Gaceta de Tenerife,
22 de mayo de 1917 (martes), página 4:
“La lucha canaria en la Plaza de Toros
El encuentro de antes de ayer entre Tegueste y Santa Cruz
fué muy interesante y de los mejores organizados que hemos visto.
Se luchó con interés y pundonor pero también con nobleza y
compañerismo.
Hubo 30 encuentros; Santa Cruz ganó 17; Tegueste 12, y una
quedó en tabla.
Se distinguieron Ramón Herrera: Juan A. Jorge heredero de la
burra del celebre Guerra Brito;
Santiago Cedrés, el cual venció a J. Díaz, Liborio y a Santana; Manuel García
(ayudado por el Dr. Adryam) que venció a tres adversarios y se retiró; y por
último el poderoso C. García.
De Tegueste fueron aplaudidos el notable Agustín Darias y
Francisco Hernández.
En los desafíos hicieron magníficas luchas todos los que en
ellos tomaron parte: Mariano Cabrera, Santana, Francisco González, Eusebio,
Liborio, A. Gómez, Ramón Herrera y Antonio Rodríguez.
Los muchachos del segundo equipo, admirablemente”.
Diario de Tenerife,
23 de mayo de 1917 (miércoles), página 2:
“Hoy tomamos nuestra pluma de revistero completamente
satisfechos; que para todo el que no sea un desequilibrado, siempre será más
grata la tarea de aplaudir que la de censurar, si la justicia no queda
resentida.
Y la lucha del Domingo solo aplausos merece.
Hubo buena organización, porque sin vacilaciones ni compases
de espera, los caudillos de uno y otro bando ordenaban rápidamente la
presentación de sus luchadores en el terrero, porque obedientes los luchadores
acataron las disposiciones de los jueces del Tribunal aunque a primera vista
parecieran injustas, que a nosotros nos parecieron muy acertadas; y buena fué
la organización porque el expectáculo [sic] comenzó puntualmente a la hora
señalada.
El compañerismo y la cordialidad entre la gente luchadora
fueron notas simpáticas que esmaltaron el encuentra del Domingo, pero no ese
compañerismo que huele a combinación y mata por lo mismo el interés del público,
sino esa franca y noble cordialidad que naturalmente existe entre hombres que,
fuera del momento de la lucha son amigos, y acuden al terrero buscando todos un
solo triunfo: la consolidación de nuestro deporte regional.
Y así debe ser; en estos encuentros no debemos alegrarnos
precisamente que los de aquí o los de allá sean los vencedores; debemos
procurar que quede vencedora únicamente, la lucha canaria.
El público que, valgan verdades, aquí nunca ha sido exagerado,
llega en su conducta a aproximarse al ideal, y expontaneamente [sic] premia con
sus aplausos todo trabajo que se salga de lo corriente, sea o no del Fomento;
el Domingo no tuvo gran suerte el partido de Tegueste, pero Agustín Darias,
Francisco Hernández y Emilio Rivero en todo lo bueno que hicieron en la lucha
corrida, y Fernando Santana, Antonio Rodríguez y Liborio Pérez, por sus trabajos
en los desafíos, son testigos que nos dejarán por mentirosos, de que no les fué
escamoteado el merecido homenaje del público.
Hubo novedades. La presentación de una docena de muchachos
del segundo equipo; unos, ya creciditos, otros niños todavía.
El efecto fué admirable; son en su mayor parte verdaderos
maestros en miniatura; levantan y encaderan algunos como Déniz, se defienden
todos casi tan bien como Manuel García.
El tiempo, si no disminuye el entusiasmo de los muchachos, nos
irá dando a conocer sus nombres y sus habilidades especiales.
También como remate de la tarde se efectuaron algunos de los
desafíos anunciados y quedó demostrado lo que hemos dicho tantas veces.
Es el modo de que el público quede satisfecho, el Domingo no
hubo necesidad de que luchara Mariano Cabrera por el Fomento en la lucha
corrida; y Fernando Santana y Liborio Pérez, por haber caído al primer
encuentro, no dieron el juego que era de esperar dados los antecedentes de
ambos luchadores; pero el público no quedó defraudado porque en los desafíos
pudo contemplar a toda satisfacción a Santana, uno de los luchadores más
distinguidos y agradables, en pugna con el famoso Mariano Cabrera y a Liborio
agarrando con el notable y pocas veces afortunado Francisco González.
Y teníamos decidido desde hace algún tiempo suprimir todos
estos comentarios y ceñirnos por completo a referir los encuentros pero no
hemos podido evitar en esta ocasión el aprovechar la que se nos presentaba para
aplaudir una lucha que reunió casi todas las condiciones para ser considerada
como modelo de las sucesivas.
Y decimos casi y no todas porque faltaron en el encuentro
del domingo la presentación de luchadores como José Martín y Rafael Déniz, que
cuentan con la simpatía y admiración de los aficionados; pero la culpa de esto la tuvieron Ramón Herrera
con su suerte loca, Santiago Cedrés vencedor; de lo más escogido de la gente de
Tegueste... y el Dr. Adrián por haber
multiplicado las fuerzas del cada día más celebrado luchador Manuel García”.
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