viernes, 30 de abril de 2021

45. Agárralo como puedas

Quizás hubiese sido más adecuado que el lugar de los hechos fuera el de esta primera ilustración. Una parroquia (aldea) del municipio lucense de Cospeito, que cuenta (censo de 2019) con una población de 133 habitantes. Pero no. Entre otras cosas porque en los ambientes rurales no se llega a tanto. Y como son pocos, se deben conocer perfectamente. Por lo que dirimir sus diferencias al estilo de lo que luego te voy a contar, no entra en los cálculos de la normalidad. Hasta me imagino al cura haciendo cruces de haber sido testigo ante un acontecimiento de características semejantes.

Tendremos que trasladarnos mucho más al sur. Y al este. Cuando uno va a Elche (Alicante), lleva bien grabadas en su mente las secuencias de El Huerto del Cura, fiestas de moros y cristianos, palmerales, museos, la Dama (aunque se halle en Madrid)… Algo parecido a lo que ocurre cuando te llevan en viajes organizados a lugares en los que te enseñan lo que interesa por motivos que pueden ser ajenos a los que, a lo mejor, a ti no te importan tanto como aquellos que sí visitarías en caso de ir por tu cuenta.

Pues hay un barrio ilicitano, La Puñalá, que podría compararse (salvando las convenientes distancias) con la Cañada Real madrileña. Un barrio –y ya el nombre se las trae– olvidado, marginado, sin las atenciones debidas por parte de las instituciones, en el que las basuras proliferan (ver la segunda foto) y donde la convivencia no constituye ejemplo a imitar. Y dejamos los aspectos conflictivos de la drogadicción, trapicheos y otras incidencias negativas (un apuñalamiento hace poco con tres menores implicados), porque corresponde centrar el comentario en un suceso curioso. O indiscreto.

Iba cierta pareja (él y ella) dando un paseo, cuando un paisano, con varias copas de más en el depósito del combustible, disparó sus aerosoles en uno de sus excesos etílicos y piropeó a la fémina con ya te puedes imaginar qué modales y con una falta de equilibrio más que evidente. Algo que incomodó al acompañante, por lo que fue recriminado, ipso facto, el ebrio lisonjeador, quien, lejos de amedrentarse, persistió en su arrebato belicoso y pasó de las palabras a las manos. Mejor aún, a un enfrentamiento en toda regla.

En el fragor de la batalla, debió caerse el zalamero –normal en las condiciones con las que resistía a duras penas los efectos del alcohol– y (me lo quiero imaginar en posición de rodillas) mordió, con las mismas ganas que se le hinca el diente a un filete demasiado hecho, aquel bulto que tuvo a su alcance. Eso, en un sitio que duele de lo lindo. Del chillido que debió lanzar el atacado en sus partes pudendas nada dicen las crónicas, sino de la denuncia presentada y de los tres puntos de sutura que requirió la recomposición del miembro.

Pudo ser que en ese instante de lucidez que todo borracho tiene, y ante tanto golpe fallido (al aire) por la medición errónea de las distancias (algo incuestionable cuando los grados rompen esquemas), se le presentó la ocasión pintiparada y quiso concluir las diferencias entabladas con un rotundo agárralo como puedas, quedando patente que la dentadura aún cumplía su cometido. Qué pena de pene.

Cundo leí la noticia, y al comprobar luego que Jesús Farráis se refirió en su muro de Facebook a la tremenda chascada, me acordé de un chiste:

Estaba cierto panadero tan enrollado con una de sus clientas, que aprovechaba el recorrido diario para introducirse, subrepticiamente, en la habitación de la dama vete tú a saber con qué ocultas intenciones. Dando por hecho que el marido se hallaba en su puesto de trabajo, he aquí que el día de marras y cuando ya se encontraba en la puerta del dormitorio con aquello (lo que el borracho había mordido, para entendernos) en la mano (este oficio requiere mucha prisa para que el material el otro, el del reparto– no se ponga duro), comprobó que en la cama no estaba la destinataria (del pan y de lo que iba sujeto) sino el cónyuge (algo pachucho y con fiebre), por lo que, sin cortarse lo más mínimo, le espetó: O me pagas el pan o te meo la cama. Eso sí que es una elegante manera para salir de una situación embarazosa y no la del bruto que clava los dientes sin miramientos.

Bueno, vienen unos días festivos. Tengo que preparar los fuegos. Nos vemos el martes, que ya será 4 de mayo.

jueves, 29 de abril de 2021

44. 800 o 1000

Escribió Casimiro –o el/la negro/a, para seguir con el cachondeo del lenguaje inclusivo y la escritura de la gilipollez– este pasado fin de semana que los empleos no crecen en los árboles. Porque si ello fuese posible, bastaría con subir a El Cedro para que la lacra del paro acabara para siempre jamás y pasara a ser mera anécdota en la historia reciente de este país. Y de La Gomera, por añadidura.

Por ello, “hemos activado una importante inyección de recursos que estoy seguro que dinamizarán en mercado laboral de la isla y que supondrán la creación de 800 puestos de trabajo este año”. Por si Curbelo se quedó corto en la apreciación, me atrevo a incrementar tal cantidad y de ahí el título del presente.

Creo que fue Alfonso Guerra el que prometió allá por los ochenta del pasado siglo –ya viajaba el gomero en coche oficial– unos ochocientos mil puestos de trabajo en España. Concluido aquel mandato se comprobó que las previsiones habían sido demasiado optimistas. Por lo que, ipso facto, alguien, jocosamente, vino a corregir el aserto del número dos de Felipe González alegando que él solo había prometido 800 o 1000.

Vuelve el presidente de aquel Cabildo Insular a machacar el mismo hierro de cada año. Es una constante que viene repitiendo cada primavera desde que, si me apuran, Hautacuperche le dio el mochazo a Peraza. En la presente ocasión serán once los millones destinados a dinamizar el mercado laboral a través de programas de empleo y formación.

Ya se han programado, indica Casimiro, actuaciones vinculadas a la recuperación de bancales, la adecuación de senderos, el mantenimiento de espacios públicos, la restauración de áreas degradadas y la incorporación de jóvenes desempleados a infraestructuras del sector primario.

Echo en falta la limpieza de cunetas. Que es el oficio en el que más destacan los chalecos amarillos. Sobre todo cuando se sientan, allá a media mañana, para zamparse el bocadillo. Porque presume La Gomera de tener las márgenes mejor conservadas de toda Canarias. Y que viene a constituir el grueso de todo el empleo –temporal– que se genera en cada ejercicio económico y con cargo al presupuesto anual. Seis u ocho meses de curro suave (a las dos y algo en casa), el resto hasta los doce anuales en el paro. Para el siguiente, tres cuartos de lo mismo. Y el voto asegurado.

Porque mira que se lleva tiempo con idéntica cantinela. Y jamás se crean empleos fijos. Porque no son rentables, ya que una vez se haya estabilizado la posición, puede que se dediquen a pensar cosas feas, como podría ser el hipotético desvío en la línea política a seguir. Lo que implica mucho peligro. Es por lo que no interesa cambiar de táctica. Solo se necesita un repaso a la prensa durante unas décadas. Aquí no valen espacios temporales más cortos, pues en La Gomera hay que medir con una vara mayor.

Somos el territorio insular que menos empleo ha destruido el último año, además de ser la isla que más empleo creó el pasado mes de marzo, insiste Curbelo. Que sí, tienes toda la razón. Pero deberías acudir a los medios allá por el otoño y explicarle bien clarito a los supuestos periodistas que todos los ocupados primaverales han vuelto a los rediles del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal; lo que antes era el INEM, para entendernos). Y cuando comience la floración de 2022, to begin anew o, si lo prefieres, recommencer. Así, in secula seculorum.

Luego se nos llena la boca con lo de diversificar la economía. ¡Ah!, y lo de adecuar los bancales –ya lo adelantaste tiempo atrás, puede que sin percatarte de la contradicción en la que incurrías– será un atractivo turístico al que yo mismo sacaré un par de fotos en las próximas visitas y punto pelota. Porque lo de incorporar jóvenes al sector primario no podrá jamás cumplirse. Tu propia política del subsidio permanente marcha en sentido contrario. Y nadie se va a molestar en mojarse el culo en busca de la pesca, si tú le pones el pescado en la puerta de la casa. Gomeros bobos, que yo sepa, ni uno.

No espero coherencia de los políticos, porque visto lo visto no sé si el enfermo tiene cura. Pero me repatea que el periodismo haga oídos sordos y acepte a pie juntillas y con total laxitud, sin espíritu crítico y con un ‘sí, bwana’, más que preocupante.

Tengo unas ganas de que me pongan la segunda dosis, y se rebaje el nivel en esta isla, para darme el consabido salto. El cuerpo me lo está pidiendo a gritos. Espero pasar desapercibido. Aunque con los espías nunca se sabe. Son tan buenos como cualquier GPS. Sin poner la pata en el muelle, la señal ya llegó a la Torre del Conde. Y alrededores.

miércoles, 28 de abril de 2021

43. ¿Para cuándo?

