viernes, 24 de septiembre de 2021

136. Veinte contra diez (2)

Continuamos con los relatos porque los periódicos del entonces no escamoteaban esfuerzos. Sobre todo, Diario de Tenerife. En la actualidad, entre la pandemia y el acomodo de los plumillas, guárdame un cachorro.

El Progreso, 4 de junio de 1917, página 2:

“En la Plaza de Toros. La lucha de ayer

Ante una numerosísima concurrencia, jamás vista en esta clase de espectáculos en esta Capital, verificóse ayer en el circo taurino, la sensacional lucha entre los diez afamados atletas de la vecina isla del Hierro y los veinte más notables luchadores de Tegueste, La Laguna y esta ciudad.

El espectáculo resultó de lo más emocionante que hemos presenciado y los millares de personas que como espectadores asistieron a él salieron en extremo satisfechísimas.

Los héroes fueron, por el partido de Tenerife, José Martín, Angelito, Déniz, Eusebio García, Albertos y Julián Domínguez, y Juan Padrón y Pascual Hernández, por el del Hierro.

Eusebio derribó a los tres maestros Acisclo Sánchez, Juan Padrón y Manuel González.

Pascual cayó a manos de Déniz.

El resultado de las luchas fué de 10 a favor de Tenerife por 7 de los del Hierro”.

Y la prometida y prolija información en Diario de Tenerife, 5 de junio de 1917 (martes), páginas 1 y 2:

“Luchas canarias en la Plaza de Toros entre El Hierro y Tenerife

Algún tanto dificililla es hoy nuestra tarea de repórter.

Quisiéramos hacer un esfuerzo y emplear un vocabulario propio de los grandes acontecimientos, pero nos asalta el temor de que el asunto no responda a  nuestros deseos y queden desfiguradas y doloridas la verdad y la justicia que inspiran siempre nuestras impresiones.

Duró la lucha del Domingo muy poco tiempo; Ia suerte puso mala cara al grupo herreño; quedaron en pie la mayor parte de nuestros luchadores; no sucedió, para decirlo de una vez, lo que el público esperaba y, sin embargo, la concurrencia no salió descontenta.

Cayeron los hombres del Hierro, pero su derrota no puede calificarse de fracaso; ninguno, de los diez hombres que formaban el grupo adversario de Tenerife quedó ante el público como un mal luchador. Y por esto; porque caían como buenos en la lucha con otros tan buenos como ellos, el encuentro del Domingo, a pesar de su corta duración y de su resultado completamente distinto del que todos calculábamos, sostuvo la animación dejando, si acaso, al final una impresión agridulce; mezcla de satisfacción y desconsuelo que lejos de matar el entusiasmo, creemos nosotros que será nuevo acicate de curiosidad para los próximos encuentros.

Desilusionados y tristones quedaron los que habían puesto las esperanzas y afanes de emociones en el afamado Acisclo Sánchez, víctima ayer de un golpe, de desgracia y de la musculatura de hierro del poderoso Eusebio García; los que se imaginaron un desfile de la flor y nata de nuestros luchadores rendidos a Ios pies de Juan Padrón y Pascual Hernández; los que habían afirmado como indiscutible el triunfo de la gente del Hierro sobre la de Tenerife.

Pero a disipar el descontento se agolpaban también las notas de gallardía que nos ofrecieron los de uno y otro bando; el heroísmo de Alvarote y las palmadas asombrosas de Juan Padrón; el trabajo de Mariano y la defensa triunfante de su contrincante Manuel González; el juego admirable de Pascual todo maestría, deshaciéndose impotente contra el arte, una vez más ratificado de José Martín (el Sopo); Angelito vencedor en la agonía; Eusebio, convertido en héroe de la tarde y Déniz con su arma favorita de la cadera, señalándose como botón de muestra de las reservas que aún quedaban al partido de Tenerife.

El encuentro de ayer fue indudablemente una sorpresa, y los principalmente sorprendidos habrán sido los luchadores herreños.

Los partidos de Santa Cruz, de La Laguna y Tegueste y Tejina tienen cada uno un cuadro de luchadores completo; se ha aguzado el ingenio en un largo entrenamiento y raro es el luchador que ignora los resortes curiosos e interesantes de nuestro deporte regional. EL domingo quedó nuestra lucha triunfante como nunca.

Pudo llamarse la fiesta de la lucha canaria.

Estuvo el espectáculo bien organizado, no hubo incidentes ningunos y el público, un lleno completo, que en algunos momentos desbordó su entusiasmo estuvo correctísimo y premió con grandes aplausos a los luchadores herreños que se distinguieron.

Y como en honor a la verdad no encontramos otras impresiones generales que trasladar a las cuartillas, pasaremos a referir lo que nos ofrecieron los 17 encuentros, uno de ellos en tabla, que se celebraron el Domingo.

1º. Tenerife. ¿Quién es el primero que en nombre de Tenerife se atreve a pisar el terreno? El simpático Alvaro Canino tuvo este honor; fué premiada su valentía con el triunfo contra Juan Padrón.

(finalizamos mañana)

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