han ido quedando en la cuneta. Expresión que utilizo aposta para incluir a los que lucharon con denuedo para que hoy disfrutemos de la libertad que ellos solo pudieron soñar. Que entre un equipo sin mayores pretensiones que luchar a brazo partido por el engrandecimiento de un pueblo que se merece mucho más que postureos, que se patee los rincones y dé a conocer a sus gentes lo que el grupo propone en el ayuntamiento, aunque sea rechazado sistemáticamente por el rodillo de Manolo. Que no espere prebendas, ni puestos remunerados, sino que sea capaz de irse a la cama cada noche con la satisfacción del deber cumplido. Porque un verdadero socialista se desvive sin esperar nada a cambio.

La frase del título la dijo hace unos días Astrid Pérez, alcaldesa de Arrecife, tras romper el pacto y expulsar a los concejales socialistas del grupo de gobierno. En Lanzarote el enunciado de marras tiene su miga. Porque los espectáculos en aquella isla son tan frecuentes, que lo mismo a la dirigente del PP conejera le jugó el subconsciente una mala pasada y se refería a la posibilidad de triscar. En la isla de los volcanes la escuela de Dimas Martín sigue vigente. Ni las gruesas paredes de la cárcel de Tahíche evitaron la difusión.

Un servidor, no obstante, deja aún renglones en el tintero, pero vuelve a ¿predicar en el desierto? al añorar situaciones pretéritas donde el local de El Puente se nos quedaba pequeño en asambleas en las que se reunían varios centenares de individuos implicados. No sé dónde estarán los viejos ficheros con los que poder constatar tal circunstancia. Sin redes sociales, sin móviles ni artilugios informáticos, suplíamos carencias con voluntad, tesón y ganas. Sí, echo en falta esos viejos periodos y espacios. Otros sostendrán que cualquier tiempo pasado fue peor. Ópticas.

Lo dicho: cuantas más manos, mejor. Quienes así no lo vean, el consabido consejo de pasarse por un servicio oftalmológico. Me temo que me he ganado otro buen puñado de bloqueos. Vale, sigan actuando como el avestruz. A lo peor es lo único que saben hacer. Si alguno –no lo he pretendido– que haya alcanzado este punto del artículo se ha sentido aludido, el consabido consejo: frótese fuertemente la piel con las uñas, si no encuentra algo agudo o áspero a mano.

Y déjenme, al menos, el derecho a discrepar. Y no caigan con tanta frecuencia en el pecado de las sesiones fotográficas. Que en el reciente Congreso, no sé si algunos compromisarios llegaron a participar en ponencias y talleres o fueron a lucir palmito, a la par que promocionarse. Dejen eso para aquellos que solo saben vender humo. A los cuatro incondicionales, ni se les ocurra compartir este post cuando lo vislumbren en mi muro de Facebook. Mañana, para ustedes, más. Para los otros…

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Enterado de la composición de la nueva Comisión Ejecutiva, invitados quedan Eva de Anta (Administraciones locales), Elena Mateo (Asesoramiento a grupos locales), María del Cristo Dorta (Dinamización de agrupaciones) y Manuel Ramón (Política municipal) a cuantas visitas fuesen menester a la Villa de Los Realejos para ver si enderechamos el rumbo, porque lleva años con la proa pa´l Guindaste. ¿Militantes? No sé. ¿Afiliados? Un puñadito.

lunes, 22 de noviembre de 2021

181. Día Mundial del Retrete

Puede que nos estemos pasando no un par de pueblos sino toda una urbe completa. Con el modismo de los Días Mundiales, a este paso nos van a faltar días en el almanaque. No, mejor, creo que ya hemos alcanzado ese límite. Porque los medios de comunicación nos traen, a veces, la buena nueva de que se celebran dos (o más) en una misma jornada de 24 horas.

Yo entiendo que en este planeta nos iría mejor, giraría más plácidamente, si no tuviésemos necesidad alguna de recurrir a celebraciones de tal guisa. Porque cuando ello se lleva a cabo, pienso con desasosiego, que en mucho debemos estar fallando. El recordatorio siempre es muestra inequívoca de que los cauces de la normalidad se desbordan. Cuando nos deben indicar, con mayor o menor parafernalia, que existen desigualdades, que no todos somos vistos bajo el mismo rasero, que ante un trabajo idéntico se perciben salarios dispares, que no se miden las valías en función de capacidades sino de factores ajenos a la casuística de rigor y ese amplísimo etcétera que pone sobre el tapete los ruidos sociales, malo; o peor.

Si hace unos días pude leer que se acometerán obras de saneamiento  en determinado sector de este municipio –cuando uno pensaba que al tratarse de una zona residencial consolidada desde años atrás, ya debería tener superada la evacuación de aguas residuales– me tiro de los cuatro pelos que aún aguantan potingues, champús y fregados, pues no quiero imaginarme cuánto se verterá aún al subsuelo. O directamente al mar. O a los ríos, donde los haya.

Me parece correcto que se luche denodadamente para mejorar estos aspectos y superar esa crisis mundial del saneamiento. Pues, de lo contrario, acabaremos viviendo en un mundo de mierda. Y a perdonar la espontaneidad. Pero, esa impresión tengo, si damos por satisfactoria la iniciativa de inventar un Día Mundial del Retrete –que fue este pasado día 19 y pasó más desapercibido que el eclipse de luna– y pretender que se ha zanjado el particular o ya hemos despertado conciencias, me da que falta demasiado trayecto por recorrer en la penosa travesía.

Para años venideros, o futuras ediciones, propongo celebrar el Día Mundial de la Defecación. Que tendría mucha más razón de ser. Puesto que no solo celebraríamos el satisfactorio acto de relajar al cuerpo de sustancias nocivas y peligrosas (esa sensación de alivio constituye uno de los mayores y placenteros momentos de la existencia), sino que podría aprovecharse la coyuntura para recordar a los dirigentes políticos que ya está bien de meter la pata, de ejecutar iniciativas que rompen todos los esquemas de la lógica más elemental. Vamos, de que la cagan con harta frecuencia. Y a perdonar por segunda vez.

Desde el pasado viernes vengo dándole vueltas a la cabeza cada vez que me he tenido que sentar en ese artilugio con el que ilustro el presente post. Y como ya uno tiene sus años, echo la vista atrás, a cuando vivíamos en La Gorvorana, y eran más las ocasiones en que eso servía de abono directo a la platanera, que a las que se recurría al vertido en aquel improvisado retrete. Así que como me hallo en condiciones de comprender las vicisitudes actuales de muchos pueblos que todavía nadan en la miseria, solo me restaría hacer un llamado para que esas Cumbres Mundiales concluyan en algo más que los penosos comunicados, tan vacíos como las seseras de los ilustres personajes que acomodan sus posaderas en mullidos sillones.

Dejémonos de Días y emprendamos tareas serias y responsables. De lo contrario, que alguno de los loquetas (persona alocada e irresponsable) que se halle al frente de las que se dicen potencias mundiales, apriete el botón rojo de una puñetera vez y acabe con tanta incertidumbre. A partir de ese momento viviremos todos en paz y sin necesidad de estar estrujándonos los sesos para habilitar huecos donde ubicar el Día Mundial del Ascenso en Globo, de la Croqueta, del Croissant, del Soltero, del Hipopótamo, del Pistacho, del Gorrión o de la Hamburguesa. O del Retrete.

A perdonar la poquedad, pero tengo que ir al escusado. Hasta mañana.

viernes, 19 de noviembre de 2021

180. ¿Tantos para uno?

Rescato de Wikipedia: “Los Premios Ondas son unos galardones entregados a los profesionales de radio, televisión, publicidad en radio y música. Son concedidos anualmente por Radio Barcelona, emisora de la SER del grupo PRISA, desde 1954. Son los primeros galardones de radio y televisión instituidos en España, por lo que gozan de gran prestigio”.

En este año se reconoció el despliegue informativo de la televisión canaria en la isla de La Palma con motivo de la erupción volcánica. Pero, asimismo, y por idéntico motivo, se premió a la Cadena Ser, hecho que ha pasado casi inadvertido en este archipiélago. A los que nos puede la radio solemos ser más feos y no tan dados a presencias del bien quedar nos da cierta congoja algunos lucimientos que, a mi modesto entender, solo conducen a edulcorar la tarea periodística. Diera la impresión de que se pretenden adquirir protagonismos que no corresponden a quienes portan la alcachofa y se sitúan ante una cámara. Puede que en la actualidad en las aulas universitarias se hayan olvidado –o relegado– unas normas tan básicas en el desarrollo de un quehacer primordial en todo sistema democrático. O que el profesional (supuesto o no), una vez aprendido a volar en el sugerente mundo de las ondas, haya corrido tupido velo a todo aquello que constituye el leitmotiv en el ejercicio de una función fundamental.

No sé qué directrices se ponen en escena para la concesión de estos premios. Pero quiero imaginarme que la faena se lleve a cabo con la seriedad requerida. Y que se haya valorado en profundidad cuanto fuese menester antes de emitir el correspondiente fallo. Dicho lo cual (o escrito), damos por bueno el resultado y hemos de congratularnos, como canario, por ello.

Ahora bien, pasados aquellos primeros días desde que el pasado 19 de septiembre el innombrado volcán hiciese acto de presencia (no en Cumbre Vieja, por cierto), el hecho informativo se ha ido apagando con el devenir de las semanas. Y los medios (también la televisión canaria, y quizás con mayor incidencia por el inusitado despliegue, tanto humano como técnico) caen con reiterada frecuencia en repeticiones y abundamientos que ya cansan, producen hastío. Es como comer tortilla en el almuerzo durante dos meses seguidos.

A los dirigentes del ente público les recomendaría el simple ejercicio de visionar los telediarios de solo un día. Todos. Y me apuesto los consabidos cincuenta céntimos a que se echarían las manos a la cabeza al cerciorarse de que son prácticamente idénticos. Recurriéndose, además, a la caza y captura de aquel que ha sufrido la desgracia para que se derrumbe ante la cámara y llore a moco perdido. Y eso no es información. Si el palmero se resiste a llamar espectáculo al dictado de la naturaleza, no contribuyamos a sazonar el infortunio con sesiones de tintes amarillistas, donde se intenta poner en valor aspectos secundarios, pero llamativos y sensibleros. Jamás lo superfluo, y puede que hasta fingido, ha de erigirse en un hecho per se.

Me duele, además, el peloteo baboso de unos políticos que mejor papel harían en dedicarse a cumplir con los compromisos que su cargo les exige y que los ciudadanos demandamos. Porque ya está bien de felicitaciones sin ton ni son. Cuando alguien tiene encomendado un determinado rol social, no es necesario recurrir a la palmadita en la espalda por ejecutar el trabajo que se le ha confiado. “Y gracias a ustedes por la gran labor que llevan a cabo y tal y cual”. Que no, carajo, bastante dinero nos supone a los canarios la asignación presupuestaria correspondiente, como para invitarlos a un cortado por cumplir con su deber. Y los demás que curramos, ¿hemos de hacerlo a la espera del pláceme o, de lo contrario, rompemos la baraja y nos tiramos a la Bartola?

Y vamos con el acto de la entrega del premio. Ahí tienen una foto bien ilustrativa. Que la Cadena Ser envíe a recogerlo a cuantos estime conveniente, que hagan con su dinero lo que crean menester. Pero olvida nuestra tele, el consejero del ramo, el Parlamento de Canarias y la madre del cordero que los dineros públicos son sagrados. Y cuando uno contempla con qué alegría se despilfarran, le entran ganas de hacerse objetor de conciencia. Porque si aun jubilado, Hacienda se me queda con unos cuantos miles de euros en concepto de IRPF (pero si ya no rento, soy un pasivo total y absoluto), me duele el que mi peculio sirva para traslados innecesarios. ¿Hacía falta que se trasladara a Barcelona toda esa tropa? ¿No bastaba con que fuera uno o es que era muy pesado el trofeo? ¿Son conscientes esos rostros tan risueños de que un servidor se lo puede tomar como una total y absoluta falta de respeto? ¿Qué bueno es viajar cuando los gastos son soportados por albardas ajenas? ¿Qué fácil utilizar esa tarjeta que no repercute cargos en el saldo de la cuenta corriente (o libreta) propia?

¿Se dan cuenta de por qué no valgo para político? Qué osadía la mía al pretender velar por el uso correcto de las arcas de la comunidad. Eso ya no se lleva. Y de proponerlo en una campaña electoral, el votante, transmutado a masoquista a la enésima, me tildaría de perturbado mental y no sacaría ni para chochos.

¿Cómo? ¿Que si llevaron acompañantes? Oye, ¿por qué me mortificas con preguntas inoportunas?

Feliz fin de semana. Hasta el lunes.

jueves, 18 de noviembre de 2021

179. Patatús

Sostenía Pedro Martín, presidente del Cabildo de Tenerife, en una entrevista este pasado domingo (Diario de Avisos) que entendía perfectamente el cabreo de la gente por los atascos permanentes en nuestras carreteras. No solo ya en la TF-5, prototipo viario del desaguisado, sino que podían extenderse los colapsos a muchos más puntos de la geografía insular.

Uno, que con su pensión logra hacer milagros y viajar cuanto pueda por las islas, contempla que es en la de mayor extensión del archipiélago donde el caos se halla cómodamente instalado hasta tal extremo que ya no es necesario esperar a las denominadas horas punta. No te voy a poner ejemplos, porque ni siquiera es necesario salir de nuestro pueblo para empezar a perder la paciencia. Y si arriba te gusta estirar las piernas y te echas a caminar de vez en cuando, ve tranquilo y si al cruzar un paso de peatones (luego te pongo una muestra) observas que un coche te obstaculiza el paso, relájate, cuenta hasta veinte, y escapa como puedas. Si fuera más joven, seguro que ya me hubiese subido a más de uno. Y lo mismo me ponen una multa por atrevido. O por invadir una propiedad privada.

Dado que en el núcleo de La Montaña también llevamos dos años de entretenimiento, te comento que por la zona de cierta cafetería-pastelería es raro el día que no te tropieces con los de essolounmomento. Y todos los que pateamos un fisco lo vemos. Y sufrimos. Y no comprendemos cómo la policía municipal jamás vislumbra infracción alguna. Si arriba de que son pocos, andan algo mal de la vista, aviados vamos. O patatús en desarrollo.

A tenor de unas declaraciones efectuadas estos pasados días por Enrique Arriaga, me reafirmo en que hemos hecho el indio durante dos años. El muro de La Montaña se volverá a levantar tal y como estaba con anterioridad. Eso no quita, añade el vicepresidente, que los servicios jurídicos del Cabildo sigan estudiando la posibilidad de recurrir la reciente sentencia. Ni descarta el que una vez aprobado el nuevo PGO, tal y como asimismo argumentaba el alcalde realejero, se proceda a llevar a cabo la obra en debidas condiciones: retranqueos, aceras y demás. Vamos, que si nos tomaron el pelo el bienio pasado, nos espera, en un futuro a determinar, un continuo vacilón por parte de las dos instituciones implicadas. Y los “amigos” de El Monasterio carcajeándose a mandíbula batiente. Donde, para mayor desgracia de los sufridos viandantes, recalarán los políticos implicados (que no presuntos) a solazarse de sus duras jornadas de trabajo.

Me pregunto hasta cuándo podrán seguir soportando nuestras carreteras el cúmulo de vehículos. Y si no es hora de que concienzudos estudios pongan sobre la mesa opciones realistas que mitiguen el caos. Porque cualquier día se arma una catástrofe en esta isla, que no habrá dios que deshaga el entuerto de tráfico en el que nos sumergimos jornada tras jornada.