Hace unos días (fue el 21 de los corrientes) publiqué en este mismo medio el artículo titulado Desgraciado suceso. Aludía al accidente sufrido en la costa realejera por unos vecinos de La Longuera (hoy Toscal-Longuera). Ahora, siguiendo con esa manía de escudriñar periódicos de años idos, me tropiezo con esta reseña publicada en Semanario de Orotava (periódico ilustrado, de intereses generales y noticias) el día 20 de noviembre de 1897, página 10. Como siempre, va una transcripción literal:

“El Domingo último, una infeliz joven que tranquila y jovial caminaba por la carretera del Realejo en unión de otras compañeras, al llegar al punto denominado Barranco de la Torre, una de las muchas piedras que con frecuencia se desprenden allí desde lo alto, dió con ella en tierra dejándola muerta instantáneamente.

La impresión y comentarios del doloroso suceso durarán algunos días.

La familia de la inocente victima, llorará por algún tiempo la pérdida de un ser querido.

Y quizá alguna amiga piadosa señale con tosca cruz el lugar del acontecimiento.

Y, andando el tiempo… todo será relegado al olvido.

Las agrietadas peñas continuarán amenazando con aplastar al inocente transeunte que, desconociendo el peligro, discurra por aquellos lugares, extasiado ante la amenidad del paisage; hasta tanto que otra nueva victima venga á pagar con su vida apatías y descuidos y á escribir con su sangre nueva protesta contra quienes, debiendo hacerlo, no han procurado quitar el peligro.

E.P.D. la pobre joven cuya muerte deberas lamentamos”.

Precisamente, en el precitado Desgraciado suceso concluíamos con: “Como es harto conocido, los desprendimientos continúan un siglo después. El tramo de autovía entre Los Realejos y San Juan de la Rambla sabe mucho de tal particular”. El próximo mes de noviembre se cumplirán 124 años del accidente de la joven y los derrumbes (ver foto) no cesan.

Tengo conocimiento de que se ejecuta el proyecto del tramo comprendido entre Buen Paso y Las Aguas. Con lo que, únicamente, restaría para el tan ansiado cierre el trecho más peligroso, el que está ocasionando mayores quebraderos de cabeza, porque cualquier anomalía causa un monumental desaguisado en el tráfico de imprevisibles consecuencias. Urge, por lo tanto, que las administraciones implicadas adopten las medidas que menester fueren. Salvo que sigamos empeñados en que mueran de ostracismo las poblaciones que se hallan entre Los Realejos y Buenavista.

Los túneles bajo la cumbre de Erjos avanzan, eso leo, a buen ritmo. Lo mismo ocurre con los que desde Agaete hasta El Risco permitirán que llegar a La Aldea deje de ser una odisea. Aunque desde San Nicolás a Mogán también tiene su miga. Uno, que presume de viajar por las islas (maldita pandemia que me tiene amarrado) cada vez que la pensión deja un resquicio (ya que nadie me contrata como personal de confianza), siente sana envidia de contemplar el estado de las carreteras por el resto del archipiélago canario.

Se ha llegado a un punto en que los lamentos y echar culpas a los predecesores en la gestión pública, no solo no remedia la problemática y agiliza el procedimiento, sino que lo enquista más aún. Lo malo es que leyendo las declaraciones de los alcaldes norteños en relación con el posible trazado del tercer carril desde La Orotava hasta La Laguna, me asaltan terribles dudas acerca de la posibilidad de llegar a ponerse de acuerdo en cuestión tan fundamental o, por el contrario, creen algunos que los intereses partidarios –por mor de puñados de votos– pueden anteponerse al interés general, que es el de una población que demanda soluciones y no postureos y pataletas de niño chico.

¿Para cuándo, pues, noticias de mejor porte? Un servidor también es usuario de la cuestionada vía. En mucha menor medida de quienes su tránsito es medio de vida, pero asimismo expuesto a que una linda piedra me ponga en serio aprieto. Así, que, señores de los gobiernos autonómico e insular (y ÚNANSE alcaldes implicados), a ponerse las pilas hoy mismo, que mañana es tarde. Qué feliz me harían si no tuviese que volver a escribir de este particular. Mi agradecimiento sería tal que… seguiría garabateando y exigiendo todo aquello que crea de interés para el ciudadano.

martes, 27 de abril de 2021

42. Incongruencias

Hace un par de días –en concreto después de regresar de La Gañanía, donde le pusieron a la señora la primera dosis de AstraZeneca– vislumbré una singular convocatoria del ayuntamiento realejero. Venía a indicar lo siguiente: El ayuntamiento de Los Realejos abrió hoy [el 22 de los corrientes] el plazo para la presentación de solicitudes a su línea anual de subvenciones de concurrencia competitiva a la innovación e incorporación de medidas para la sostenibilidad y respeto ambiental en explotaciones agrarias y ganaderas, tanto de particulares como de entidades del sector.

Suena bonito, me dije. Pinta bien, me regocijé. Qué pena que no posea un cacho de terreno (o una cabra y un par de conejos) en cualquier lugar del pueblo para poder acogerme a la invitación. No sé si los amigos que sí lo tienen (Pancho y Domingo García Palmero, Celestino Pérez Hernández, Juan José González González y otros muchos) ya han presentado los papeles para optar a las ayudas que tan espléndidamente reparte el Consistorio.

Seguí leyendo: La concejalía de Desarrollo Rural, dirigida por Alexis Hernández, destina para ello 9.600 euros. ¿Tanto?, me pregunté con ligero rictus de asombro. ¿Cómo es posible? ¿Está tirando Manolo el cochinito por la ventana de la alcaldía? ¿No se da cuenta del quebranto económico que ello puede ocasionar en las arcas públicas? Con razón le vota la gente. Es que no se atisba en ningún otro municipio ese grado de esplendidez. Así da gusto. Casi diez mil euros. Que repartidos entre un centenar de posibles adjudicatarios –para redondear, que a lo peor pueden ser más– tocarían a 96 euros cada uno. Un dineral. Vaya dilema se le planteará a los beneficiarios para dilucidar qué hacer con ese montante. Con el que el grupo de gobierno pretende que se cumpla este manifiesto de Domínguez: “En un año especialmente difícil para la economía en todos sus ámbitos, el sector primario ha de seguir erigiéndose como una salida y vía de sustento para muchas familias, un oficio y actividad tradicional que contribuye además a la conservación y enriquecimiento del paisaje rural, y en el que la inversión en innovación, ecología, reducción de la contaminación y promoción de la eficiencia energética en cualquier fase de su proceso productivo y de venta seguirá contando con nuestro apoyo”.

Si es que me emociono y todo. Llegué a tal extremo de excitación que me fui a los presupuestos municipales. Y se me ocurrió poner la palabra publicidad en el buscador y me sopló que el concepto ‘publicidad y propaganda’ aparecía 23 veces. No me resistí, claro, y surgieron estas consignaciones: 92.680, 8.000, 2.000, 25.000, 10.000, 2.000, 1.000, 2.000, 10.000, 2.300, 4.000, 8.000, 16.000, 8.300, 2.000, 1.500, 28.000, 6.500, 3.500, 3.000, 23.500, 3.000 y 6.000. ¿Lo has sumado? Yo te ayudo: 268.280 euros. Y como estaba entretenido –lo que es no tener nada por hacer– columbré lo de “Atenciones protocolarias y representativas”. Quince veces, tú. Te detallo: 3.500, 14.000, 3.000, 1.000, 3.000, 1.000, 9.000, 1.000, 1.000, 1.600, 1.000, 18.000, 30.000, 4.000, y 3.000. Pues una nimiedad: 94.100 euros.

¿Entiendes ahora lo del título? ¿O quedaba mejor desfachatez? Es que se necesita tener mucha caradura para estos desmanes. Y los imbéciles aplaudimos con las orejas. Una tomadura de pelo en toda regla. Jociquea tú la tierra que yo me mamo la papa suave. Y luego armo una quedada para la entrega del miserable donativo (si hago la comparativa, ¿cómo quieres que lo denomine?) e inundaré de fotos todos los canales a mi alcance.

¿La oposición? ¿Y yo qué sé? ¿Por qué me haces preguntas de tal calibre? Te respondo de manera indirecta. Fania Medina, nueva secretaria general del comité local del PSOE en San Andrés y Sauces, manifiesta ante la asamblea que la eligió: “Mi objetivo es potenciar la vida orgánica de la agrupación local y liderar el trabajo en equipo de forma cohesionada e impulsando la implicación de nuestros afiliados”. Lo leí en el digital palmero El Apurón. No la conozco de nada, pero, de no estar en nivel 3, lo mismo me daría un salto para invitarla… a un cortado. Me da que tú pensaste otra cosa. ¿Desilusionado yo? A ti te lo oigo.

lunes, 26 de abril de 2021

41. Errores

Otra de mis manías. Echar una visual a los Boletines Oficiales de Canarias (frecuencia diaria) y de la provincia de Santa Cruz de Tenerife (lunes, miércoles y viernes). Me vengo percatando desde tiempo ha que se suceden los errores de manera demasiado habitual. Mucho más en el primero que en el segundo. Por lo que te expongo varios ejemplos. Una errata la puede tener cualquiera. El que tiene boca se equivoca y el mejor escribano echa un borrón. Vale. Pero este particular me recuerda ya lo de los rótulos en los informativos televisivos. Uno, de acuerdo. Dos, me resigno. Tres, un margen de confianza. Pero… Te reto a que repases un par de meses de las precitadas publicaciones. Así te puedes tropezar con una resolución que corrige error detectado en otra resolución que, a su vez, subsanaba otro desliz de la primera que se divulgó. U otra que modifica una modificación anterior. Van unos ejemplos:

