Cambiamos también la hora / para que luzcan las tardes / y
contamos los alardes / de todo el que bien perora. / Porque ahora se valora /
un discurso asaz vacío, / pero que dicho con brío, / disimula las carencias /
de quienes con indecencias / se comportan como un crío.
A falta de la vacuna / tomé descanso dos días / y demandé a
mis espías / la diligencia oportuna. / Para mí es una fortuna / emborronar un
papel / y dejar signado en él / el parecer cotidiano / de aquello que tenga a
mano, / envasado o a granel.
Avanzamos ya en abril / contando con veintitantas, / entran
reyes e infantas / y otros bichos al redil. / Ni me pongo de perfil, / ni soy
perrito faldero, / para eso está el palmero / dispuesto a lisonjear / con su
verbo y su cantar. / Saludos: el del sombrero.
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