La isla de El Hierro, es mero ejemplo comparativo, tiene una población de 10.587 habitantes. De derecho (la empadronada), porque lo mismo, según hablaba tiempo atrás con un amigo, son menos. Y el censo de vehículos (turismos, camiones, furgonetas, motos y otros) se cifra en 9.889. Casi a uno por cabeza. Si restamos los menores de 18 años (creo que sigue siendo esa la edad para obtener el permiso de conducción, y, si no, pongan 16, me da lo mismo) puede –no, seguro– que nos quedemos con menos personas aptas para ponerse detrás de un volante que el montante de automóviles.

No me atrevo, pues, a indagar –para establecer la comparación de rigor– la casuística tinerfeña. Pues me da que van a ser pocos los hogares en los que el número de inquilinos sea superior al de fotingos en el garaje; o en la calle. Y menos mal que estamos en crisis, decía cierto familiar. De lo contrario, para mayor regodeo de piches y socavones, debería plantearme cada día el dilema de qué coche coger para ir a comprar el pan. Vamos, como cualquier dirigente popular untado por la Gürtel.

Sí, ya lo sé, soy consciente: no hay alternativa. Y lo que es peor: a quienes correspondería la obligación de estrujarse los sesos para que el servicio público del transporte terrestre en este peñasco fuese mucho más eficiente y diversificado que la nimiedad del presente (solo guaguas sumergidas en el mar de los colapsos; ¿El taxi?, ¿Y las perras?), como se desplazan en coche oficial y no están sujetos a los rígidos horarios del resto de mortales, los carriles bus, los trenes y tranvías (incluso la brillantísima idea de los parapentes de Manolo) se pudren en la gaveta de los papeles viejos.

O séase, no faltará mucho para un patatús definitivo. Y quizás en ese momento sobrarán todos los vehículos y faltarán nichos que nos acojan.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

178. Una imagen vale más...

Aunque este pasado lunes pasé por el muro de La Montaña, y observé que el señor de la pancarta seguía allí (ahora con las fotos de Pedro Martín y Enrique Arriaga; ¿retiró la de Manuel Domínguez motu proprio o…?), decidí seguir esperando a que alguien del Cabildo se pronuncie. Mientras, con el acopio diario de prensa digital, realicé otro sano, y entretenido, ejercicio, del que me apetece hacerte partícipe. Y si de camino aportas otra visión, mejor.

Esta primera me recordó a cierto reportaje de moda cuyas fotos se realizaron en una finca de platanera. O a las floristas que se ubicaban frente al ayuntamiento portuense. No sé lo que opinarán los defensores de la vestimenta tradicional cuando en cada romería nos machacan con lo de como debe ser o que no es un disfraz. Humildemente pienso que está fuera de lugar. Y como ilustraba la información de que el hotel Bahía del Duque había obtenido un premio internacional al mejor servicio, me quedé pensativo. Como no he tenido la oportunidad de alojarme en dicho establecimiento, no sé si es foto para el momento o que, efectivamente, los empleados van de tal guisa. Por cierto, el hombre se me parece a un político realejero menos retratado que el alcalde.

Los alcaldes del Sur (varios), reza el flash informativo, se reúnen con el CEST (Círculo de Empresarios del Sur de Tenerife) para consensuar demandas sobre los problemas de la comarca. Es algo que vislumbro con cierta frecuencia y que echo en falta por otras latitudes. Diera la impresión de que los alcaldes del Norte son más reacios a la hora de unificar posturas. Y mira que –al menos individualmente– elevan quejas a instancias superiores por el abandono. Pero les cuesta dar el paso, olvidar ataduras a siglas políticas, y mostrar esa unión que los ciudadanos demandamos.