165 ORDEN de 29 de diciembre de 2020, por la que se corrige error material en la Orden de 23 de diciembre de 2020, que modifica la Orden de 23 de octubre de 2019, por la que se adapta el Plan Estratégico de Subvenciones de la extinta Consejería de Turismo, Cultura y Deportes para los años 2019-2021, a la nueva estructura del Departamento. (BOC nº 7, de 12.01.2021)

1239 ORDEN de 25 de febrero de 2021, por la que se corrigen errores materiales detectados en la Orden de 29 de diciembre de 2020, que modifica las bases reguladoras del procedimiento de concesión directa de subvenciones destinadas a la promoción del empleo autónomo, aprobadas por Orden de 16 de enero de 2020. (BOC nº 49, de 11.03.21)

1479 Dirección General de la Función Pública.- Resolución de 8 de marzo de 2021, por la que se rectifica error de la Resolución de 3 de diciembre de 2020 que, a su vez, rectifica el error de la Resolución de 3 de noviembre de 2020 que aprueba la lista de empleo de los aspirantes presentados y no seleccionados en las pruebas selectivas para ingresar […] (BOC nº 58, de 22.03.21)

1561 Viceconsejería de Lucha contra el Cambio Climático.- Anuncio de 8 de marzo de 2021, por el que se da publicidad a la Resolución de 5 de marzo de 2021, que corrige error en la Resolución de 22 de febrero de 2021, que modifica la autorización ambiental integrada de la instalación denominada “Complejo Ambiental de Zonzamas” […]  (BOC nº 61, de 24.03.21)

1658 Dirección General de Pesca.- Resolución de 22 de marzo de 2021, por la que se corrige error y se modifica la Resolución de 12 de marzo de 2021, que concede provisionalmente las subvenciones destinadas a compensar […] (BOC nº 64, de 29.03.21)

1760 Resolución de 19 de marzo de 2021, por la que se procede a la rectificación de error detectado en la Resolución de 27 de enero de 2021, que efectúa convocatoria […] (BOC nº 68, de 05.04.21)

1803 Dirección General de Pesca.- Resolución de 26 de marzo de 2021, por la que se corrige error y se modifica la Resolución de 12 de marzo de 2021, que concede provisionalmente las subvenciones destinadas […] (BOC nº 69, de 06.04.21)

Y acabo la muestra con este edicto, que viene a poner sobre el tapete que hasta la Justicia no escapa de esta vorágine de meteduras de aquello:

2126 Edicto de 4 de enero de 2021, relativo al fallo y auto de rectificación de la sentencia dictada en el procedimiento ordinario nº 0000202/2019 (BOC nº 80, de 20.04.21)

Así lo dispone, manda, y firma, la juez doña María Teresa del Pino Hernández, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 1 de San Sebastián de La Gomera, y que en su parte dispositiva acuerda: Rectificar la sentencia de fecha 11 de octubre de 2020 dictada en el presente expediente, en el sentido de que donde se dice Caixabank Consumer Finance EFC, S.A.U., tanto en el encabezamiento como en el fundamento jurídico tercero, como en el fallo, debe decir Santander Finance EFC, S.A.

Chiquito fallo. Así se hace honor al pronunciamiento. Se instruye un sumario, se celebra un juicio y nos cambian de entidad bancaria o financiera por tres veces y tan contentos. Cómo me va a extrañar que los asuntos judiciales en La Gomera se eternicen. Y, además, como los jueces duran menos que un caramelo en la puerta de la escuela, hasta algún político brinca sobre una pata sola cuando se ve envuelto en cualquier turbio asunto. Prescribe el expediente en la montaña de asuntos pendientes. Hace falta ahí una Candela Peña, la de la serie Hierro.

A perdonar tanto detalle en la exposición, pero que viene a ser solo una pequeña muestra de un muy corto periodo de tiempo. Me pregunto cuántos empleados existirán en los respectivos departamentos encargados de redactar tan importantes documentos. De tratarse de cargos de confianza, guárdenme un cachorro. Y yo permanentemente preocupado porque esos artículos que ven la luz en este blog (El del sombrero) salgan en las mejores condiciones posibles. Y sin ayudantes ni secretarios particulares. Y sin gabinete de prensa. Y sin sueldo. Y sin poder cambiar el sombrero. Y…

sábado, 24 de abril de 2021

40. Tal día como hoy (y 2)

Transcribo ahora el anexo rimado que antes mencioné:

Me gustaría contarles / la historia de dos chiquillos, / a quienes voy a mentarles / como Pepillo y Juanillo. // Que eran los nombres corrientes / de unas décadas atrás, / las de cruces en las frentes / y las de parches detrás. // Vivieron nuestros actores / en medio de plataneras, / acostados en las flores, / subidos en las higueras. // Y fue Pepillo un rubianco / medio metido y travieso, / que en la época de Franco / sufrió la leche y el queso. // No pienses que yo te engaño, / sé muy bien lo que me digo, / una tarde sintió daño, / tuvo la culpa un descuido. // Pellizcando fisco a fisco, / el pan se le consumió, / y casi se queda bizco / del tortazo que alcanzó. // Con la cabeza agachada / en la fila se coloca, / y dirige la mirada / al pedazo que le toca. // Tiende su mano inocente / en demanda del sustento, / pero en el fondo presiente / que se aproxima el tormento. // Después de alcanzar, medita: / Si va todo al mismo lado, / ¿por qué el maestro se irrita, / a qué viene tanto enfado? // No había pan para untar, / mas ni siquiera por eso, / quiso un momento dejar / aquel cachito de queso. // También le tocó a Juanillo / una caricia alcanzar, / fue a robar piñas de millo / y lo acaban por trincar. // Quería la mercancía / pa´ animar la fogalera, / trajo las manos vacías, / pero fuerte cagalera. // Con las ganas se quedó / de comérselas turradas, / una paliza alcanzó: / ¡madre mía, qué meniada! // Se le quitó toda el hambre / y debió quedar contento; / de haberse enterado el padre: / ¡ay, señor, pa´ qué te cuento! // Los hermanos eran buenos / fabricando diversiones, / pasaban ratos amenos / y juguetes: ¡a montones! // No se llamaba balón, / sino era una pelota; /el material del plantón, / con garapas de bellota. // Las canchas en los caminos, / dos piedras las porterías, / ni botas ni tenis finos, / y lonas: ¡el que tenía! // Un molino de tunera, / y para el carro una lata, / un cacho de palo era / una pistola barata. // Había imaginación / que no costaba dinero, / para hallar la diversión / les bastaba su salero. // Los chicos desconocían / la palabra aburrimiento, / con poco se entretenían, / y no creas que es un cuento.

Y para concluir esta doble entrega, con el consejo de que sigamos leyendo en el formato tradicional, me apetece reproducir un texto que me remitió el amigo Pedro Ángel Gómez Barreto, un todoterreno en el mundo de la comunicación (fundamentalmente en la faceta de los deportes), amén de perito en protocolo y organización de eventos, presente siempre en cuantas ocasiones lo he invitado (personalmente o como miembro de la A. F. de Higa) a varios acontecimientos  culturales o festivos, y que tras muchos años de trabajo en el ayuntamiento de San Juan de la Rambla, queda aún más unido al bello pueblo norteño con la incoación del oportuno expediente que habrá de concluir, a buen seguro, con su nombramiento como Cronista Oficial. Somos tantos los que nos adherimos a la propuesta, máxime cuando el acuerdo plenario fue unánime, que todo eso que queda por contar de aquella Villa, según sus manifestaciones en Diario de Avisos, irá cayendo poco a poco:

“Enhorabuena y muchas felicidades por el acto de presentación de tu libro. Las cosas amenas, agradables y con gente que sabe hablar: el amigo Cándido, sencillamente genial; la editora estuvo bien; tus palabras fueron magníficas y creo, sinceramente, que Francisco Linares puso el broche de oro con su alocución.

Lo que más me impresionó fue la gran cantidad de gente que te quiere y aprecia y eso siempre es de agradecer, porque no siempre se ve tanta gente en la presentación de un libro y ya llevo muchas presentaciones a mis espaldas.

Amigo Jesús, felicidades por tu libro, que compré y me despisté para que me lo firmaras; ya te ‘agarro’ en otra ocasión. Cuando tenga tiempo de leerlo te envío mi crítica.

Y no me puedo olvidar de la Agrupación Folklórica de Higa, genial como siempre su repertorio que hizo todo muy agradable, pero tanto el público como un servidor nos quedamos con ganas de que la noche se alargara un poco más.

Me agradó ver gente de San Juan de la Rambla y eso me viene a demostrar tu sencillez humana, tu amistad para con tu gente y, sobre todo, tu ‘internacionalidad’ que atesoras de amistades de otros pueblos.

Como dijo alguien, el mayor tesoro que una persona puede tener es contar con muchos amigos y yo me considero agraciado de tenerte en mi ‘fortuna’.

Un fuerte abrazo, Pedro Ángel Gómez Barreto”.

