viernes, 16 de abril de 2021

33. Otra vez el muro

Diecisiete meses de calvario con sus correspondientes estaciones. Un viacrucis (camino de la cruz) bien surtido. Pero no resucita. Sigue bien tieso. Yerto, duro, firme, rígido, terso, tirante, terco, inflexible. Fiambre, vamos. Tieso que tieso, a saber, erre que erre. El problema, que no el presunto, cada día más desgorrifado. Desde noviembre de 2019, el muro de La Montaña constituye el símbolo más inequívoco, el ejemplo más significativo de lo que deben hacer las administraciones públicas: ponerse de acuerdo. Hablando se entiende la gente. Y te advierto que si empiezas a esbozar sonrisas maliciosas – o crees, acaso, que no me imagino lo que estás pensando– cierro el negocio y no escribo más. Vale, eso me gusta.

Cuando Ayuntamiento y Cabildo habían alcanzado un principio de acuerdo para poner término al culebrón (recuerden lo de la ordenanza provisional), y nos vendieron que el conflicto quedaba resuelto, debieron olvidar ambas corporaciones que tal requisito, al afectar al Espacio Natural Protegido Montaña de los Frailes, requería la intervención de la Consejería correspondiente del Gobierno de Canarias. Que no, hombre (o mujer), que no. Sí lo sabían, pero lo mismo le dieron el visto bueno para ver si colaba. ¿Que por qué lo pienso? Por las declaraciones que he leído en prensa de la concejala de Urbanismo en el ayuntamiento realejero. Luego las mencionaré.

A este torpe maestro de escuela, un rebenque de la platanera, criado y ensolerado en medio de una enorme finca de La Gorvorana, y que hoy transita por los plácidos senderos de la jubilación, ya no le restan más capacidades de asombro. Pero cuando ve que cualquier concejal lo es de un ramo determinado en un mandato, en el siguiente abarca una nueva competencia (o delegación) y en el tercero (o cuarto, quinto…) sigue del tingo al tango, piensa que la osadía en la política no tiene límites. Cuánta capacidad. Que luego no se refleja en hechos constantes y sonantes.

Entiendo perfectamente lo de ir acompañado el proyecto con esa memoria ambiental aludida, al tratarse, como asimismo mencioné, de un Espacio Natural Protegido. Es que de lo contrario esa rimbombante denominación de Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial no tendría razón de ser. Ni, por supuesto, toda la pléyade de cargos que conforman su organigrama. Entre los que se halla el de viceconsejero de Lucha por el Cambio Climático, responsabilidad que recae, precisamente, en el realejero Miguel Ángel Pérez. Lo que bien podría facilitar el diálogo que reclamamos, máxime cuando también en el cabildo tinerfeño deberá haber alguien cercano. Lo digo, sencillamente, para que puedan reunirse con más frecuencia y acelerar una solución que ya tiende a eternizarse. Lo podrían hacer en El Monasterio. No, por nada, porque si es la propiedad quien deba correr con los gastos de la obra, ahorramos muchísimo. Hasta en llamadas telefónicas o sellos de Correos.

“Las administraciones implicadas deberían colaborar para encontrar una alternativa”, alega Laura Lima. Claro, estimada concejala. ¿Qué otra cosa podría esperarse? ¿Pretende, acaso, por hipotéticos réditos electorales, que sigan las riñas y los ciudadanos paguemos la entrada para contemplarlos? Porque si uno se atiene a las declaraciones habidas en estos largos meses, casi año y medio, no le queda más remedio que pensar en que ha faltado diálogo. Que ha habido enquistamiento y un servidor, al menos, cree que por diferencias ideológicas, cuando lo que se impone es la gestión de un problema que ya debe causar sonrojo y vergüenza. ¿O no? ¿Se conforman con pasarse la pelota?

De la información que leí en la prensa, rescato igualmente este pasaje de la concejala: “El Cabildo se encargará de elaborar esa memoria para tratar de convencer al Gobierno de Canarias”. En la frase se condensa la alegría en el reparto de competencias. Que serán premiadas en un futuro con otras bien diferentes. Porque el que vale, vale. Ya saben lo otro. Eso, para maestro de escuela. ¿Cómo se le ocurre, señora (o señorita) concejala manifestar semejante barbaridad? ¿Significa su aseveración que por ser más afines políticamente las instituciones insular y regional (vale, pon autonómica), la memoria persuadirá un fisquito más que si la redacta el ayuntamiento? ¿Qué es eso de convencer? O es legal o no lo es. O se sujeta a la normativa en vigor o es una chapuza.

¿Será posible? Y tanta gente valiosa por esos mundos y echaditos a perder por no tener padrinos. Yo mismo, sin ir más lejos. Qué buen coordinador de cualquier distrito sería. Menos mal que Hacienda ya me devolvió los 1345,50 euros que me debía. Y ya sabes, mañana el sexto resumen semanal. Cómo pasa el tiempo. Que se lo digan al muro y a los que sufrimos sus adversidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario