martes, 27 de abril de 2021

42. Incongruencias

Hace un par de días –en concreto después de regresar de La Gañanía, donde le pusieron a la señora la primera dosis de AstraZeneca– vislumbré una singular convocatoria del ayuntamiento realejero. Venía a indicar lo siguiente: El ayuntamiento de Los Realejos abrió hoy [el 22 de los corrientes] el plazo para la presentación de solicitudes a su línea anual de subvenciones de concurrencia competitiva a la innovación e incorporación de medidas para la sostenibilidad y respeto ambiental en explotaciones agrarias y ganaderas, tanto de particulares como de entidades del sector.

Suena bonito, me dije. Pinta bien, me regocijé. Qué pena que no posea un cacho de terreno (o una cabra y un par de conejos) en cualquier lugar del pueblo para poder acogerme a la invitación. No sé si los amigos que sí lo tienen (Pancho y Domingo García Palmero, Celestino Pérez Hernández, Juan José González González y otros muchos) ya han presentado los papeles para optar a las ayudas que tan espléndidamente reparte el Consistorio.

Seguí leyendo: La concejalía de Desarrollo Rural, dirigida por Alexis Hernández, destina para ello 9.600 euros. ¿Tanto?, me pregunté con ligero rictus de asombro. ¿Cómo es posible? ¿Está tirando Manolo el cochinito por la ventana de la alcaldía? ¿No se da cuenta del quebranto económico que ello puede ocasionar en las arcas públicas? Con razón le vota la gente. Es que no se atisba en ningún otro municipio ese grado de esplendidez. Así da gusto. Casi diez mil euros. Que repartidos entre un centenar de posibles adjudicatarios –para redondear, que a lo peor pueden ser más– tocarían a 96 euros cada uno. Un dineral. Vaya dilema se le planteará a los beneficiarios para dilucidar qué hacer con ese montante. Con el que el grupo de gobierno pretende que se cumpla este manifiesto de Domínguez: “En un año especialmente difícil para la economía en todos sus ámbitos, el sector primario ha de seguir erigiéndose como una salida y vía de sustento para muchas familias, un oficio y actividad tradicional que contribuye además a la conservación y enriquecimiento del paisaje rural, y en el que la inversión en innovación, ecología, reducción de la contaminación y promoción de la eficiencia energética en cualquier fase de su proceso productivo y de venta seguirá contando con nuestro apoyo”.

Si es que me emociono y todo. Llegué a tal extremo de excitación que me fui a los presupuestos municipales. Y se me ocurrió poner la palabra publicidad en el buscador y me sopló que el concepto ‘publicidad y propaganda’ aparecía 23 veces. No me resistí, claro, y surgieron estas consignaciones: 92.680, 8.000, 2.000, 25.000, 10.000, 2.000, 1.000, 2.000, 10.000, 2.300, 4.000, 8.000, 16.000, 8.300, 2.000, 1.500, 28.000, 6.500, 3.500, 3.000, 23.500, 3.000 y 6.000. ¿Lo has sumado? Yo te ayudo: 268.280 euros. Y como estaba entretenido –lo que es no tener nada por hacer– columbré lo de “Atenciones protocolarias y representativas”. Quince veces, tú. Te detallo: 3.500, 14.000, 3.000, 1.000, 3.000, 1.000, 9.000, 1.000, 1.000, 1.600, 1.000, 18.000, 30.000, 4.000, y 3.000. Pues una nimiedad: 94.100 euros.

¿Entiendes ahora lo del título? ¿O quedaba mejor desfachatez? Es que se necesita tener mucha caradura para estos desmanes. Y los imbéciles aplaudimos con las orejas. Una tomadura de pelo en toda regla. Jociquea tú la tierra que yo me mamo la papa suave. Y luego armo una quedada para la entrega del miserable donativo (si hago la comparativa, ¿cómo quieres que lo denomine?) e inundaré de fotos todos los canales a mi alcance.

¿La oposición? ¿Y yo qué sé? ¿Por qué me haces preguntas de tal calibre? Te respondo de manera indirecta. Fania Medina, nueva secretaria general del comité local del PSOE en San Andrés y Sauces, manifiesta ante la asamblea que la eligió: “Mi objetivo es potenciar la vida orgánica de la agrupación local y liderar el trabajo en equipo de forma cohesionada e impulsando la implicación de nuestros afiliados”. Lo leí en el digital palmero El Apurón. No la conozco de nada, pero, de no estar en nivel 3, lo mismo me daría un salto para invitarla… a un cortado. Me da que tú pensaste otra cosa. ¿Desilusionado yo? A ti te lo oigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario