(…)
Tengo la firme persuasión, Señor, de que U.S. y la digna Corporación que
preside, rinden culto al deber, y acomodáis vuestros actos á los eternos
principios de la justicia y de la moral. Fundada en esto, reclamo hoy vuestro
auxilio contra todo lo que conspira contra la salud de mi escuela poniendo en
peligro su existencia.
Enumera la existencia de un caballo semental en una
cuadra anexa a la escuela y al dormitorio de la maestra, lo que producía
fatales condiciones higiénicas en esos aposentos, invadidos constantemente por
una atmósfera viciada por la fermentación del estiércol. Pero, solventado el
problema, se dio el departamento para que lo habitasen varias familias. Aunque
sin escusado, defecaban en la misma habitación, siendo insoportable la
hediondez, especialmente durante la noche. Luego se depositaron ramas de
árboles, que pueden entrar en descomposición.
Continúa relatando deficiencias. Las aguas sucias
de la cocina, al no tener desagüe, se estancan en el jardín, único sitio de
recreo de las niñas. Y cuando hay riñas de gallos, en atención á los
forasteros, se le solicita que retenga las aguas en la cocina hasta que
terminen. Falta higiene en el escusado, pues las materias fecales caen en un
cuarto bajo donde se esparcen, rebosando, á veces, fuera del mismo é
invadiendo sus miasmas toda la casa.
Tras reiterar que se corrijan estas deficiencias
señaladas, lo que beneficiaría a muchos, concluye:
Obrar
así es prevenir el mal que amenaza constantemente á la escuela y velar por la
salud pública; es declararse protector de la niñez y de la ancianidad; es, en
una palabra, ser campeón del derecho y no cómplice del crimen.
En la
sesión del ayuntamiento (20 de julio del mismo año) se acuerda que los
concejales D. Cándido Acosta y Rodríguez y D. José Monteverde y Lugo, que
forman parte de la Junta local de primera enseñanza, inspeccionen el edificio.
Los mismos emiten informe al respecto el 2 de agosto. En él se destaca:
1) Abrir
un hoyo en el sitio que designe el perito D. Diego Álvarez, hasta encontrar
la escoria volcánica vulgarmente llamada mina, para conducir á ella las
inmundicias de la cocina y el escusado.
2) Arreglar
el retrete ampliando sus dimensiones.
3) Construir
un depósito para el agua.
4) Depositar
las basuras en otro cuarto.
Y el
ayuntamiento, en sesión de 4 de agosto de 1910, aprueba dicho informe.
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Y cada
vez que comento con alguien el contenido de un tocho de más de mil seiscientas
páginas, siempre me espetan: ¿Y por qué no lo publicas? No contesto, pero me
río un buen rato. Si yo utilizara la muletilla que se estila en un edificio de
la Avenida de Canarias, respondería de buena gana: Estamos en ello. Lo malo es
que no se me da el disimular.
Ahora
nos quejamos por tener veinticinco alumnos en un aula con todo tipo de
comodidades y adelantos. Ubicada en un edificio con varios cuartos de baño. Con
metros □ más que suficientes y con mucho aire para respirar. Los tiempos
cambian.
Bueno,
estimados, seguiremos con otras boberías. Qué le vamos a hacer.
[1]
A.M.O.; Expediente incoado á
petición de la Maestra de la Escuela pública de niñas del barrio de la
Concepción…, Instrucción pública, Villa de la Orotava, 1910.
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