Debe tener Manuel Domínguez sobre la mesa de noche, como libro
de cabecera, alguno que contenga buen puñado de refranes. De ahí el titular de
hoy. No hay intervención suya en las sesiones plenarias del Consistorio de la
Avenida de Canarias (pueden incluir, si les place, la sedes de Teobaldo Power;
¡ah!, me olvidaba, y las del PP realejero, tinerfeño, canario y hasta la
mismísima Génova, 13, la del dinero de Bárcenas; eso, la caja B, que con dos
sentencias ha quedado más que probada; o lo mismo cae alguna más) donde no
utilice uno a modo de moraleja. Para que la inútil oposición aprenda de una maldita
vez. Ineptos, que son torpes e incompetentes a decir no puedo más.
“Usted no es igual a mí, ni lo será, gracias a Dios”. Ahí,
don Manuel, marque distancias. Usted es único. No se ha parido ser (racional o
no) en este Realejos norteño, ni ello será posible en un futuro, que admita la
más mínima comparación. Faltaría más. Hechura, porte, raigambre, solera,
abolengo…
Viven ustedes en continuo y permanente resquemor, muestran
antipatía a todo lo popular, y no le voy a permitir ni una sola vez más la
señalización al grupo de gobierno, le espetó mi alcalde al portavoz del grupo
socialista. Y le recalcó: Debates, sin
problemas, cuando y donde quiera. Sí, señor, con dos… Qué se va a creer
este aprendiz. Duro y a la cabeza. ¿Quiénes demonios son ustedes para poner en
duda nuestras altísimas capacidades? Hacemos las cosas bien, y punto pelota. ¿No
ven, acaso, los innegables adelantos en la conservación del patrimonio? ¿No
palpan la fluidez del tráfico? ¿No se bañan en la flamante segunda piscina? ¿No
saltan los caballos con elegancia los obstáculos en el hipódromo? ¿No se abrió
el Iván Ramallo tras comprar el tartán en Australia –o más lejos– y ni siquiera
fui a hacerme la foto porque Benito me dijo que el ambiente no era
propicio…?
Digo yo, ignorantón perdido, que si a Domínguez no le
satisface que los concejales de la oposición –también elegidos por el pueblo y
con votos tan válidos como los del grupo de gobierno─ presenten sugerencias en los plenos, interpelen a quienes
ostentan responsabilidades y competencias y manifiesten su opinión con respecto
a la amplísima casuística de la gestión municipal, ¿dónde demonios piensa
debatir? ¿En una cacería de conejos?
Coincido plenamente con quien le achacó falta de humildad a
la hora de ser capaz de reconocer el trabajo de la oposición, algo que sí hacen
otros grupos de gobierno, verbigracia en La Orotava, donde las propuestas
admitidas y asumidas por toda la Corporación son puestas en valor a la hora de
cortar la cinta. Y si de algo puede presumir el PP de mi pueblo es de adueñarse
de ideas ajenas y presentarlas como propias pasado un tiempo sin el más mínimo recato.
De lo que se alega en relación a las fotos del bien quedar,
prefiero no malgastar mi tiempo y escribir lo que siento, no sea que por un
casual le puedan trasladar sus correveidiles mi opinión y me suelte la cantinela
de que no he estado afortunado. Sí, ya se lo dijo a otro concejal: Todo es participación
ciudadana, incluso la suya, aunque desafortunada. Porque en este pueblo el que
vale es usted. Nosotros, como mucho, para maestros de escuela. Y eso de la
participación consiste en que reunimos las famosas mesas, charlamos un rato y…
prohibido cuestionar, no sea que se nos rompa el guion. Como nuestro pueblo es
el number one nacional en fiestas,
que es táctica excelente para olvidar problemas, tenderete al canto y pelillos
a la mar.
¿Y no es posible tratar otros asuntos? ¿No hay más problemas
en el pueblo a resolver o al menos intentarlo? Qué dices, concejal atrevido,
tenderete no es jolgorio ni lujuria. ¿Lujuria, Manolo? ¿Y le espetas a otro representante
municipal (al menos tanto como tú) que no ha estado afortunado?
Voy a dejarlo. Se me quedan asuntos en el tintero. Radio
Realejos y su información ¿en igualdad de condiciones?, Oficina Municipal de
Eficiencia y Autoconsumo Energético, Recinto Ferial de la Cruz del Castaño,
limpieza de maleza en la carretera del
Chanajiga, publicidad en el Pabellón Santiago Martín…
Como en mi casa solo vivimos mi mujer y yo, no necesitamos Reglamento
Orgánico para gobernarnos. Cada uno manda un poquito, bueno, ella más
que yo, y escapamos sin mayores dificultades ni agobios. Pero entiendo que un ayuntamiento
sí lo requiera. Y que a él, una vez aprobado, se deban todos los
concejales. Por lo que si se vio en la necesidad de retirarle el uso de la palabra
a una concejala de la oposición por no sujetarse en el turno de dúplica al
contenido de la pregunta, bien que me parece. Como el hecho de que tampoco se la
concediera a otro edil de su propio grupo cuando intentó responderle. La verdad
es que no sé bien a qué, porque aquella no pudo manifestar nada. Las normas
están para cumplirlas. Pero todas. Sin excepciones. Y en el debido equilibrio
está la virtud del buen gobernante. Que no es cuestión baladí, máxime cuando
las mayorías absolutas provocan desvíos que tienden a ciertos tintes de
impunidad. Especialmente cuando la variedad de cargos provoca demasiados desapegos.
Y como, aun opinando, me gusta darle al post la mayor
objetividad posible, concluyo con un
consejo al PSOE realejero, a su estructura orgánica: o dan a conocer al pueblo
el quehacer del grupo municipal en charlas periódicas presenciales en diferentes
núcleos poblacionales o larga travesía del desierto. Las cuatro pinceladas del
mundo virtual online, a la espera de
los likes de rigor, insuficiente a
todas luces. Y gente mayor que esté pendiente de Internet para informarse,
contados con los dedos de una mano.
Escribía el amigo Salvador García en su blog con motivo del cuadragésimo
aniversario de la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias): “Ya
hay experiencia y camino recorrido más allá del voluntarismo de hace cuarenta
años. Cuestión de esmerarse”. Cierto, pero añado que la profesionalización de la
política ha derivado hacia el acomodo. El temor a tener que dejar el sillón, y las
prebendas que conlleva, invita a no moverse, no sea que perdamos el encuadre de
la foto.
Y ya está bien. Hasta mañana.
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