lunes, 17 de enero de 2022

225. Dices que te vas

Creo que me voy a ir para La Gomera una temporada. Viendo el lamentable estado de las carreteras en mi pueblo (y en Tenerife, si amplío el abanico) y leyendo algunas informaciones en las que Casimiro traslada a la opinión pública las actuaciones en las vías de sus predios, me entra un espíritu viajero de mucho cuidado. Y cuando se lo conté al coche, me dio la sensación de que brincó de alegría en el garaje. Porque le quise entender –sí, me silba en la intimidad; como el catalán de Aznar, ¿te acuerdas?– que aquí se lo pasa muy mal, pues debe estar huyendo de baches y socavones, cuando no cuidando la suspensión ante tanto paso elevado (¿o guardia muerto?) que han ubicado en casi todos los rincones. Claro, como no hay policías de verdad, ponemos unos cadáveres echados que suplan el quehacer de aquellos y santas pascuas. Así que tras escuchar un buen rato la música de Los Bajip, aquí me tienen con la matraquilla atravesada y lo mismo arranco la caña.

Ya se han adjudicado, indica el presidente del Cabildo, las obras de mejora del acceso al núcleo de La Dama. Y la foto, con la que se ilustra la noticia en los digitales de aquella isla, nos muestra un piche inmaculado, el que ya quisiéramos nosotros, por ejemplo, en la zona de El Toscal –que ya no es vía insular, sino de competencia municipal– donde los hoyos son cada vez más ostensibles. Un presupuesto módico, que ronda el millón de euros, permitirá eliminar grietas y fisuras, amén de una nueva señalización. Cuando leí lo de las rajas y fallas (grietas y fisuras) me vino a la mente el pavimento del tramo entre Buen Paso y El Tanque, que con apenas unos años de rodadura… para qué te lo voy a contar si tú también lo sufres, ¿o no?

Pero como los tres votos valen su peso en oro, Casimiro, como si se estuviera regodeando de los sufridores tinerfeños, nos deleita en su intervención con el tramo desde Epina hasta Alojera, además de la bajada a la playa, y a todo ello se unirá, remacha Curbelo, con “la construcción de la variante”. Manda aquello, tú. Será otra rotonda como la de Las Orijamas en Valle Gran Rey, que hasta vergüenza me da reproducir lo que costó: 600.000 euros. ¿Tú no la has visto y te has cuestionado cómo aquella mierda costó tanto dinero? Debe ser lo que el mandatario denomina cohesión insular.

También existe financiación presupuestada en las cuentas regionales para los kilómetros entre el cruce de Paredes y el aeropuerto, en el municipio de Alajeró. Que es el único en el que aún ASG no gobierna y me imagino que esta inyección va más encaminada a erosionar la hegemonía del PSOE en la localidad sureña, que a recomponer el piche. ¿Tampoco has subido o bajado por allí? ¿Y qué? ¿Tan mal lo viste? ¿Se te quejó más el coche que cuando atraviesas el Polígono villero de San Jerónimo? Vamos, ni comparancia.

De verdad, responde con sinceridad a esta simple pregunta: ¿Qué anomalías importantes observas cuando subes desde La Villa (San Sebastián) hasta la Degollada de Peraza? Sí, allí donde te paras a echar una foto a La Laja y a Los Chejelipes. Nada en absoluto. Pues más perritas porque el piche debe estar como el culito de un niño. Y se aprovechará para contratar a unas decenas de operarios para que mantengan las cunetas más limpias de España. Chaleco fluorescente y bocadillo que no falten. Que cincuenta curros temporales suponen unos centenares de votantes y un puñado de consejeros.

Parece ser tónica general el construir los hospitales y luego pensar en la carretera que lleven allí las ambulancias. Ocurrió en Icod y también en La Gomera. Porque circular toda la Avenida José Aguiar en dirección al Barranco de la Villa supone un mareo añadido para el pobre enfermo. Así que arbitraremos, con otra dotación económica de cierta importancia, una solución por el mismo cauce que nos lleve del puerto al centro sanitario y… a olvidarnos de los ‘muertos’ que proliferan en la isla con obras ‘muertas’ de risa: centro de talasoterapia (Hermigua), casa de la miel de abeja de las Rosas (Agulo), Jardín Botánico o piscina (Vallehermoso), centro de artesanía  y Mirador del Santo (Valle Gran Rey)… Y ya está, porque en los puntos suspensivos tendríamos que hablar (escribir) de cochinos negros, embotelladoras, quesos, audillones, poetas y yo qué sé.

Pero, a pesar de todo, seguiré yendo. El coche me lo pide y quién soy yo para contrariarlo. Aunque, de verdad, jolines, me duelen los dineros públicos. Mucho. Y cuánto me molesta el que a otros les resbale.

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