Qué más puedo pedir. Estas, y otras, son las sorpresas que te da el disco duro cuando te dedicas a husmear. A perdonar la extensión, que precisó de dos entregas, y que imposibilitó el séptimo resumen semanal de este sábado. El próximo será. Si no vuelvo a sumergirme en el arcón del abuelo. Déjalo, que volvemos a ponernos sementales (¿otra vez?), perdón, sentimentales, en qué estaría yo pensando. Feliz fin de semana.

viernes, 23 de abril de 2021

39. Tal día como hoy (1)

Hoy es el Día del Libro. Y he contado con la inmensa fortuna de presentar alguno de ellos –mis criaturas– en tan señalada fecha. Como ya ando por la edad de riesgo (en tiempos de pandemia, más aún) y me temo que de no haber un golpe de suerte con la Primitiva, varios proyectos queden en el baúl de los recuerdos para siempre jamás. Máxime cuando uno sigue asomándose cada día a eso denominado opinión pública, con lo peligroso que resulta a la hora de pedir perras a los presuntos implicados. No entro en más detalles porque se trata de una efemérides a celebrar y no pretendo convertirla en una sesión lacrimógena, cual programas de la tele canaria de máxima audiencia.

Me apetece reproducir, por lo tanto, unas letras que un servidor manifestó hace hoy once años en el cine de La Perdoma, reconvertido –qué buena remodelación– a la flamante Sala Francisco Álvarez Abrante. Vamos allá:

“No es la primera vez que tengo la oportunidad de verme en un fregado así el día 23 de abril, el Día del Libro. Porque en el año 1993, en la Casa Municipal de la Cultura de Los Realejos, se presentó Jugando a ser maestro. Años después, en 1998, el 3 de octubre, vieron la luz, en una edición casera, doméstica, estos dos chiquillos que hoy ya se visten de largo en una edición revisada, mejorada y ampliada. Por lo pronto cuenta con  otro capítulo, que siguiendo fiel a la letra elle lleva por título De gira por El Castillo.

Para conocer a estos dos personajes, aparte de recomendar, obviamente, la lectura del libro –qué otra cosa podría pedir yo– les remito, si les place, al poemilla, en cuartetas, del mismo título, es decir, Pepillo y Juanillo, y que inserté en el libro Entropía, página 95, y que presentó hace cuatro años (20 de abril de 2006), Margarita Rodríguez Espinosa, también en la Casa de la Cultura realejera. [Lo añado al final como anexo al presente]. Edificio donde el amigo Rayco, por cierto, realiza una importante labor que glosé en un artículo periodístico hace unos años y por el que conseguí algún rapapolvo de otros empleados del ayuntamientos –celosos, tal vez– pero que me conmovió cuando Dulce, su madre, me confesó cómo le caían las lágrimas cada vez que lo leía. Debe ser que los viejos nos ponemos sentimentales. Lo digo por mí. [Ahora hubiese escrito sementales, parodiando a un amigo; perdomero, por más señas]

¿Por qué un realejero presenta este libro en La Perdoma, en La Villa? Los logos que se hallan en la contraportada y en la invitación lo explican perfectamente. Pudo haber sido en Los Realejos, porque Savasa es una empresa del pueblo; porque Cándido, de Producciones OYE, no solo es realejero sino, además, de la zona donde corrieron por las plataneras Pepillo y Juanillo; y porque Antonio de la Cruz, en representación de Agriten, sabe, y mucho, de esa zona de La Gorvorana. Pero Francisco Linares, cuyo ayuntamiento ha colaborado siempre que se lo he solicitado continuamente, me señaló que la presentación donde yo quisiera. Y yo he querido que fuera aquí. Así se lo manifesté desde un principio a Ediciones Idea. Porque uno, por mil andanzas anteriores, es también medio perdomero. Tanto es así que muchos de los aquí presentes fueron testigos del ‘cachimbazo’ que me dieron el día seis del pasado mes de marzo. Aquí mismo, en este escenario.

Dije aquel 3 de octubre de 1998, cuando estos chicos vieron la luz: Me declaro gratamente sorprendido, altamente satisfecho y medianamente acongojado (no de entristecer, sino de preocupar). Y, asimismo, expresaba: Ha sido, debo decirlo, una edición atípica. En la que los únicos ejemplares puestos a la venta son los que ustedes han visto a la entrada de este salón de actos. Pero ello no me preocupa, al contrario, puede, quizás, servir de acicate para futuras empresas. Eso decía. Y aquí estamos otra vez. ¿Fue una premonición? Puede.

A la hora de los agradecimientos, destacaré algunas casualidades. Pero permítanme que comience este capítulo por los que hoy se han dado cita en este otrora cine perdomero: familiares, amigos de los diferentes sectores en los que uno ha estado metido en estas primeras seis décadas de existencia (en la docencia, en el estudio, en la política, en el folclore, en festejos y movimientos asociativos, en el deporte…), exalumnos (hago el inciso para destacar la importancia de estar jubilado), y el etcétera consabido, en el que cabe incluso aquellos que me transmitieron las razones de su ausencia.

A los patrocinadores, a los que aportaron los euros y apostaron por la cultura, a la par que las más sentidas gracias, el consejo de que nunca las mañas pierdan. Savasa se sumó otra vez a esta aventura. Y para que Jorge me dijera que sí a la petición, no hizo falta ni dos minutos. Y arriba me valió de intermediario ante Agriten. Es decir, dos pájaros de un solo tiro. Para Antonio de la Cruz, igualmente, mi más franco reconocimiento. Con Cándido, tres cuartos de lo mismo. Muchacho, en vez de regalar un disco, regala un libro, dije yo. Dalo por hecho, dijo él. Y ya está, sin más. Y arriba lo comprometo para que sea el que presente a las criaturas en sociedad. No hay problema, fue su respuesta. Por último, a Francisco, mi doble gratitud por su colaboración, de una parte, y de otra, por facilitar el uso de esta sala para el acto que nos concita. Gracias a todos por hacerlo posible.

A los ilustradores, Leocadio Gómez, de las que se hallan en cada uno de los capítulos, y a Marianella Aguirre, artífice de la portada, mi afecto más sincero.

Un especial recuerdo al prologuista de estos relatos, Adrián Alemán, que nos dejó el 21 de noviembre de 2008, y que supo retratar su ambiente rural-urbano lagunero haciendo una extrapolación con las peripecias de Pepillo y Juanillo, para hacerse eco del cambio radical de la sociedad a partir de la década de los setenta del pasado siglo.

Acabo con la Agrupación Folclórica de Higa, a cuya directiva impliqué cuando se prestaron sus componentes a concederme la Cachimba de Plata y yo me empeñé en comprometerlos para que ahora ustedes se olvidaran de los rollos que les hemos lanzado con unas perras de buena música. De la tierra. De esa en la que Pepillo y Juanillo eran unos especialistas.

Si algo se me quedó en el tintero, repróchenmelo después de bajar de aquí. Y finalizo, señoras, señores, amigos todos, con la reiteración de mis más expresivas gracias. Espero verlos muy pronto, si Ediciones Idea no indica lo contrario, con un Potajito de cuentos. Hasta la próxima”.

Sala Francisco Álvarez Abrante (La Perdoma), 23 de abril de 2010.

(finalizamos mañana)

jueves, 22 de abril de 2021

38. Fiestas de Mayo

Nada tengo en contra de las fiestas. Es más, reconozco que son un gran aliciente para que la economía se mantenga activa. Son muchos los sectores que se mueven en torno a tales celebraciones y la paralización ha supuesto un duro varapalo. Pero no es menos cierto que esta pandemia ha venido a trastocar tantos planes, que deberá aún pasar algún tiempo para evaluar en profundidad las consecuencias negativas del estancamiento. Y, además, con tantas ayudas que hemos debido arbitrar para que una importante cantidad de personas puedan, sencillamente, vivir (escapar, mejor), la hipoteca que pesará sobre nuestras espaldas (sí, ¿para qué están los impuestos?) en un futuro inmediato será de órdago. Es lo que hay, y no le demos más vueltas.

Presume mi pueblo, la Villa de Viera, de ostentar récords en este capítulo fiestero. Y aunque uno ya anda renqueante en ánimos bailongos y tenderetes varios, no puede obviar el que amplios sectores poblacionales requieran amplias dosis de esparcimientos, con jarana incluida. Se dice que cada cosa a su edad. Cuando uno transita por arriba del umbral de los setenta, comprueba en propias carnes que ante aquel hecho de risa (un señor mayor que tropieza, o se da un golpe contra una farola, y tú cuestionabas extrañado que cómo era posible tanta torpeza), han cambiado las tornas para pasar a ser tú mismo el protagonista. No, no me encuentro en estado pesimista a la enésima, pero lo que está a la vista no requiere espejuelos. Qué sabios eran los abuelos. Ahora menos. Aunque se presuma de poseer aún cierta agilidad, mental y física, cada vez se recurre más a utilizar la marcha atrás. Para casi todo. Y no te rías, que a mis años llegarás.

Se presentó días atrás el cartel de las Fiestas de Mayo. Que volverán a estar marcadas por la emergencia sanitaria de la Covid-19, según manifiesta el concejal del ramo. Lo hicieron en la presencia del ilustre polígrafo nacido en la Calle del Agua. He escuchado que los artistas (los autores del mismo) también tienen derecho a ganarse la vida. Faltaría más. No será un servidor quien lo cuestione. Pero me pongo en el pellejo de don José de Viera y Clavijo –presente, en espíritu, en dicho acto– y me temo que no debió quedar contento. Claro, cuento a mi favor con la perspectiva histórica. Un defensor acérrimo de la naturaleza, entre otras muchas facetas, se cuestionará si este colectivo animal –y supuestamente racional– está haciendo bien la tarea. Máxime ahora cuando toda precaución es poca.

