miércoles, 8 de septiembre de 2021

124. Una semana para enmarcar (2)

Pasamos ahora a Gaceta de Tenerife, página 1:

“Ayer tarde se verificó el encuentro entre el partido de esta Capital y el de Tegueste y Tejina.

La concurrencia fué muy numerosa.

Hicieron su presentación por el partido de Tegueste y Tejina nuevos luchadores en el terrero de esta Capital, todos ellos muy fuertes y conocedores del deporte canario lo que contribuyó a que el espectáculo fuera variado y el triunfo muy discutido.

Comenzó la lucha presentándose en el terrero Victoriano Rodríguez que despachó a cuatro luchadores de esta Capital y hubiera seguido tranquilamente su tarea de no existir en el cuadro de nuestros luchadores Diego Guerra Brito que acabó con el temible Victoriano y con cuatro adversarios más, retirándose a descansar.

Angelito en la lucha corrida no estuvo afortunado; venció a Adrián pero fué seguidamente derrotado por Salvador Guerra.

Luchador de la tarde del partido de Tegueste y Tejina fué un muchacho admirable por su habilidad y limpieza; dio en tierra con cuatro excelentes luchadores: El Indio, Déniz, Manuel García y Francisco González. Fué muy aplaudido y obsequiado con dinero por algunos admiradores.

A este luchador, que nos dijeron se llamaba Liborio Pérez, lo tiró Diego Guerra Brito que volvió al terrero; ganó además otra lucha y fué vencido, no sin trabajo, por José Martín Ramos.

Mariano Cabrera, consagrado ya como figura del deporte, había ganado ya una magnífica lucha retirándose por quedar en tabla con un adversario; salió contra Martín Ramos y le dio dos o tres jaques, pero fué vencido.

Clemente, poco ídem, levantó poderosamente por Martín Ramos venciéndole.

Emilio Rivero no pudo con Clemente ni José Reyes con Emilio Rivero y los tres, ni vencedores ni vencidos, se retiraron.

José Martín (Sopo), maestro indiscutible, ganó tres encuentros, cayendo a manos del notable Francisco Hernández.

Este fué vencido por Ricardo Campos que por no ser menos que su amigo El Sopo ganó también tres luchas.

Quedó vencedor el partido de esta Capital por dos o tres luchas de ventaja.

La nota principal en el encuentro de ayer fué la del compañerismo entre los luchadores de uno y otro bando; así debe ser siempre.

Agarrar con entusiasmo y con ganas de triunfar, pero sin que quede nunca, terminadas las peripecias de la lucha, la menor animosidad entre los adversarios; el público en general aplaudió ayer, sin distinguir el bando de los campeones, todo lo que fuera arte, gallardía y limpieza en el deporte; afortunadamente van escaseando también, gracias a la vigilancia de la autoridad, las intemperancias de alguno que otro apasionado o ignorante.

Cerróse la lucha de ayer con unos desafíos; en ellos hicieron alardes de habilidad, verdaderas filigranas, Angelito y El Indio, y Juan Mesa y Victoriano Rodríguez”.

El 6 de marzo de 1917 (martes) se continuaba en Diario de Tenerife, página 2, con el relato de las luchas del pasado domingo.

“Ayer adelanté a los lectores de DIARIO DE TENERIFE, que las luchas del domingo había sido interesantísimas y obligado estoy a justificarlo detallando los emocionantes encuentros que presenciamos en nuestro circo taurino.

Antes de entrar en materia, séame permitido enviar mi afectuoso saludo a los bizarros y atléticos luchadores de Tegueste y Tejina, dignos ejemplares de la raza, que el domingo vinieron a demostrar que con el gofio de allende las Canteras se puede disputar el terrero a los campeones de la lucha canaria.

¡Vamos a verlo!...

Citaremos antes las más importantes luchas de la tarde, pues ellas merecen lugar preferente en esta reseña.

Liborio Pérez, mocetón fornido, de Tegueste, aprovechado discípulo de Diego Rivero; sale al terrero con Manuel Mora El Indio, ese morenito del Fomento que ha causado algunos disgustitos a los laguneros. La lucha es breve. Liborio lo encadera con pasmosa ligereza, dando con él en tierra.

Se las entiende luego con el famoso Déniz, el rey de la cadera; pero esta vez Déniz dio con la horma de su zapato, pues el teguestero por medio de una hábil cadera cambiada, le descartó de la contienda. (Aplausos)

Manuel García, el Chiflado, el hombre de la seriedad, agarró no muy de su gusto con el vencedor de sus dos anteriores compañeros, siguiendo la misma suerte de éstos. El Chiflado encaderó a su contrario, pero Liborio, se defendió con una magistral virada que lanzó a tierra al serio.

Liborio venció también a Francisco González (el de las Gaseosas), por un cango por fuera. Pero, a cada santo le llega su día … y a Liborio le llegó también al verse frente a Guerra Brito.

La lucha fué emocionante. Liborio levantó a Brito y cuando ya se le creía vencido, éste por medio de una burra majorera, de las inevitables, dio en tierra con el bravo teguestero. (Prolongados aplausos). 

¡Bien por Brito y muy bien por Liborio! Esto es luchar y lo demás es tontería…

Brito sigue siendo dueño del terrero y se las entiende con seis luchadores más de Tegueste.

Derrota a Victoriano Rodríguez, por cogida del muslo; a Alvaro Canino, por una burra; a Hilario Alonso, por toque por dentro, después de agarrar varias veces; a Marcelino Dorta, por una levantada con cango; a Santana por una rápida y monumental levantada; y a Domingo González por una palmada para atrás.

Terminadas estas magistrales faenas, una de las mas interesantes de la tarde, Brito recibió grandes ovaciones, dinero y vuelta al ruedo…

(continuamos mañana)

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