“Ayer tarde se verificó el encuentro entre el partido de
esta Capital y el de Tegueste y Tejina.
La concurrencia fué muy numerosa.
Hicieron su presentación por el partido de Tegueste y Tejina
nuevos luchadores en el terrero de esta Capital, todos ellos muy fuertes y
conocedores del deporte canario lo que contribuyó a que el espectáculo fuera
variado y el triunfo muy discutido.
Comenzó la lucha presentándose en el terrero Victoriano Rodríguez que despachó a
cuatro luchadores de esta Capital y hubiera seguido tranquilamente su tarea de
no existir en el cuadro de nuestros luchadores Diego Guerra Brito que acabó con el temible Victoriano y con cuatro adversarios más, retirándose a descansar.
Angelito en la
lucha corrida no estuvo afortunado; venció a Adrián pero fué seguidamente derrotado por Salvador Guerra.
Luchador de la tarde del partido de Tegueste y Tejina fué un
muchacho admirable por su habilidad y limpieza; dio en tierra con cuatro
excelentes luchadores: El Indio, Déniz, Manuel García y Francisco
González. Fué muy aplaudido y obsequiado con dinero por algunos
admiradores.
A este luchador, que nos dijeron se llamaba Liborio Pérez, lo tiró Diego Guerra Brito que volvió al
terrero; ganó además otra lucha y fué vencido, no sin trabajo, por José Martín Ramos.
Mariano Cabrera,
consagrado ya como figura del deporte, había ganado ya una magnífica lucha
retirándose por quedar en tabla con un adversario; salió contra Martín Ramos y le dio dos o tres jaques,
pero fué vencido.
Clemente, poco
ídem, levantó poderosamente por Martín
Ramos venciéndole.
Emilio Rivero no
pudo con Clemente ni José Reyes con Emilio Rivero y los tres, ni vencedores ni vencidos, se retiraron.
José Martín (Sopo), maestro indiscutible, ganó tres
encuentros, cayendo a manos del notable Francisco
Hernández.
Este fué vencido por Ricardo
Campos que por no ser menos que su amigo El Sopo ganó también tres luchas.
Quedó vencedor el partido de esta Capital por dos o tres
luchas de ventaja.
La nota principal en el encuentro de ayer fué la del
compañerismo entre los luchadores de uno y otro bando; así debe ser siempre.
Agarrar con entusiasmo y con ganas de triunfar, pero sin que
quede nunca, terminadas las peripecias de la lucha, la menor animosidad entre
los adversarios; el público en general aplaudió ayer, sin distinguir el bando
de los campeones, todo lo que fuera arte, gallardía y limpieza en el deporte;
afortunadamente van escaseando también, gracias a la vigilancia de la
autoridad, las intemperancias de alguno que otro apasionado o ignorante.
Cerróse la lucha de ayer con unos desafíos; en ellos
hicieron alardes de habilidad, verdaderas filigranas, Angelito y El Indio, y Juan Mesa y Victoriano Rodríguez”.
El 6 de marzo de 1917 (martes) se continuaba en Diario de Tenerife, página 2, con el
relato de las luchas del pasado domingo.
“Ayer adelanté a los lectores de DIARIO DE TENERIFE, que las
luchas del domingo había sido interesantísimas y obligado estoy a justificarlo
detallando los emocionantes encuentros que presenciamos en nuestro circo
taurino.
Antes de entrar en materia, séame permitido enviar mi
afectuoso saludo a los bizarros y atléticos luchadores de Tegueste y Tejina,
dignos ejemplares de la raza, que el domingo vinieron a demostrar que con el
gofio de allende las Canteras se puede disputar el terrero a los campeones de
la lucha canaria.
¡Vamos a verlo!...
Citaremos antes las más importantes luchas de la tarde, pues
ellas merecen lugar preferente en esta reseña.
Liborio Pérez, mocetón fornido, de Tegueste, aprovechado
discípulo de Diego Rivero; sale al terrero con Manuel Mora El Indio, ese morenito del Fomento
que ha causado algunos disgustitos a los laguneros. La lucha es breve. Liborio
lo encadera con pasmosa ligereza, dando con él en tierra.
Se las entiende luego con el famoso Déniz, el rey de la cadera; pero esta vez Déniz
dio con la horma de su zapato, pues el teguestero por medio de una hábil cadera
cambiada, le descartó de la contienda. (Aplausos)
Manuel García, el
Chiflado, el hombre de la seriedad, agarró no muy de su gusto con el
vencedor de sus dos anteriores compañeros, siguiendo la misma suerte de éstos. El Chiflado encaderó a su contrario,
pero Liborio, se defendió con una magistral virada que lanzó a tierra al serio.
Liborio venció también a Francisco González (el de las
Gaseosas), por un cango por fuera. Pero, a cada santo le llega su día … y a
Liborio le llegó también al verse frente a Guerra Brito.
La lucha fué emocionante. Liborio levantó a Brito y cuando
ya se le creía vencido, éste por medio de una burra majorera, de las
inevitables, dio en tierra con el bravo teguestero. (Prolongados
aplausos).
¡Bien por Brito y muy bien por Liborio! Esto es luchar y lo
demás es tontería…
Brito sigue siendo dueño del terrero y se las entiende con
seis luchadores más de Tegueste.
Derrota a Victoriano Rodríguez, por cogida del muslo; a
Alvaro Canino, por una burra; a Hilario Alonso, por toque por dentro, después
de agarrar varias veces; a Marcelino Dorta, por una levantada con cango; a
Santana por una rápida y monumental levantada; y a Domingo González por una
palmada para atrás.
Terminadas estas magistrales faenas, una de las mas
interesantes de la tarde, Brito recibió grandes ovaciones, dinero y vuelta al
ruedo…
(continuamos mañana)
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