Amén del gasto que la organización de los eventos virtuales ocasiona (la cartelería juega un papel fundamental, no solo por la importancia visual, sino por el desmedido afán del equipo de gobierno en lucir palmito; Manolo ha creado escuela) en tiempos que los dineros se antojan escasos para paliar tantas necesidades sobrevenidas, me pregunto si no estaremos invitando a la población para que se desmadre aún más y traslade sucedáneos a recintos cerrados –únanlos a las celebraciones de comunión características de esta época– con el peligro evidente de contagios. Porque no estamos para echar más voladores de los necesarios. Cuando redacto estas líneas en la tarde del miércoles 21, acabo de echar una visual a los datos sobre el coronavirus que publica el Gobierno de Canarias en su página web, y que el amigo Pancho G. Palmero nos muestra cada día en su perfil de Facebook. En Los Realejos nos encontramos con el panorama siguiente:

420 contagiados, de los que siguen activos 58: 53 en domicilio y 5 hospitalizados (3 en planta y 2 en UCI). Ello supone 1,579 activos por mil habitantes, cerca de ese 1,787 que marca la Consejería para entrar a formar parte del ‘selecto’ club de municipios con mayor índice de contagios. Hace tres días estuvimos en 1,634. Por lo tanto, en el filo de la navaja. Máxime si de los 199 nuevos contagios de ayer en Canarias, 107 en Tenerife.

Como personal de riesgo dentro del rebaño, declaro con total rotundidad que no estoy contento con la gestión que se lleva a cabo desde el Consistorio. Un buen gobernante debe ser capaz de sopesar pros y contras. Y aquí se anteponen intereses de mercadotecnia barata a las pautas que el sentido común demanda. Cuando caigamos en una espiral hospitalaria de imprevisibles consecuencias, recurriremos, como siempre, a buscar culpables allende nuestras fronteras. Porque tampoco ha movido un dedo el Partido Popular realejero en salir a la opinión pública para informar de los numerosos contagios en apenas unos días. ¿Había cazadores de por medio? No obstante, la mayoría de realejeros (más realejeras), abducidos (más abducidas) por candilejas y postureos, aun sumergidos en la vorágine de los hidrogeles, aplaudirán a rabiar aunque tengamos al bicho tocando en la puerta de nuestras membranas pituitarias. Somos así. Y esos (más esas) que encomian y elevan a los altares al ausente, y le atribuyen todos los logros habidos en esta villa desde el día de la capitulación del pueblo guanche, especificarán en sus últimas voluntades, momentos antes de que el virus haya provocado un daño irreversible en sus pulmones, que pongan junto a su tumba la novela San Manuel Bueno, mártir. Que así sea.

Acabo. Como se inundan las redes con lo de “Sentimos Mayo”, me declaro insumiso y grito bien alto que me importa más el volver a sentirme libre y poder viajar, hablar con los amigos sin miedos ni cortapisas, hacer la comida de la promoción y volver a ser, en definitiva, el que era antes. Eso es lo que siento. Y si los que sienten mayo me vuelven a jugar una mala pasada sin que podamos salir del nivel 3, te juro que me voy a enfadar. Avisados quedan. Lo siento.

miércoles, 21 de abril de 2021

37. Desgraciado suceso

Ocurrió hace un siglo. Y fue publicado tal hecho en Gaceta de Tenerife el 21 de abril de 1921 (jueves) en su página 2. Había visto la luz dicho periódico el 1 de julio de 1910 y de marcado carácter monárquico y confesional, se constituye en la década de los veinte, bajo la dirección de Adolfo Febles Mora, en el órgano de las derechas. Durante la II República se erige en el vehículo de propaganda del Obispado y cesa en su actividad el 2 de octubre de 1938 al centralizarse todos los medios de comunicación bajo el mando del nuevo régimen del yugo y las flechas.

Bajo el título que rescato para esta entrada de hoy, una entradilla, a modo de preámbulo, con estas concisas frases: En el Realejo bajo. Un desprendimiento de tierra y piedras mata a un obrero. Un hijo de éste se salva milagrosamente. Desgarradoras escenas.

Y el contenido informativo del tenor literal siguiente:

“En el Realejo bajo ocurrió el martes último [aclaro, 19 de abril] un desgraciado suceso en el que perdió la vida un joven y honrado trabajador. En dicho pueblo se realizan actualmente trabajos, por cuenta de la casa de los Sres. Fiffes, en la Rambla de Castro (Mayorazgo), propiedad de don Fernando Salazar, para hacer un aprovechamiento de aguas.

Con este motivo, se estaba trabajando el citado día en una excavación para hacer un acueducto que condujera una cantidad de agua de una galería próxima a la máquina que había de elevar dicho líquido, cuando fatalmente tuvo lugar un desprendimiento de tierra y piedras que puso en grave peligro a los obreros que efectuaban los trabajos.

Entre estos obreros, se encontraba Antonio Díaz García, de 33 años de edad, casado, natural y vecino de Realejo alto, que tuvo la desgracia de quedar sepultado bajo los escombros que se habían desprendido.

Sus compañeros de trabajo, con la natural angustia, empezaron a hacer extraordinarios esfuerzos para sacar al Antonio Díaz de entre la mole de tierra y piedras que le sepultaba, por si todavía tenían la suerte de encontrarle con vida.

Desgraciadamente no ocurrió así, pues cuando los demás trabajadores descubrieron el cuerpo de su infortunado compañero, éste era ya cadáver, y se encontraba completamente destrozado.

Un hijo del Antonio Díaz, muchacho de unos 12 años de edad, que trabajaba junto con su padre, puede decirse que debió su milagrosa salvación a haberle enviado aquél –momentos antes de ocurrir el suceso– a buscar agua para beber.

Otro de los trabajadores fué alcanzado por el desprendimiento de tierra, quedando solamente con las piernas aprisionadas por los escombros.

Avisado el Juzgado, se personó inmediatamente en el lugar del suceso, ordenando el señor juez el levantamiento del cadáver y su conducción al depósito municipal del cementerio.

También llegaron en seguida al lugar de la triste ocurrencia, el alcalde de Realejo alto, don Domingo Albelo y Albelo; el médico titular de dicho pueblo, don José García; un jefe de la casa Fiffes y numeroso público, a quien el suceso impresionó dolorosamente.

Asimismo acudieron la esposa, hijos, padres y demás familiares del pobre Antonio Díaz, desarrollándose, en presencia del cadáver de éste, desgarradoras escenas que arrancaban lágrimas a los que las presenciaron.

Descanse en paz el infortunado obrero y reciban sus familiares la expresión de nuestro sentido pésame”.

Como es harto conocido, los desprendimientos continúan un siglo después. El tramo de autovía entre Los Realejos y San Juan de la Rambla sabe mucho de tal particular. El sendero de la playa de Los Roques, tres cuartos de lo mismo. Me sigo preguntando qué será de lo que conocíamos como la Cueva del Mármol, en el acantilado bajo la Romántica II, a la altura del entonces Charco de las Lisas, hoy piscina pestilente. ¿Se habrá derrumbado? ¿Habrá algún espeleólogo en el pueblo? Porque, a mis años, yo no pienso entrar más. Esas aventuras juveniles pasaron a la historia. Pero lo mismo tenemos una maravilla para explotar y nadie me hace caso. Fuerte desgracia.

martes, 20 de abril de 2021

36. Previsiones

Vamos al diccionario. Previsión: Acción y efecto de prever. Que no preveer, como en muchos medios de comunicación audiovisuales se escapa de cuando en vez. Y prever: a) Ver con anticipación. b) Conocer, conjeturar por algunas señales o indicios lo que ha de suceder. c) Disponer o preparar medios contra futuras contingencias.

Aclarado lo cual –no vaya a ocurrirnos lo que al folleto del Cabildo de Tenerife, el del error humano que se publicó por error; sí, échame a mí la culpa–, y como te estarás preguntando el porqué de la foto con Ángel Víctor y Yaiza Castilla, entremos en el meollo y diseccionemos, o séase, analicemos:

Sostiene el señor presidente de la autonomía canaria que estaremos a final de año entre el 70% y 80% de la previsión económica para este 2021. A saber, si teníamos un barrunto (que suelen hacerse a medio plazo) para este ejercicio económico en el supuesto de que el virus no hubiese hecho acto de presencia, ahora, con el bicho en su apogeo, volvemos a conjeturar que si alcanzamos el 70% de vacunados en el verano (¿principio, durante o final?), es posible, hay indicios o señales, se presume que en el último trimestre del año no quepan los turistas en estas peñas atlánticas. Porque si a pesar de la que está cayendo, se logra ese porcentaje tan elevado, habría que desechar la propuesta de los expresidentes Paulino y Jerónimo en su apreciación de que hay que ‘resetear’ Canarias. Y como aún la RAE no recoge ese derivado del inglés reset, se convendrá que deberemos recurrir a reponer o reiniciar.

Por lo que, me temo muy mucho, no van los tiros en la dirección, tantas veces glosada, de diversificar la economía, sino que, en definitiva, más de lo mismo. Seguiremos dependiendo del turismo e importando papas, millo, carne y ese largo etcétera en el que tú englobarás todo aquello que ahora mismo estás pensando. Y si me apuras un poco, hasta bananas, porque al plátano, al paso que vamos, le pasará lo que a la cochinilla, caña de azúcar y viñas de buen ver (y mejor beber).

