Del trabajo de los grupos de la oposición –al igual que en
mi pueblo– solo conozco las cuatro pinceladas que cuelgan en las redes
sociales. Por lo que no estoy al cabo de saber si se ha preocupado el PSOE
villero, verbigracia, del lamentable estado del pavimento en las calles de esta
zona industrial.
De las zonas centrales de las principales rotondas –las de
las fuentes secas– mejor mutis por el foro (que no significa el que se lo pasen
por el forro; o sí). Y circular por la vía principal (calle Molinos de gofio)
supone un calvario difícilmente justificable. Una permanente yincana (o
gincana, según la RAE): competición de carácter lúdico en la que los equipos
participantes deben superar una serie de pruebas y obstáculos a lo largo de un
recorrido. Pero en nuestro caso, de lúdico, nada de nada. Y los remiendos que
van poniendo para disimular grietas y baches, saltan que es un disgusto. Y lo
hacen en forma de enormes piroclastos (estoy de un vulcanólogo subido), que
este pasado sábado fui testigo de cómo un motorista casi se come unos cuantos
coches aparcados por culpa de uno de tales pedruscos.
Pero es que los que vamos a caminar tampoco lo tenemos mucho
mejor. Las aceras –también de piche– no presentan mejor aspecto. Por la zona de
El Trompo, ese añadido ilegal por el que fueron condenados alcalde, secretario municipal
y promotor, tiene unas rajas que un día me caigo dentro y van a tener que
llamar una grúa para sacarme. Y uno cuando transita por aquellos contornos se pregunta si ningún concejal acude a
comprar, aunque sea en estas fechas navideñas. No, lo digo (escribo) por ese
espíritu de bondad que nos entra a todos y lo mismo se compadece y lo plantea
en una sesión plenaria. Siquiera por equivocación.
Si te metes por otras calles –por ejemplo, las que se hallan
por los alrededores de la ITV– vas a encontrar muy serias dificultades para
caminar porque las aceras están ocupadas por los coches. Bueno, como en los
pasos de peatones en el núcleo realejero de La Montaña. Algo que vemos, y
sufrimos, solo los que caminamos, porque los que recalan en vehículo oficial
(policías, técnicos y concejales) van a lo que van y punto pelota. Y como con
el muro ya tienen bastante
entretenimiento, no se van a parar en una nimiedad que solo afecta al
transeúnte. Lo mismo soy yo solo. Pues sí, será eso. Así que déjalo y… ¿qué
decías de las facturas?
Pues va a tener razón Pedro Sánchez. Tengo, desde siempre,
un contrato con Endesa denominado Tempo Happy (los jueves no pago nada; ni que
decir tiene que ese día los electrodomésticos echan humo) con una potencia de
4,6 kw. Y con esto de las horas punta, valle y demás, andaba medio desconfiado.
No tengo ni la más remota idea de si mi tarifa es PVPC (Precio Voluntario para
el Pequeño Consumidor) o de otra índole. Lo único que sé es que cuando la
factura se incrementa será porque nos olvidamos de darle al interruptor y
dejamos encendidas las luces más de la cuenta. Así que eché una visual a las
del mes de diciembre de los cuatro últimos años (2018-2021) y observé lo
siguiente: 54,78; 50,28; 38,53 y 35,96. Cuando vio esta última mi mujer me
dijo: Vamos a poner el arbolito. Y ahora mismo encendido está. Si Abel
Caballero pone a Vigo de espejo, ¿por qué nos íbamos a quedar nosotros detrás?
Mañana es la lotería, pero como yo no juego, me acordaré de
los cigarrones.
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