miércoles, 12 de enero de 2022

222. Juan de la Puerta Canseco (1)

Juan de la Puerta Canseco, natural de Valencia de Don Juan (León), donde nació en 1827, fue profesor de la Escuela Superior de Instrucción Primaria de Santa Cruz de Tenerife, secretario de su Junta de Instrucción Pública y miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País. Dirigió el Colegio de Niños de Santa Cruz de Tenerife ubicado en la calle de la Noria.

Fue maestro de muchos de los santacruceros destacados de la segunda mitad del siglo XIX. Fundó y dirigió las revistas El Instructor, periódico de enseñanza popular, dedicado a los niños de ambos sexos por los Profesores de las Escuelas públicas de instrucción primaria de esta Capital (1852-1854), quincenal, y El Auxiliar, (decenal, se publicaba los días 2, 12 y 22 de cada mes) que tuvo más duración, también enfocado a la instrucción primaria y que conoció tres épocas. La primera etapa duró dos años: 1860-1862. Entre 1866 y 1871 comenzó su segunda andadura, esta vez con el título de revista. La tercera época renace de nuevo como periódico: 1886-1900. Canseco dirigió sobre todo la primera y la última épocas, pues la segunda fue encomendada a Tomás Cabrera y Fernando Suárez. Estas publicaciones periódicas se enfocaban sobre todo a materias prácticas y que ayudaran tanto a los alumnos como a los maestros. También fue colaborador de Revista de Canarias.​

Entre sus varios libros destaca Descripción geográfica de las Islas Canarias para uso de los niños (1861) y Nuevo sistema legal de medidas, pesas y monedas, precedido de unas breves nociones de aritmética decimal para uso de las escuelas primarias de uno y otro sexo (1852). Ambas publicaciones vieron la luz en la imprenta-librería de  A. J. Benítez, en la santacrucera calle de San Francisco. La ciudad de Santa Cruz le dedicó a Puerta Canseco el nombre de una calle poco después de su fallecimiento en 1902.

Las notables equivocaciones geográficas que, desde siempre, han ocurrido con el Archipiélago Canario, fue uno de los motivos de la aparición de un tratadito de Geografía en el que plasmó, en pocas páginas, aquellos aspectos más significativos, para que la juventud aprendiera a conocer el suelo en que ha nacido y despertar en su espíritu el gusto por la Geografía en general, sin cuyo conocimiento se haría imperfecto el estudio de la Historia y de la Geología.

Y el hecho de dar a conocer estas notas en El del sombrero (denominación de mi blog, para los recién llegados) viene determinado por haber tropezado con el ejemplar de El Auxiliar, periódico de instrucción primaria, correspondiente al 12 de enero de 1862 (año II, número 8), [NADA MENOS QUE 160 AÑOS ATRÁS], que en sus páginas 1, 2 y 3 daba cuenta de lo que otro colega insertaba. Muy al uso el intercambio de informaciones, amén de cumplidos cuando las líneas editoriales, sesgadamente políticas, lo permitían, entre diferentes cabeceras. Y curioso, asimismo –al menos a los ojos de los tiempos que corren– el cruce del clásico y atento besalamano (b.l.m.), que en cierto pasaje de esta crónica veremos.

Aclaro por enésima que los innumerables errores ortográficos, atribuibles a los componedores de las galeradas –inconvenientes de los tipos de plomo– harían tirarse de los pelos a los propios autores de los artículos publicados, máxime si se trataban, por ejemplo, de docentes. Reproduzcamos esta primera reseña:

“El Ómnibus [Las Palmas de Gran Canaria; periódico en el que un jovencísimo Benito Pérez Galdós comenzó a publicar artículos bajo los seudónimos de Yo y Pascual], con la ilustración que le distingue, ha tenido también la amabilidad de ocuparse del tratadillo de Geografía de Canarias que ya conocen nuestros suscritores. Agradecidos sobremanera á los lisongeros términos en que lo verifica, creemos dar á nuestro estimado colega una prueba de la deferencia y gratitud que nos merecen sus apreciaciones, trascribiendo a continuación el artículo a que hacemos referencia. Hele aquí:

Háse publicado en este mes, impresa en Santa Cruz de Tenerife, una Descripción geográfica de los Islas Canarias, para uso de los niños, por D. Juan de la Puerta Canseco, profesor de la escuela pública de Instrucción primaria superior de la misma población de Santa Cruz.

Forma esta útil obrita un cuadernito de sesenta y dos páginas regularmente impreso, que se vende al precio de cuatro reales vellón.

Tiempo ha que la falta de una obra de esta clase se hacia notar entre nosotros; las inesactitudes groseras y ridiculas en que por lo general incurren todos los autores viageros y geógrafos que se ocupan de estas islas, merecía un correctivo enérgico, y aunque el medio no es aun tan completo como deseáramos, es el primer paso que se da en ese terreno, el cual nos conducirá indudablemente á resultados cada día mas satisfactorios.

La obrita que examinamos, sin pretensiones de ningún género, como lo indica su mismo título, está escrita en un lenguage claro, correcto y sencillo, propio de esta clase de obras elementales y las noticias que contiene, en general exactas, y de interés para la juventud.

En un pais como el nuestro donde tan poco se aprecian, protegen y elogian los trabajos literarios, es un verdadero arrojo que siempre merece los aplausos de la prensa periódica, el de aquel que se atreve a romper el silencio que le rodea y á publicar una obra fruto de su ingenio, de sus vigilias y de su estudio.

Nosotros nos apresuramos, pues, a dar la mas cumplida enhorabuena al Sr. de Canseco por el servicio que ha prestado al pais con su obrita, animándole á que continúe por el mismo camino, y nos regale obras tan útiles como esta á la enseñanza de la niñez.

El compendio de Geografía canaria que nos ocupa, es de aquellas obras que por su misma índole exige continuas mejoras y adiciones, y nosotros estamos persuadidos que asi lo hará el Sr. Canseco si publica mas adelante una segunda edición.

Entonces quisiéramos ver adicionado, y lo decimos con la franqueza que nos es caracteristica, algo sobre nuestro puerto de la Luz, tan encomiado, relativamente hablando, por todos los marinos estrangeros que lo han visitado, no tanto por sus buenas condiciones, cuanto por lo susceptible que es de cuantos mejoramientos se quieran en él hacer, ya destinándolo á puerto de refugio, ya construyendo en sus espaciosas y tranquilas playas un muelle, carenero, dársena, diques etc. Tampoco se dice nada de la rada de Gando, una de las mejores de la isla, y célebre por los acontecimientos históricos que recuerda.

Parécenos también una notable omisión no ocuparse al hablar de nuestra industria, de la construcción naval y astilleros de Las Palmas, el único puede decirse, de la provincia, y donde anualmente se construyen cinco ó seis buques de 100 á 500 toneladas cada uno, representando un capital aproximado de 75 á 100.000 pesos…

(continuamos mañana)

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