lunes, 13 de septiembre de 2021

127. Encuentro animadísimo

Debieron saber a poco las dos luchadas (en Santa Cruz y en Tejina), de las que se dejó fiel y prolija constancia en las entradas anteriores, porque el 19 de marzo de 2017 (lunes), la prensa nos informa de un nuevo encuentro entre ambos contendientes, celebrado en la Plaza de Toros el día anterior. Estas son las dos crónicas al respecto. La primera, más escueta; pero la segunda, con todo lujo de detalles (y quejándose por falta de tiempo).

Gaceta de Tenerife, página 1:

“El encuentro de ayer entre Tegueste y Tejina contra Santa Cruz, fué muy interesante por lo variado y pródigo en encuentros emocionantes. Hubo 31 luchas ganando Santa Cruz 18.

Se distinguieron de esta Capital en primer lugar Diego Guerra Brito que venció a Canino, Domingo González, Victoriano Rodríguez y F. Santana.

Eusebio el Herrero ganó las luchas contra Marcelino Dorta y F. Melián. Déniz que logró derrotar al Merlo y a Angelito.

José Martín (Sopo)  ganó tres luchas: Liborio Pérez, Severiano Jiménez y Agustín Darias. José Reyes estuvo como siempre hecho un coloso; ganó a Emilio Rivero, a José Alvarez y al poderoso Francisco Hernández (el de la caldera).

Del bando de Tegueste y Tejina fueron aplaudidos Indalecio González (que ya se había distinguido el domingo anterior) quien ayer ganó tres encuentros; Juan Díaz que ganó otros tres y Emilio Rivero que venció en un emocionante encuentro con Déniz.

Asistió numerosa concurrencia”.

Diario de Tenerife, página 2:

“Ayer devolvió la gente de Tegueste y Tejina la visita que el Domingo le hicieron los luchadores de esta capital. Y lo mismo que la luchada celebrada en aquel último pueblo, fué la que hoy reseñamos, un encuentro animadísimo, variado, exento de paréntesis fastidiosos; desfilaron los luchadores de Tegueste y Tejina como discípulos aprovechados de una mano maestra y tuvieron la suerte los de Santa Cruz de salir una vez más airosos en el pugilato de arte y fuerza del deporte canario, entusiasmo y admiración no solo de los hijos del país que lo queremos como cosa nuestra que es, sino también del elemento peninsular y extranjero entre los que hay muchísimos fervorosos partidarios y enamorados de la esbeltez, fortaleza y originalidad de los lances de la lucha.

¿Héroes de la tarde? No permite el tiempo escaso de que disponemos señalar detalladamente los méritos de cada uno. Por otra parte, luchadores como José Martín Sopo no necesitan ponderación; su trabajo, vencido o vencedor, lleva impreso siempre el sello del maestro; sus tres o cuatro luchas de ayer fueron dignas hermanas de aquellas otras que tuvieron como testigo el pueblo de Tejina.

José Reyes, Déniz, Eusebio son figuras que honran a la sociedad Fomento, yunque en el que han sido forjadas las burras trágicas, las caderas triunfantes.

Diego Guerra Brito estuvo ayer... brutal; casi no ha habido tarde en la que este muchacho, nacido sin duda para la lucha canaria, no haya conseguido un éxito; el triunfo de ayer tarde, sin embargo, solo puede compararse con el que obtuvo en el Teatro Viana la tarde del 11 de Febrero o el obtenido en esta misma Plaza la tarde del 4 del corriente.  Con un dominio y poder grandísimos y una sangre fría que debe ser la desesperación de sus adversarios, Guerra Brito ha conseguido con unas luchas, que ni él mismo entiende, las mayores explosiones de entusiasmo en el público.  Más que las luchas ganadas, sus defensas contra el poder de Marcelino Dorta que se salvó milagrosamente del naufragio, fué el soberbio remate que Brito puso en su despedida a la brillante temporada que ha realizado.

Simeón y Angelito, dos joyas admirables en lo que la lucha tiene de artístico, nos proporcionaron con un desafío de cinco luchas, unos minutos de gratísima emoción; ágiles, sagaces, valientes, los dos luchadores hicieron verdaderas filigranas en sus encuentros quedando vencedor Simeón Morales por una lucha de ventaja.

Indalecio González y Juan Díaz, de Tegueste y Tejina, estuvieron afortunados, siendo, muy aplaudidos. Y por último justo es que conste aquí el magnífico juego de caderas del encuentro entre Deniz y Emilio Rivero, soberbia disputa entre el maestro casi veterano que todavía hace honor a sus buenos tiempos y el joven principiante aspirante ya (y camino va de conseguirlo) a uno de los primeros puestos.

La primera lucha de la tarde la ganó Francisco Mesa, contra Andrés Hernández; ya era hora de que este muchacho que sabe luchar y defenderse gustara las mieles de la victoria.

Indalecio González que también dejó bien sentado el pabellón de Tejina el Domingo anterior, continuó su carrera victoriosa venciendo a Francisco y a Juan Mesa y al notable Manuel Ríos.

A Manuel García le parece demasiado triunfo el de Indalecio para un muchacho que empieza; da en tierra con Indalecio en una defensa de muslo y perece ¡ay! víctima de su acometividad y del inmenso poder de Alvaro Canino.

Este vence también á Leonardo, el Surdo, el cual es sustituido por Diego Guerra Brito, que vence á Camino.

Agarra después con Domingo González; surge la burra marca Brito y como no es suficiente, Diego Guerra recurre a otra cosa de su invención y derrota a González. Un entusiasta aficionado que está a nuestra lado le pregunta al soberbio luchador: Guerra ¿qué lucha es esa? Y Diego, el propio autor, medita un poco para contestar sonriéndose: ¡Qué se yo!

Cayó también V. Rodríguez y agarra después con Brito el afamado Santana, inicia éste la lucha queriendo levantar a su contrario y quedó trabada poderosa como un garfio la burra; fueron unos segundos memorables: resistió con alma Santana tres, cuatro, varias sacudidas de su adversario hasta que perdidas las fuerzas tuvo que ceder a la presión del terrible tentáculo que le aprisionaba la pierna. Santana, vencido, fue aplaudido con mucha justicia.

Al fin Diego Guerra cayó, como caen los valientes, a manos de Marcelino Dorta.

Eusebio García gana dos luchas contra Dorta y Francisco Melián y fué vencido por Juan Díaz.

Caen también Cedrés y Francisco González.

Mariano Cabrera, inteligente busca el modo de derrotar a Juan Díaz para caer después a los pies de Victoriano Rodríguez el Merlo.

Victoriano y Angelito, que salió después, encontraron la muerte entre los brazos de Déniz.

Y fue entonces cuando presenciamos un discutidísimo juego de caderas entro Emilio Rivero y Déniz, ganando Rivero.

Desde la tarde de Tejina tenía José Reyes clavada una espina; ayer consiguió sacársela, venciendo a Rivero; después tiró con gran dominio a José Alvarez y a Francisco Hernández y se retiró satisfecho de haber cumplido con su deber.

Adrián venció a Liborio, pero como el Tribunal tenía dudas volvieron a agarrar y fue entonces Liborio el vencedor.

Manuel Mora pone en jaque con un ataque rápido a Liborio, pero el Indio hace tiempo que tiene el santo de espaldas y fué derrotado.

José Martín vence dos veces a Liborio (por ordenarlo así el Tribunal) y se retira después de derrotar también a Severiano Jiménez y a Agustín Darías.

La última lucha de la tarde la ganó Salvador Guerra contra Pedro Rodríguez.

Fueron los encuentros 31, ganando Santa Cruz por 6 de ventaja.

El público, bastante numeroso, estuvo correcto y complacido tributó aplausos a uno y otro bando, acatando dócilmente las decisiones del Tribunal que dicho sea de paso y sin que ello signifique censura que pueda molestar, no estuvo ayer justiciero al ordenar nuevos agarres en luchas perfectamente decididas.

De algún incidente particular, hijo del apasionamiento, no queremos hacernos eco.

De la sensatez y del entusiasmo de los directores de los partidos que vienen y van a medir noblemente sus fuerzas hay que esperar que no se interrumpan estos torneos, en los que todos son admirados y aplaudidos con la lealtad característica de nuestra tierra”.

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A perdonar la extensión, pero creo que merecía la pena comprobar la importancia que se daba a estas crónicas. ¿Ha perdido el periodismo con el paso de los años? Sí, son otros tiempos. Dejémoslo así.

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