El volcán “tiene menos efusividad que otros días”, pude leer en el diario que se deja referenciado en esta tercera foto. Y me fui al diccionario (inveterada manía): manera afectuosa y cordial de mostrar los buenos sentimientos a los demás. Como hemos adquirido la tira de conocimientos en esta erupción, me pregunto si este término es el adecuado para comunicar que el bicho (vocablo que los palmeros utilizan frecuentemente) arroja mayor o menos cantidad de lava (o piroclastos, cenizas y demás). Porque efusivo significa campechano, sencillo, llano, natural, franco, sincero, espontáneo, simpático, afable. Y aplicarle estos calificativos a la bestia que tanto daño ha causado a los habitantes de Aridane, se me antoja tan contraproducente como si yo lo tildara de altivo y arrogante (antónimos). Tranquilos, que efusión es, además, derramamiento de un líquido, más comúnmente la sangre. Y como la lava se asemeja a la leche que se sale del caldero...

Cuando tenga tiempo voy a indagar qué cantidad de dinero presupuesta mi ayuntamiento en cada ejercicio económico para metopas. Y se lleva la palma el apartado de los deportes. Me gustaría que fueran igual de generosos en el capítulo de cultura, pero viste menos. No estoy en contra de que se reconozca la labor de quien merece una distinción, pero aprovechar la coyuntura para que las fotos se conviertan en lucimiento ajenos… Debería nuestro alcalde repasar, de vez en cuando, sus propias declaraciones: “existen políticos que anteponen beneficios personales a los de la ciudadanía”. Porque yo le preguntaría que si es uno el homenajeado, ¿qué pintan tres políticos en la instantánea? Y si este es el trabajo por el que cobra el concejal del ramo, amén de poner las instalaciones (realizadas en mandatos de otros color político) a disposición de la entidades que presentan ya debidamente planificados y organizados los eventos deportivos, solo me queda que añadir: bien da el ordeño de la teta pública.

Ahí tienen, por último, en este breve muestrario, una de las tantas obras públicas de este país. Se trata de Yaiza, en Lanzarote, pero podría ser en cualquier otro lugar del territorio. Tengo mis dudas de que si el que está subido a la máquina hace algo o se colocó también para la foto. De espaldas, porque le daba vergüenza. Como hace unos días tuve una pequeña charla con Ramón Araújo, componente del Trío Zapatista (con anterioridad Anticraisis Consort), en Los Cancajos, acerca de la reconstrucción de la zona devastada por el volcán, me da que, y con él coincido, o adjudicamos tal menester a una empresa china o el asunto, me temo, va para largo. Spain is different.

martes, 16 de noviembre de 2021

177. Felicidades, Manolo (y 2)

A la espera seguimos a que desde el Cabildo alguien abra la boca para aclarar, o enturbiar, el entuerto. De no haber recurso –a esa esperanza también me agarro, pues se impone sensatez y cordura– el muro volverá a ser repuesto por su propietario en un futuro inmediato. En su trazado original, sin retranqueo y sin aceras. Seguiremos con la cara de bobo durante otra buena temporada, mas el tiempo lo borra todo. El Monasterio se gastará las perras y colorín colorado. ¡Ah!, lo de sacar a la ciudadanía para que se manifieste en la calle, ya se lo había insinuado desde tiempo ha. La apatía vecinal, sin embargo, denota que la participación brilla por su ausencia. A pesar de las denominadas mesas comunitarias, excesivamente tuteladas y sujetas a no morder la mano que les da… el alimento.

No obstante, y a perdonar, señor Domínguez, continúo patinando con lo siguiente:

Prosiguió con la aclaración el alcalde señalando que “no nos negamos a que ésa sea la solución idónea futura para la zona, pero en este momento y desde hace dos años, con el PGO actual vigente y de aplicación, esa posibilidad no se contempla y por tanto ir contra ella sería cometer una ilegalidad y acudir, entonces sí, con responsabilidades penales por parte de este alcalde y técnicos, independientemente de que un PGO futuro ya en tramitación sí contemple un muro retranqueado y tras su aprobación se permita ejecutarlo con posterioridad”.