¿Hasta cuándo? Tranquilos que cualquier otro virus nos volverá a jugar una mala pasada y begin to begin. Con las rentabilidades a corto plazo, sin políticos que planteen programas de largo recorrido y que tanto echamos de menos, es decir, planificaciones que marquen los derroteros de Canarias en las próximas décadas, se impone la inmediatez. Porque es lo que resulta rentable electoralmente. La visión de un archipiélago en un futuro que no mire el horizonte de mayo del 23, parece no estar en programa alguno. Y si por un casual se presenta cualquier bosquejo de la autonomía del 2050 para adelante, por ejemplo, transcurrido ese plazo: rien de rien. Cuando lleguemos, acuérdate y volvemos a charlar un fisco.

Ni cambios climáticos ni calentamientos globales. El día a día. A escapar y poco más. Se nos llena la boca de transiciones ecológicas y seguimos quemando combustibles a tutiplén. El viento y el sol, entre otras posibles energías alternativas, siguen siendo, para nuestra desgracia, entelequias, pues esa introducción a paso de tortuga no augura mayores esperanzas.

¿Qué solución nos queda? Lanzar al aire expectativas de que los guiris nos saquen del atolladero. Porque, esa impresión da, nos hemos vuelto tan acomodaticios que las ideas se obnubilaron. Y cuando nos vienen mal rodadas, a esperar sentados que nos saquen las castañas del fuego mediante ayudas. Por consiguiente, la dependencia es total. En todos los sentidos.

En suma, voy a dar tiempo para que el Imserso abra la veda y en junio, lo más tardar, ya estaremos viajando rumbo a Mallorca (la patronal así lo reclama) y que la ministra del ramo se ponga las pilas para que en septiembre la caza mayor (resto de destinos) quede, asimismo, expedita. Únase este expediente con los emitidos por Castilla y cuando cerremos este 2021 y nos zampemos las doce uvas, seguiremos bailando hasta las tantas de la madrugada (año 2022), ya que los millones de turistas esparcidos por plazas y rincones de estas perlas atlánticas seguirán aflojando euros y brindando con espumosos de prestigio. De fondo, Los Sabandeños interpretarán su pasodoble y yo, embelesado, no daré crédito a lo que mis ojos vislumbran, por lo que me quitaré el sombrero, iré al ordenador y me cargaré el disco duro a martillazos. Despertaré a mi mujer, subiremos a la azotea y bajo la tenue luz de la luna (para coadyuvar a la campaña anticontaminante), bailaremos hasta que nos sorprenda el amanecer. En el ínterin, para colaborar en ese resurgir económico, habremos lanzado, dentro de nuestras modestas posibilidades, unos fueguitos de los Toste. Seguro que alguien, con el bicho ya desaparecido, me felicitará efusivamente. The end.

lunes, 19 de abril de 2021

35. ¿Y si caminamos?

Estuve leyendo el pasado viernes una detallada información acerca de una interesante experiencia en la capital londinense. Se corta el tráfico en las calles donde se ubican más de 450 escuelas en una franja horaria que coincide con entradas y salidas de los recintos educativos. Para ello se despliega un dispositivo en el que, fundamentalmente, colaboran grupos de familiares voluntarios (padres de los alumnos y abuelos jubilados) –auxiliados, por supuesto por agentes de la autoridad– que colocan, o retiran, las vallas pertinentes en los momentos de inicio y final de los periodos en los que queda prohibido el tránsito de vehículos.

Las razones esgrimidas son varias. Se ha constatado un notable descenso en los accidentes debidos a la afluencia de vehículos y la acumulación de niños en calles y aceras. Porque, y harto sabido es, que todos pretendemos dejarlo en la puerta del colegio. Hecho que no es exclusivo de la capital inglesa. Y no es necesario salir de este pueblo para encontrar más ejemplos.

Aparte de que el tráfico por las calles aledañas se ha aligerado con la medida, se ha puesto, asimismo, de manifiesto que la salud de los escolares ha mejorado considerablemente, amén del significativo descenso en la problemática de la obesidad infantil. El que caminar es bueno, y lo recomiendan hasta los médicos, no creo que deba sorprendernos demasiado. Y es que el beneficio de ir a pie no admite contraindicaciones. Es uno de los pocos medicamentos que pueden presumir de ello.

Extrapolemos. Vengámonos a la Villa de Viera. Donde se lleva la palma el casco de Realejo Alto con los centros Nazaret y Pérez Zamora. Aunque no debemos olvidar San Agustín (Agustín Espinosa), Realejo Bajo (San Sebastián), La Montaña (Pureza de María) y, pienso que en menor medida, los institutos (Realejos y Mencey Bencomo). No estoy muy al tanto de la posible casuística en determinados barrios, pero no creo que exista tanta problemática.

Cuando me encontraba en activo, no ha tanto, observaba cómo nos hemos empeñado en acostumbrar a los pequeños a la papa suave. A darles todo hecho y criar inútiles. Le cargamos la maleta mientras ellos saltan, brincan y trepan por donde no deberían. Los llevamos de la mano hasta las mismas puertas de la universidad. Utilizamos el coche hasta para ir al baño. Si se forma una cola porque solo voy a parar un segundo –seguro que tú no lo has oído y soy yo el que estoy exagerando– no se te ocurra alzar la voz o tocar la pita. Te condenas para siempre jamás.

Ya no somos capaces de caminar 500 metros porque el niño (es siempre la disculpa) se roza todo, el pobre. Luego vamos a los pilates para mantenernos en forma. Coadyuvamos a mantener una sociedad hipócrita en grado sumo. Y de llevar la contraria a los modismos y veleidades –puede ser mi caso– te puede ocasionar más de un quebradero de cabeza por no querer acomodarte a las costumbres de la manada, del rebaño.

Si me encontrara en el pellejo de Manuel Domínguez (solo en el cargo de responsabilidad municipal, con el que iría servido), me sentaría con el equipo de gobierno y haría todo lo posible por buscar soluciones a esta situación. Que pasarían, indefectiblemente, por habilitar zonas de aparcamientos. Porque en este particular de los colegios ocurre como en lo del comercio, que la gente se va a las grandes superficies por razones obvias. Y si los quince no son capaces de arbitrar medidas para que los que salimos del pueblo a las nueve de la mañana no nos ahoguemos (de rabia incontenida) antes de llegar a Doctor González, consulten con los concejales de la oposición, siquiera por una vez, que lo mismo están dispuestos a echarles una mano. O las dos. Es ante escenarios de calado cuando se demuestran los mimbres de un buen gobernante. Porque no solo de postureos podemos vivir los realejeros. Que ya está bien. Los pluriempleos suelen acarrear estas graves consecuencias. A lo que unimos la notoria escasez de agentes en la plantilla policial, mientras un enchufado se lleva el sueldo de al menos tres oficiales que podrían estar patrullando y no rascándose el ombligo o esperando que lo llamen para una foto con los de Protección Civil, Bomberos Voluntarios o cualesquiera otros de los que sacan demasiadas castañas del fuego.

Cada vez se imponen más las denominadas guaguas lanzadera. Que transportan lo que cincuenta o sesenta coches de los que paralizan todo porque solo van a dejar al niño. Y el teórico segundo (que en realidad son quince o veinte) se va multiplicando por los bobos que deben aguardar pacientemente –entre ellos yo, y quizás tú también– y el último ya está parado en la Travesía del Pino. Si vienes, o sales, por otro lugar, súmate a la protesta.

Por favor, no me dejen en ascuas. Si soy yo el único que ve, y sufre, lo relatado en el escrito, háganmelo saber y sobre la marcha rectifico.

sábado, 17 de abril de 2021

34. Sexto resumen semanal

La semana comenzamos / con la eterna cantinela / que no se aprendió en la escuela, / aunque pronto asimilamos. / Por lo que siempre cantamos / los defectos del vecino, / pero jamás el destino / puso un espejo delante, / por ver si acaso el tunante / a contemplarse se avino.

Y también con las vacunas / continúa la disputa: / al técnico se refuta / con las prácticas tontunas / con que sorprenden algunas / eminencias del saber, / pues ellos creen tener / la solución para todo, / aunque naden en el lodo / con su cansino quehacer.

Mientras tanto a un servidor, / una dosis le inyectaron / y en el brazo le dejaron / miligramos de valor. / Para un futuro mejor, / con optimismo avancemos, / que a esta pandemia vencemos / remando en la dirección / de quien nos marca la acción / y un respeto le debemos.

El Partido Popular, / que en este pueblo gobierna, / está metiendo la ‘pierna’ / en su modo de actuar. / Pues no le gusta aceptar, / con enorme prepotencia, / una muy simple evidencia: / que también la oposición / puede expresar su opinión / a su libre conveniencia.

El jueves yo me centraba / con quienes por libre van, / entendiendo que su plan / la estima le incrementaba. / Pero cuenta no se daba, / que en solitario no vamos / hacia la meta que ansiamos, / pues la ayuda es necesaria / en esta tierra canaria / si la mano no nos damos.

