miércoles, 1 de diciembre de 2021

190. Temporales de años idos (y 7)

 Y se continuaba:

“En Santa Lucía. Debido a los efectos del temporal se han derrumbado varias casas en Santa Lucía y destrozado multitud de árboles frutales.

Los daños que son importantísimos los han sufrido particularmente los labradores y propietarios.

Las pérdidas según cálculo de varios peritos ascienden a 160.000 pesetas.

La fuerza de la Guardia civil de aquel puesto se mostró activa recorriendo las calles y extrayendo nueve personas de los escombros de una casa que se derrumbaba.

Las vías de comunicación han quedado intransitables.

En Agulo (Gomera). La villa de Agulo pagó también su tributo al terrible huracán que se desencadenó la noche del Jueves último en estas islas.

Los árboles eran arrancados de raiz y varias casas se derrumbaron.

Los numerosos platanales que allí hay son los que han sufrido más daños, pues casi todos están arrazados [sic].

Familias enteras se encuentran sin albergue.

Hasta la fecha no se tienen noticias de haber ocurrido desgracias personales.

En San Sebastián de la Gomera. La noche del dia tres fué la más terrible del temporal que como se sabe empezó a reinar en la Gomera en los últimos dias de Diciembre.

El violento huracán destrozó gran número de casas.

Entre las casas damnificadas se encuentra la del cuartel del batallón de aquella guarnición.

El barranco se desbordó, arruinando muchísimas fincas.

En Teror (Gran Canaria). Los temporales causaron grandes destrozos en los edificios de aquella población.

Los daños causados solamente en los edificios se calculan en 16.000 pesetas.

El arbolado ha sido casi todo arrasado, especialmente en la carretera que conduce de aquella población a Las Palmas.

Las líneas telefónicas han sufrido todas desperfectos.

También en la cosecha ha causado daños de consideración el temporal.

Y para finalizar este relato, en El Progreso del 9 de enero de 1918, página 2, estas referencias:

En La Victoria. El alcalde de la Victoria comunicó ayer lo siguiente al Gobernador civil:

Tengo el sentimiento de comunicar a V. E. que los temporales reinantes últimamente en la isla, han ocasionado daños de bastante consideración e importancia, tanto en las casas como en las cosechas.

Debido también a los citados temporales, han desaparecido por las corrientes de las aguas, gran número de animales de diferentes especies.

En Guía de Izora [sic]. El alcalde de Guia de Izora ha telegrafiado lo siguiente:

Cúmpleme informar a V. E. que de siete a diez de la noche del tres del actual, desarrollóse en esta jurisdicción, un grandísimo temporal de lluvias y viento huracanado; produciendo considerables daños en muchas casas y propiedades, arrancando árboles y destrozando sembrados.

No hubo desgracias personales. Los daños causados que son importantísimos es difícil calcularlos.

En Icod. El alcalde de Icod, comunicó ayer lo siguiente al Gobernador civil:

Debido a la interrupción de la línea telegráfica con esa capital, no me ha sido posible comunicar a V. E. noticias del temporal de agua y viento que ha venido reinando en toda esta comarca, desde el primero del actual.

El arbolado de las plazas públicas, ha sufrido daños importantes, como asimismo el de las carreteras de la Orotava a Buenavista, y las fincas de propiedades particulares.

Los sembrados y las plantaciones de platanera han sufrido importantísimos daños, considerándose perdida la cosecha de patatas y maíz.

En casi todos los edificios, tanto públicos como particulares, ha dejado sentir su efecto el horrible temporal.

El almacén para empaquetados de don Domingo Martínez de la Peña, en el puerto de San Marcos, perdió toda su techumbre, como también el de don José Lugo Socas.

También sufrieron destrozos muchas casas de infelices labradores.

Afortunadamente, no se ha registrado ninguna desgracia personal.

A última hora llegan noticias de que en el monte Pinar el viento ha derribado infinidad de pinos”.

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Las faltas de ortografía se debían, casi siempre, a errores en la composición de las galeradas. Los tiempos de los tipos de plomo entrañaban estos inconvenientes. Pero todo ello, entiendo, era superado, y con creces, con un voluntarismo periodístico que ahora se echa en falta. Espero que la lectura de estas crónicas nos sirva para recapacitar. Cuando la naturaleza se desata, solo toca resignación, si no correr en busca de refugios seguros. Hasta la próxima.

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