Vamos a ver. Acláreme. La redacción de un Plan General de Ordenación (PGO) es un procedimiento más engorroso que un trasplante de pelo. La prueba es que vengo oyendo, y leyendo, que el actual equipo de gobierno lleva una purriada (o tonga) de años en la tramitación. Pero le concedo el beneficio de la duda y supongamos que en un corto o medio plazo dispongamos de nuevas normas de planeamiento. Y cuando ello sea una realidad, el muro de La Montaña ya estará repuesto. Vamos, que ya no se llamará de la vergüenza. Y en ese entonces, muy felices y contentos, irá usted con el responsable de Urbanismo, el jefe de Seguridad, el concejal de la zona, el de servicios, gabinete de prensa, fotógrafo, etc., etc. a echarse unos solomillos de res, con salsa Café de París y papas salteadas, o un escalope de cerdo (cochino, en canario) Vienesa con papas fritas, o un Strogonoff de pavo con arroz, todo ello regado con un blanco seco 2019, de Bodega La Haya. A los postres comunicará a la propiedad que van a desgorrifar (deshacerse una cosa por efecto de la presión que se ejerce sobre ella) el muro para retranquearlo tres metros, acometer el acerado hasta la calle Ciudad Jardín (entrada al Colegio Pureza de María) y construir una rotonda que regule el tráfico hacia la Luz y Los Afligidos. Que pagaremos todos los realejeros con cargo a nuestros impuestos y dentro del Plan de Barrios de ese ejercicio económico, puesto que El Monasterio se girará la cabeza para mearse de risa. Un doble gasto de muy difícil justificación. Ya se buscará la manera, o la excusa, para darle la vuelta a la tortilla. Especialidad de la casa. ¿No hubiese sido más fácil, y más rápido, una modificación puntual del actual PGO? ¿O es que no se ha hecho antes en otros supuestos, quizás de menor enjundia? ¿Cabezón versus cabezón?

Si ustedes se fijaron bien en cualquiera de las dos fotos con las que ilustro el post de hoy (y el de ayer), podrán observar que en la pantalla que se encuentra a las espaldas de nuestro alcalde, y con un recuadro en rojo, se puede leer: La resolución del Cabildo adolece de incompetencia… Vaya con la justicia y su manera de redactar. Se enrollan tanto que diera la impresión de que se busca intencionadamente la excusa para que dos magistrados, verbigracia, ante un mismo supuesto delictivo, puedan dictar sentencias contradictorias, con argumentaciones jurídicas tan distantes como pueden ser los colores blanco y negro. Y que, para más inri, haya un tercero que lo deje en gris. Sin que ninguno se ponga colorado cuando exponen sus prolijos considerandos. O falla el legislador al aprobar textos ambiguos (con lo que se nos resulta harto complicado justificar los generosos sueldos de 350 diputados y más de doscientos senadores) o nos resignamos a que los que componen los tribunales se hayan levantado ese día sin jaquecas inoportunas.

Si el Cabildo es incompetente (no tiene competencia) y sus informes se los pudo haber pasado el ayuntamiento por cierto sitio (creo que eso ya lo dije antes; bueno, tirarlos a la papelera), aclárense y no se anden con rodeos. Lo manifiesto en el convencimiento de que se haya utilizado el verbo adolecer en la tercera acepción del DRAE: tener o padecer algún defecto. Y jamás como sinónimo de carecer. Porque si así fuera en la frase de marras (subrayada por un servidor), más embrollo a la hora de interpretar.

En fin, Manolo, si algún responsable del Cabildo de Tenerife informa de algo al respecto ya me las ingeniaré yo para llevarle la contraria. Y es que doy por hecho mi vuelta al ayuntamiento. Esta vez como asesor, mi gran ilusión y mi sueño frustrado. Si tengo que manifestarme en el supuesto de que sigan con su cabezonería, cuenta conmigo. Yo tengo tiempo y puedo hacer acto de presencia mañana y tarde; déjame las noches para dormir (además, no me verían). Estoy contigo cuando sostienes que “existen políticos que anteponen beneficios personales a los de la ciudadanía”. Cuánta verdad, se pasan todo el día, por ejemplo, sacándose fotos.

Mañana más. Si la justicia no se opone y mientras no consiga el nuevo empleo, en algo deberé entretenerme.