Y ya el viernes rematé / con un muro en La Montaña, / una vergüenza de España, / o del mundo, lo pensé. / En el mismo yo mostré / cómo este pueblo fiestero, / por sumiso y por palmero, / no le reclama al ausente, / que luche más por su gente. / Saludos: el del sombrero.

viernes, 16 de abril de 2021

33. Otra vez el muro

Diecisiete meses de calvario con sus correspondientes estaciones. Un viacrucis (camino de la cruz) bien surtido. Pero no resucita. Sigue bien tieso. Yerto, duro, firme, rígido, terso, tirante, terco, inflexible. Fiambre, vamos. Tieso que tieso, a saber, erre que erre. El problema, que no el presunto, cada día más desgorrifado. Desde noviembre de 2019, el muro de La Montaña constituye el símbolo más inequívoco, el ejemplo más significativo de lo que deben hacer las administraciones públicas: ponerse de acuerdo. Hablando se entiende la gente. Y te advierto que si empiezas a esbozar sonrisas maliciosas – o crees, acaso, que no me imagino lo que estás pensando– cierro el negocio y no escribo más. Vale, eso me gusta.

Cuando Ayuntamiento y Cabildo habían alcanzado un principio de acuerdo para poner término al culebrón (recuerden lo de la ordenanza provisional), y nos vendieron que el conflicto quedaba resuelto, debieron olvidar ambas corporaciones que tal requisito, al afectar al Espacio Natural Protegido Montaña de los Frailes, requería la intervención de la Consejería correspondiente del Gobierno de Canarias. Que no, hombre (o mujer), que no. Sí lo sabían, pero lo mismo le dieron el visto bueno para ver si colaba. ¿Que por qué lo pienso? Por las declaraciones que he leído en prensa de la concejala de Urbanismo en el ayuntamiento realejero. Luego las mencionaré.

A este torpe maestro de escuela, un rebenque de la platanera, criado y ensolerado en medio de una enorme finca de La Gorvorana, y que hoy transita por los plácidos senderos de la jubilación, ya no le restan más capacidades de asombro. Pero cuando ve que cualquier concejal lo es de un ramo determinado en un mandato, en el siguiente abarca una nueva competencia (o delegación) y en el tercero (o cuarto, quinto…) sigue del tingo al tango, piensa que la osadía en la política no tiene límites. Cuánta capacidad. Que luego no se refleja en hechos constantes y sonantes.

Entiendo perfectamente lo de ir acompañado el proyecto con esa memoria ambiental aludida, al tratarse, como asimismo mencioné, de un Espacio Natural Protegido. Es que de lo contrario esa rimbombante denominación de Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial no tendría razón de ser. Ni, por supuesto, toda la pléyade de cargos que conforman su organigrama. Entre los que se halla el de viceconsejero de Lucha por el Cambio Climático, responsabilidad que recae, precisamente, en el realejero Miguel Ángel Pérez. Lo que bien podría facilitar el diálogo que reclamamos, máxime cuando también en el cabildo tinerfeño deberá haber alguien cercano. Lo digo, sencillamente, para que puedan reunirse con más frecuencia y acelerar una solución que ya tiende a eternizarse. Lo podrían hacer en El Monasterio. No, por nada, porque si es la propiedad quien deba correr con los gastos de la obra, ahorramos muchísimo. Hasta en llamadas telefónicas o sellos de Correos.

“Las administraciones implicadas deberían colaborar para encontrar una alternativa”, alega Laura Lima. Claro, estimada concejala. ¿Qué otra cosa podría esperarse? ¿Pretende, acaso, por hipotéticos réditos electorales, que sigan las riñas y los ciudadanos paguemos la entrada para contemplarlos? Porque si uno se atiene a las declaraciones habidas en estos largos meses, casi año y medio, no le queda más remedio que pensar en que ha faltado diálogo. Que ha habido enquistamiento y un servidor, al menos, cree que por diferencias ideológicas, cuando lo que se impone es la gestión de un problema que ya debe causar sonrojo y vergüenza. ¿O no? ¿Se conforman con pasarse la pelota?

De la información que leí en la prensa, rescato igualmente este pasaje de la concejala: “El Cabildo se encargará de elaborar esa memoria para tratar de convencer al Gobierno de Canarias”. En la frase se condensa la alegría en el reparto de competencias. Que serán premiadas en un futuro con otras bien diferentes. Porque el que vale, vale. Ya saben lo otro. Eso, para maestro de escuela. ¿Cómo se le ocurre, señora (o señorita) concejala manifestar semejante barbaridad? ¿Significa su aseveración que por ser más afines políticamente las instituciones insular y regional (vale, pon autonómica), la memoria persuadirá un fisquito más que si la redacta el ayuntamiento? ¿Qué es eso de convencer? O es legal o no lo es. O se sujeta a la normativa en vigor o es una chapuza.

¿Será posible? Y tanta gente valiosa por esos mundos y echaditos a perder por no tener padrinos. Yo mismo, sin ir más lejos. Qué buen coordinador de cualquier distrito sería. Menos mal que Hacienda ya me devolvió los 1345,50 euros que me debía. Y ya sabes, mañana el sexto resumen semanal. Cómo pasa el tiempo. Que se lo digan al muro y a los que sufrimos sus adversidades.

jueves, 15 de abril de 2021

32. Por libre y a lo loco

Algo debe no estar funcionando adecuadamente en las seseras de algunos dirigentes políticos con responsabilidades de gobierno en determinadas instituciones. Porque varias de sus actuaciones me retrotraen a los primeros años de las corporaciones democráticas, cuando se iba a Madrid en busca de los dineros. Con la esperanza de que si el gobierno nacional era del mismo signo político del que desde los ayuntamientos canarios, o cabildos, acudía con la llorona de rigor, lo mismo se obtenía una ayuda adicional. Lo que no sucedía en la mayoría de ocasiones porque la capital del reino quedaba muy lejos –mucho más que ahora– y la sensibilidad para con estas peñas se hallaba bajo mínimos. Alguno sostendrá que en la actualidad tampoco. Cada cual con su parecer. El mío, con algún conocimiento de causa, es que la diferencia es abismal.

Se extrapola aquella costumbre de años idos con la de esas comunidades autónomas –suelen ser, para no variar, las que andan a la greña con Pedro Sánchez– que se han empeñado en comprar vacunas sin intermediación. Ni el gobierno nacional, ni la Unión Europea, ni zarandajas varias. A negociar directamente. Incluso para la adquisición de las que aún no poseen la oportuna certificación del órgano competente. Verbigracia, la rusa Sputnik-V. En el hipotético supuesto de que ello fuese factible, me imagino que los posibles efectos secundarios de las dosis administradas serían, asimismo, una consecuencia más de la pésima gestión de Carolina Darias y de Fernando Simón. Para no variar.

Otro que se sube al carro de los despropósitos es el alcalde santacrucero. Don José Manuel Bermúdez –elevado a los altares por obra y gracia de doña Evelyn Alonso, una ciudadana del grupo mixto– pretende reunirse con dirigentes de Binter y Aena para planificar un incremento de conexiones con la Península y Europa. Me recuerda a las congregaciones en Fitur. Donde cada ayuntamiento vende sus atractivos como si el turista que fuese a venir a Los Realejos, por ejemplo, no alquilara un coche y, acostumbrado a las grandes distancias de territorios continentales, se plantara en cualquier lugar de la isla sin mayores contratiempos. Así que el señor Bermúdez, sin consultarlo con la almohada, se lanzó a la piscina de la Plaza de España, y gritó a todo pulmón que vengan más aviones. Habilitaremos una pista paralela a la Avenida de Anaga y los forasteros no tendrán que sufrir los engorrosos trámites burocráticos de los dos aeropuertos convencionales. Ay, señor, para qué darle cabeza a quien no tiene cogote.

Por libre debe ir también algún medio impreso cuando anuncia como mal tiempo en Canarias la probabilidad de lluvias. Serán estos encumbrados (que no enchumbados) los que piensan que las papas se riegan de manera exclusiva con el sudor de los campesinos. Lo que debería ser considerado como una bendición, viene a resultar una desgracia meteorológica. Lo que hay que leer. Si se demanda tiempo soleado por el reclamo turístico, que no olviden que con la pandemia la afluencia está algo pachucha, por lo que no vendrían mal unos buenos aguaceros para las recargas pertinentes. Menos mal que don Cipriano de Arribas y Sánchez, farmacéutico que fue de nuestro pueblo, en su libro A través de las Islas Canarias, defendió la benignidad de nuestra famosa panza de burro. Ópticas, seguramente.

A lo loco, por último, los redactores de las frases que luego transcribiré. Porque pensarán estos modernos que todos los que consumimos prensa somos tan inteligentes como ellos. Y darán por hecho que antes de ir al quiosco a comprar el ejemplar o, los más atrevidos, introducirnos por los vericuetos informáticos (a veces a duras penas), poseemos idéntico bagaje al de tan ilustres seseras:

Una ‘start-up’ canaria presenta ‘Transcripciones de Plenos’.

La start-up canaria ICC Labs está probando un nuevo enfoque.

ICC Labs ha implementado una tecnología de speech-to-text a partir de…

Dice mi amigo Humberto Hernández que debemos estar orgullosos de nuestro dialecto canario, que es nuestro principal patrimonio cultural. Y ya está. Mañana volveré a pasar por el muro de La Montaña. Hasta entonces.

miércoles, 14 de abril de 2021

31. Prepotencia

Todos los que figuran en la foto son miembros de la corporación realejera. Desde el que porta el bastón de mando, hasta el último en el número de votos ciudadanos. Sin excepción de ningún tipo. Con las mismas obligaciones a las que se comprometió cuando juró (o prometió) el cargo a ostentar durante el presente mandato (hasta mayo de 2023), pero, también, con idénticos derechos. El velar por los intereses de cuantos habitamos esta Villa de Viera no es privativo de los componentes del grupo de gobierno. Porque el fiscalizar los posibles desmanes de los que ostentan mayoría absoluta en el consistorio, es algo tan legítimo como el de cobrar un generoso sueldo por desempeñar una concejalía en dedicación exclusiva. O a tiempo parcial. Es más, me atrevería a sostener que mucho más honrosa es la misión de los que no tienen responsabilidad alguna en la administración de la cosa pública, porque el tiempo dedicado a tan noble quehacer, restado de aquel que debería ocupar su descanso personal, no lleva aparejada compensación económica.

