jueves, 15 de abril de 2021

32. Por libre y a lo loco

Algo debe no estar funcionando adecuadamente en las seseras de algunos dirigentes políticos con responsabilidades de gobierno en determinadas instituciones. Porque varias de sus actuaciones me retrotraen a los primeros años de las corporaciones democráticas, cuando se iba a Madrid en busca de los dineros. Con la esperanza de que si el gobierno nacional era del mismo signo político del que desde los ayuntamientos canarios, o cabildos, acudía con la llorona de rigor, lo mismo se obtenía una ayuda adicional. Lo que no sucedía en la mayoría de ocasiones porque la capital del reino quedaba muy lejos –mucho más que ahora– y la sensibilidad para con estas peñas se hallaba bajo mínimos. Alguno sostendrá que en la actualidad tampoco. Cada cual con su parecer. El mío, con algún conocimiento de causa, es que la diferencia es abismal.

Se extrapola aquella costumbre de años idos con la de esas comunidades autónomas –suelen ser, para no variar, las que andan a la greña con Pedro Sánchez– que se han empeñado en comprar vacunas sin intermediación. Ni el gobierno nacional, ni la Unión Europea, ni zarandajas varias. A negociar directamente. Incluso para la adquisición de las que aún no poseen la oportuna certificación del órgano competente. Verbigracia, la rusa Sputnik-V. En el hipotético supuesto de que ello fuese factible, me imagino que los posibles efectos secundarios de las dosis administradas serían, asimismo, una consecuencia más de la pésima gestión de Carolina Darias y de Fernando Simón. Para no variar.

Otro que se sube al carro de los despropósitos es el alcalde santacrucero. Don José Manuel Bermúdez –elevado a los altares por obra y gracia de doña Evelyn Alonso, una ciudadana del grupo mixto– pretende reunirse con dirigentes de Binter y Aena para planificar un incremento de conexiones con la Península y Europa. Me recuerda a las congregaciones en Fitur. Donde cada ayuntamiento vende sus atractivos como si el turista que fuese a venir a Los Realejos, por ejemplo, no alquilara un coche y, acostumbrado a las grandes distancias de territorios continentales, se plantara en cualquier lugar de la isla sin mayores contratiempos. Así que el señor Bermúdez, sin consultarlo con la almohada, se lanzó a la piscina de la Plaza de España, y gritó a todo pulmón que vengan más aviones. Habilitaremos una pista paralela a la Avenida de Anaga y los forasteros no tendrán que sufrir los engorrosos trámites burocráticos de los dos aeropuertos convencionales. Ay, señor, para qué darle cabeza a quien no tiene cogote.

Por libre debe ir también algún medio impreso cuando anuncia como mal tiempo en Canarias la probabilidad de lluvias. Serán estos encumbrados (que no enchumbados) los que piensan que las papas se riegan de manera exclusiva con el sudor de los campesinos. Lo que debería ser considerado como una bendición, viene a resultar una desgracia meteorológica. Lo que hay que leer. Si se demanda tiempo soleado por el reclamo turístico, que no olviden que con la pandemia la afluencia está algo pachucha, por lo que no vendrían mal unos buenos aguaceros para las recargas pertinentes. Menos mal que don Cipriano de Arribas y Sánchez, farmacéutico que fue de nuestro pueblo, en su libro A través de las Islas Canarias, defendió la benignidad de nuestra famosa panza de burro. Ópticas, seguramente.

A lo loco, por último, los redactores de las frases que luego transcribiré. Porque pensarán estos modernos que todos los que consumimos prensa somos tan inteligentes como ellos. Y darán por hecho que antes de ir al quiosco a comprar el ejemplar o, los más atrevidos, introducirnos por los vericuetos informáticos (a veces a duras penas), poseemos idéntico bagaje al de tan ilustres seseras:

Una ‘start-up’ canaria presenta ‘Transcripciones de Plenos’.

La start-up canaria ICC Labs está probando un nuevo enfoque.

ICC Labs ha implementado una tecnología de speech-to-text a partir de…

Dice mi amigo Humberto Hernández que debemos estar orgullosos de nuestro dialecto canario, que es nuestro principal patrimonio cultural. Y ya está. Mañana volveré a pasar por el muro de La Montaña. Hasta entonces.

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