sábado, 27 de noviembre de 2021

186. Temporales de años idos (3)

Las noticias se sucedieron en los días posteriores. Así, en La Prensa del 7 de enero de 1918, y en su página 1, una crónica del corresponsal en La Orotava, del tenor literal siguiente:

“El jueves, desde las seis de la tarde hasta la nueve de la noche, descargó un horrible temporal de agua y viento huracanado sobre esta villa, que causó importantes desperfectos en algunas casas particulares del centro del pueblo, en las iglesias de la Concepción y San Juan, y especialmente en el edificio en construcción del colegio de San Isidro, donde los destrozos han sido verdaderamente sensibles.

Varias casas de los barrios extremos de la población y de los campos han sufrido tales daños, que sus moradores han quedado en la mayor miseria, agravándose su ya aflictiva situación por la falta de trabajo, con esta nueva calamidad.

Algunas fincas de plataneras y cultivos ordinarios, así como numerosos árboles, fueron completamente arrasados por el furioso temporal, que esta vez no respetó la célebre palmera centenaria de la casa del señor Marqués de El Sauzal.

Según las noticias que hemos podido recoger esta mañana, las pérdidas son de muchísima consideración.

Esperamos que nuestras autoridades se dirijan al Gobierno, con la urgencia que el caso requiere, para que acuda al remedio de tanto infortunio, librando los fondos necesarios para reanudar los trabajos interrumpidos en las carreteras, ya que estas son las únicas obras que pueden aliviar tan horrible situación”.

Y en la página 2 del mismo ejemplar:

“De los pueblos. Los estragos del temporal.

En La Guancha. El alcalde de aquel pueblo comunica al Gobernador Civil lo siguiente: Comunico a V. E. que siendo las seis de la tarde del día tres del actual, se presentó un viento huracanado, causando daños en las propiedades rústicas y urbanas. Las pérdidas se calculan en 200 mil pesetas.

De La Orotava. Telegrama del alcalde.

En las primeras horas de la noche del tres, se desencadenó en esta villa un violento temporal de agua y viento, que causó gravísimos daños.

El fuerte huracán arrancó numerosos árboles, arrasó los platanales de varias fincas y destruyó la cosecha de patatas.

Derribó y destrozó muchos postes, lámparas y demás material del alumbrado público, quedando a obscuras la población.

En los edificios públicos y particulares los desperfectos son importantes.

El temporal derribó parte del gran edificio en construcción para colegio de enseñanza, valuándose este daño en más de quince mil pesetas.

En los templos se registran varios daños, entre ellos el derribo de la cruz que remataba una de las torres de la Parroquia Matriz, y un artístico canalón.

En muchas casas rompió los aleros de los tejados, puertas, ventanas y cristales.

También rompió la famosa palmera que existía desde los tiempos de la Conquista, en la quinta del señor Marqués del Sauzal.

En los campos ha destruido muchas casas, quedando sepultadas algunas reses bajo los escombros, y numerosas familias sin albergue en la mayor miseria, haciendo más triste la situación la absoluta falta de trabajo y de recursos para las subsistencias.

Ante tanta desgracia y desgarradores lamentos que llegan a esta Alcaldía, ruego encarecidamente a V.E. se digne interesar del Gobierno que auxilie inmediatamente a estos infelices obreros y familias indigentes, con los fondos disponibles de calamidades públicas, librando también con toda urgencia los necesarios para continuar las obras de estas carreteras, con lo que se dará ocupación a centenares de trabajadores que viven en el mayor infortunio. El alcalde, Juan Cullen.

En el Puerto de la Cruz. Alcalde a Gobernador Civil:

Tengo el sentimiento de participar a V.E. que el temporal de agua y viento huracanado derribó muchos árboles de las carreteras, plazas, paseos y otros sitios de esta localidad, ocasionando perjuicios de consideración en los cultivos, muy particularmente en el de platanera, y en varios edificios.

El barranco de San Felipe se desbordó por rotura de la muralla de contención, entrando el agua por la carretera del Estado del mismo nombre, que destrozó en una extensión de un kilómetro aproximadamente, inundando también gran parte de las fincas limítrofes y amenazando igualmente la parte baja de la población, que fue desalojada.

El alumbrado eléctrico se apagó totalmente debido a la caída de cables, cuya central sufrió asimismo desperfectos.

Afortunadamente no hay desgracias personales que lamentar, pero los daños causados estímanse de mucha consideración”.

Una nota aclara que los citados telegramas se han recibido por correo, por hallarse interrumpido el telégrafo.

También se hace eco la extensa crónica de los remitidos desde Granadilla y La Gomera. Pero, quizás por cercanía, concluimos con el comunicado por la Guardia Civil desde La Matanza:

“El temporal que se desencadenó el día tres causó daños de bastante consideración en las casas y campos, derribando muchas tejas y tabiques, así como bastantes árboles de propiedad particular, montes públicos y en la carretera del Norte.

Desde el puente de Alfonso XIII hasta Guamasa hay arrancados 24 eucaliptus y 8 postes telegráficos.

No hay que lamentar pérdidas personales”.

(continuamos mañana)

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