Reconozco no ser un asiduo de las sesiones plenarias. Puede que haya quedado saciada tal apetencia en épocas pasadas. Pero, muy de vez en cuando, vislumbro, por esos vericuetos de la internet, pasajes audiovisuales que no me gustan nada. Donde se palpa la prepotencia de quienes no aceptan notas discordantes. Y los episodios de las unanimidades, derivadas del ordeno y mando de tan tristes recuerdos, creía un servidor superados para siempre jamás. Craso error. Se atisban demasiados tics autoritarios por parte de quienes, amparados en meras cuestiones de número, no son capaces de reconocer que otros, siquiera por equivocación, pueden tener razón en sus planteamientos.

He sostenido desde siempre –y ahí están colgados cientos de artículos en este y anteriores soportes en los que plasmo por escrito opiniones a vuelapluma– que no es este PP realejero diferente de aquel del Aznar abusador y echado pa´lante de su segundo mandato (2000-2004). Porque por mucho que se intenten disfrazar con sus aparentes buenos modos y tácticas del bien quedar, subyacen convulsiones que afloran, poniendo sobre el tapete reminiscencias de lo que han mamado ideológicamente. Recuerden, el manual de instrucciones. Caen los disfraces de mansos corderos y aparecen los instintos del mamífero carnicero, semejante a un perro grande, pelaje de color gris oscuro, cabeza aguzada, orejas tiesas y cola larga con mucho pelo, salvaje, gregario y que ataca al ganado. O al rebaño, que se estila ahora. O a la oposición, ya puestos.

¿Exageras? Ni tanto así. Aquí, en mi pueblo, el grupo gobernante no acepta que esa oposición sugiera lo más mínimo. Se pretende acallar su voz mediante el comentario descalificatorio y el intento de ridiculizar sus intervenciones. Deben ser esos seis concejales unos ineptos de tomo y lomo ante la sapiencia y brillantez de los quince restantes. Basta escuchar bastantes de sus prédicas, y compararlas con las citas textuales que ponen en sus bocas las notas de prensa institucionales, para desengañarte. O morirte de asco. O de risa. Podría contar lo de haigan, vaigan o La Gorgolana. ¡Ay!, bien harían en mirarse algo más en el espejo. Hagan como su jefe, que lo hace unas veinte veces al día para su autocomplacencia. Mecachis, que guapo soy, decía Arniches.

Lo malo es que son víctimas de sus propias contradicciones. Y resbalan estrepitosamente. Porque al copiar las propuestas ajenas –eso sí, pasado un tiempo prudencial para que los suspicaces, como yo, no le reprochen nada– demuestran su total ineficacia, el coste desmedido y la merma de las arcas públicas. Pero como saben aprovechar los medios a su alcance –incluso aquellos que son de todos y no de su exclusivo uso– los voceros de turno bien se encargan de amplificar hasta las nimiedades más increíbles. Sigue vigente la venta de humo. Y si para tal menester es preciso escachar, o ridiculizar, al adversario político, nada que objetar.

Es el respeto sinónimo de miramiento, consideración, deferencia. Me da que son conceptos muy alejados de quienes tiran la piedra y esconden la mano, de quienes te abrazan y ocultan el puñal en su espalda, de los que te dan el beso pero en realidad quieren morderte la oreja.

La falsedad, la hipocresía, la apariencia, en suma, el disfraz. Se ha impuesto un modus operandi más propio de otros regímenes. Pero mi pueblo –no creo que ninguno de los prepotentes lo sienta más que yo– no podrá seguir siempre durmiendo. Despertará. Seguro. Y caerán palmeras altivas y orgullosas. No les voy a desear que se dediquen a barrer, porque ese oficio es mucho más noble que el que algunos ejercen –es un decir– desde sus poltronas. Aunque mucho peor pagado y con horarios mucho más intempestivos.

Sí, las apariencias engañan.

martes, 13 de abril de 2021

30. Primera dosis

Menos mal. Habíamos quedado los septuagenarios en un limbo, pero ya estamos acudiendo a los centros de vacunación. Ayer lunes, a primera hora, me tocó. Y como soy uno de los privilegiados de este país, fui a Hospiten Bellevue. Hago la salvedad de que todos pronunciamos el nombre como palabra aguda, pero como no observo, en lugar alguno, la tilde que debería corresponderle por acabar en n, manifiéstalo como te dé la realísima gana o volvamos a la denominación de toda la vida: Clínica San Fernando.

Como soy consciente de la inquina de muchos hacia Pedro Luis Cobiella por el supuesto trato de privilegio de la sanidad pública canaria hacia sus centros, dejo constancia del hecho en el primer párrafo para que caigan también sobre este osado articulista los teniques que menester fueren.

Pues sí, soy uno más de los ‘matriculados’ en Muface (Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado), organismo autónomo que gestiona todo lo relacionado con las prestaciones sociales: sanidad, jubilación, ayudas por hijos, etc. Y que concierta con entidades aseguradoras (en mi caso, Adeslas) para que seamos atendidos en caso de ponernos pachuchos. Para lo que debemos acudir a los centros estipulados en el correspondiente cuadro médico. Como uno transita desde hace unos años por el colectivo de los jubilados, señalar que pagamos el mismo porcentaje que cuando estábamos en activo por nuestros medicamentos. Creo que anda por el 30%.

Así que, como te iba indicando, el pasado jueves me llamó un buen amigo (Francisco –más conocido por Pancho– García Palmero) para indicarme que ya era posible pedir cita en el lugar que se dejó consignado al principio. Hecho que, al día siguiente, me fue ratificado por el mismo centro hospitalario a través de la correspondiente llamada telefónica. Como se trata de dar agilidad a este proceso de vacunación para salir lo antes posible de esta anómala situación –y retomar los viajes del Imserso, por qué no decirlo– bien que me parece el que se habiliten todos los canales posibles y así acortar los periodos de espera.

No constituye, por lo tanto, una novedad el que sea en una clínica privada donde los mutualistas hayamos acudido para el pinchazo de rigor. Y, además, como aún no nos han englobado en eso de la receta electrónica, los que estamos sujetos a una medicación permanente (la hipertensión o el colesterol, verbigracia, suelen provocar esos inconvenientes) acudimos con cierta frecuencia a ‘repetir’. Y lo hacemos, asimismo, en centros médicos privados, como puede ser Tucán o La Villa. O en caso de apuro, ir a hablar con Anselmo. En el pueblo nos entendemos.

He sufrido la desgracia –o la suerte, según la óptica– de haber sido intervenido quirúrgicamente en tres ocasiones. Y todas después de la jubilación. En activo, qué suerte tuvo el patrón, muy pocas bajas. Te cuento:

a) El 8 de febrero de 2012 me quedé trancado. Vamos, ni gota. La hiperplasia prostática –ya el urólogo me lo había advertido en repetidas ocasiones– me jugó la mala pasada definitiva. Sondado hasta el 20 de abril, día en que el doctor Sánchez Clavero, en Hospiten Rambla, lleva a cabo la operación denominada Adenomectomía retropúbica tipo Millin. Así me liberan de unos 80 gramos que sobraban, con lo que la susodicha volvió a su tamaño normal. Una semana de hospitalización. Para entretenerme durante los días en que estuve con más tuberías puestas que las que vemos en los terrenos agrícolas por esos sures, unas décimas (bastantes) que ya publiqué años atrás.

b) El 1 de junio de 2016, mientras regaba unas hortensias en Las Abiertas, se me fue la pata –o las dos– y volé, sin parapente ni paracaídas, unos cinco metros, en dos etapas, primero tres y luego seguí el descenso otros dos más. Resultado: dos fracturas, calcáneo y fémur –casi cadera– en pierna derecha. Desde ese momento no he vuelto a votar al PP. Operación para el bonito clavo de titanio, con sus dos elegantes tornillos, que ahora luzco en las radiografías –y que no pitan cuando paso por el arco de los aeropuertos– en Hospiten Bellevue. Dos semanas de hospitalización y largo proceso de recuperación desde silla de ruedas, a muletas, rehabilitación y todo eso.

c) El 20 de junio de 2018, nuevamente al quirófano por culpa del ombligo. Yo que pa´dentro y él que pa´fuera. Ganó el susodicho y hubo que recomponer la hernia umbilical mediante la malla de rigor. Apenas 24 horas en Hospiten Bellevue de nuevo.

Así que, estimados amigos y lectores, al igual que la vicepresidenta Carmen Calvo, soy un afortunado de la sanidad privada. Y a la familia Cobiella debo el estar medio recompuesto. Y a Pedro Luis, en concreto, el que haya echado una mano cuando el nacimiento de mis hijos. Lo de las fechas precitadas no es que disponga de una memoria prodigiosa, sino que soy uno más de los maniáticos que lo apuntamos todo. Hasta más ver.