Para que se
cercioren de que no es así, hoy, como toma de contacto, me voy a limitar a
reproducir varias décimas que brotaron (o emanaron, como la lava del volcán) en
los pasados meses veraniegos. Solo una muestra, que es conveniente guardar
otras en la recámara. Por si se tercia. Es probable, además, que alguna haya
visto la luz en la única red social por la que ahora circulo (o navego):
Facebook.
De la derrota
(orgánica) de Susana Díaz en Andalucía, y su rápido acomodo en el Senado (placentero
y mullido colchón para trapicheos partidarios), surgió:
También se nos va Susana / a
Madrid de senadora, / porque allí, en buena hora, / nadie el seso se devana. /
Chiquita tropa, cristiana, / se cita en el echadero, / mientras tanto el pobre
obrero / añora desconsolado / porque un puesto en el Senado / le provea el billetero.
Cada vez que la
pandemia aflojó, un servidor también lo hizo y se mandó a mudar para darse un
garbeo insular. Los recursos no permiten mayores aventuras:
De parajes colombinos / a
Maxorata me fui, / y en “ambas dos” recorrí / sus variopintos caminos. / Cambié
el monte por molinos, / por gavias y por volcanes, / pues grandes son los
afanes / de mamar naturaleza, / que es de Canarias riqueza / y nosotros: sus
guardianes.
Llevo casi dos
años y medio –y la culpa no es única y exclusivamente del coronavirus– sin
pisar cierto inmueble del pueblo. He pasado muchas veces y siempre está
cerrado. Y como barco parado no gana flete, me dije:
¿Para qué quiero yo estar / en
un lugar inactivo? / Me encanta sentirme vivo / pudiendo participar. / Si mi
afán de figurar / ya lo tengo bien difunto, / para el futuro barrunto / muy
incierto porvenir,/ y poco más que añadir:/ me quedo en mi casa… ¡y punto!
El
empantanamiento de la renovación de ciertas instancias judiciales y las
declaraciones pomposas de algunos magistrados, dando por sentado que la
película no va con ellos, me volvió a encender la bombilla:
Si fueran independientes /
hubiesen ya dimitido, / mas el gusto le han cogido / y se agarran con los
dientes. / Los ciudadanos, pacientes, / contemplan anonadados / las grietas por
todos lados / en instancias judiciales, / pero mandan los jornales / generosos,
bien dotados.
Curiosa –¿o
escribo otra cosa?– la aparente metamorfosis de incierto medio (¿o cuarto?) de
comunicación que de la noche a la mañana cambia de sede y subyuga (embelesa) a
pretéritos vilipendiados, corriendo estúpido
velo:
Aquí no ha pasado nada, /
manifestaron algunos, / y como un trompo, bien tunos, / giraron con su mirada.
/ Qué chula fue la montada; / cuánto podremos fardar, / para muy pronto olvidar
/ insultos y vejaciones / de anteriores ocasiones… / ¡Y pelillos a la mar!
Con un disfraz de cordero / el
lobo disimuló, / pero no se percató/ del valor del refranero. / Porque sabe el
mundo entero / que un velo no es suficiente / para engañar a la gente, / por lo
que tarde o temprano / te vuelve a morder la mano, / pues sigue afilado el
diente.
Y en esto surgió el volcán de La
Palma. Se dispersaron por la geografía canaria –y allende los mares– periodistas, peritos y sabihondos:
Fue noticia el primer día, / espectáculo
el segundo, / y al tercero todo el mundo* / solo morbo pretendía./ Cuando la
lava fundía/ y a su paso sepultaba / la riqueza que albergaba,/ unos
seudoperiodistas / alardeaban conquistas / cual gentes de mala baba. (*Medios
de comunicación)
Científicos han brotado / con el
volcán a porrillo, / que se chascan como millo / el más sesudo tratado. / Lograron
el doctorado / con el móvil en la mano, / y fueron directo al grano / para
mostrar la arrogancia / de quien revela ignorancia / discurriendo por el ano*.
(*A modo de erupción fétida)
Por último, y no
por ello de menor calado, la alegría indisimulada del señor Domínguez (cada vez
más ausente) durante estos meses dedicados a las crónicas del vernáculo
deporte. Tanto que Noelia y Adolfo hicieron horas extras a porrillo (aunque a
ellos les gusta) para que Manolo justificara algo más su generoso sueldo en Teobaldo
Power, amén de asistir a convenciones populares junto a ilustres señalados como
Sebastian Kurz, Nicolas Sarkozy o Mario Vargas Llosa. Y en la Valencia de Rita
Barberá:
Me anima constantemente / el
alcalde de esta Villa, / tildando de maravilla / a mi blog en el presente. / Y
me ha dicho un confidente / que ya le encargó a Benito / que prepare rapidito /
homenaje con metopa, / y si hace falta una ropa / para bregar un fisquito.
Ya está bien. Hasta mañana.
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