lunes, 6 de diciembre de 2021

193. Lobos disfrazados

Me sentí en la obligación de hacer otra excepción. Les había prometido el pasado viernes que descansaba hasta el martes, pero el PP realejero me sigue sorprendiendo. Y como vengo sosteniendo, desde hace años, que, a pesar de su aparente buenismo, en nada se diferencia de los que en Madrid, por ejemplo, pactan con Vox y se doblegan ante sus exigencias nada democráticas, recurrí al titular que encabeza este comentario como mal menor. Porque tentado estuve por hacerlo de otra guisa, verbigracia, los herederos de Atapuerca, jugadas del subconsciente o el andar de la perrita, pero me contuve. O los que me sugirieron en Facebook: La vuelta atrás, El poder soy yo, ¿Quién te ha dado vela en este entierro?, Lunes de Constitución...

Efectivamente, hoy celebramos el Día de la Constitución. Que, con sus defectos y limitaciones, ahí sigue tras 43 años de andadura. Esa norma que en 1978, la derecha del entonces, adláteres del franquismo y reconvertidos a la Alianza Popular de Manuel Fraga –los padres de estas criaturas que ahora transitan bajo la denominación de Partido Popular, pero que no han sido capaces de quitarse la etiqueta de lo carca y retrógrado– dividió su parecer cuando fue sometida a votación el 31 de octubre en el Congreso de los Diputados. Las reminiscencias eran bien patentes. Ahora, ni siquiera dudan a la hora de aliarse con la ultraderecha. Donde hubo… Todos a una. Y Los Realejos no se iba a quedar atrás. El artículo 14 del marco supremo del ordenamiento jurídico español deben entenderlo, los de la foto (fieles exponentes de un grupo de gobierno abducido), como algo exclusivo de su cohorte de palmeros y correveidiles.

La Asociación LGTBI Diversas puso en conocimiento de la opinión pública, en rueda de prensa celebrada este 3 de diciembre próximo pasado, que la concejala de IGUALDAD –cuánta ironía–, acompañada por el de Fiestas y Juventud (no lo puse en la foto porque algún día despertará y recuperará aquel espíritu estudiantil que ahogó el jefe a cambio de un buen  puñado de euros), trasladó al colectivo que dejaría de recibir financiación pública (dinero tuyo y mío) por atreverse a criticar (analizar pormenorizadamente algo y valorarlo según los criterios propios de  la materia de que se trate) a la derecha y ultraderecha en el manifiesto leído con motivo del Día del Orgullo. No, después de observar los comportamientos de la tropas de Casado y Abascal, aderezados con declaraciones que supuran a raudales odio y mala bilis, iban a aplaudir con las orejas. Hasta el alcalde de La Guancha ha debido sucumbir a las exigencias del todopoderoso Domínguez y se ha sumado al rechazo del realejero para adherirse a la Red Asterisco, estructura de coordinación de los diferentes agentes del norte de la isla en torno a la diversidad sexual y de género. Y bien contento que se le veía meses atrás en el acto celebrado por fuera del ayuntamiento, donde se izó la bandera arcoíris. Hasta creo que felicitó a los organizadores del evento. Pero Antonio es obediente y una llamada de Manolo… Capitán, mande firmes.

Cuánta pena me da el borreguismo de este equipo de gobierno. Lo que puede un sueldo. Miserable dinero que engatusa y pervierte hasta el extremo de perder la dignidad. Que, incluso, se van a la radio municipal (de todos y no de su exclusivo uso) a intentar justificar una postura que raya la indecencia y la bajeza moral de quienes actúan al dictado. Al menos tanto como la de quien entrevista, del que todo ha quedado escrito en otros momentos y que, a pesar de su cacareada reconversión, continúa ahora bailando el trompo. Luego se justificarán en privado o desahogarán penas con la almohada rezando aquello de oh, y qué quieres que haga, de algo tengo que vivir. Así no, sinvergüenza (que incurre en inmoralidades). ¿Irán a misa y se darán golpes en el pecho? ¿Qué le contarán al cura en el confesonario?

Convocar una reunión para anunciar que se rompen relaciones. O me pasas la mano y te muestras dócil y sumiso, o cerramos el grifo (chorro en canario). Ya lo hicimos con Fidela –prologuista del libro El Legado, de Juan José González– y no nos dolerán prendas en continuar con estas actitudes. Porque el pueblo nos pertenece, se mofarán estos del moco de pavo en su vuelos de parapente.

De qué nos extrañamos. Es la manera de actuar del señor Domínguez. Tan modosito de puertas afueras y cuando se quita la careta, agárrate que vienen curvas. Adivino no soy. Ojalá, y así no estaría pendiente como un bobo de la primitiva. Pero quedan invitados a repasar artículos y comprobarán que muy descaminado no iba.

Será ungido el próximo mes como presidente de su partido en Canarias y anuncia que no va a fracasar. El licenciado de Wyoming, modesto donde los haya, aspirará luego a la presidencia de esta Comunidad. Pues sepan desde ya los canarios cómo se las gasta. Detrás de esa carita de niño bueno hay más falsedad que en una caja llena de monedas de tres euros. O si no, ¿cómo calificarías tú esta medida de venganza con Diversas? ¿Torpeza política? No, mala leche. Sí, que ya está bien de paños calientes. Y a los que le acompañan en la travesía y asienten con la cabeza, un consejo: dos o tres mil euros mensuales no justifican comportamientos obscenos. Se van a condenar con el fuego eterno del infierno.

A Sergio, Fran y resto del colectivo: ni un paso atrás ante jactanciosos del tres al cuarto. Que se sigan retratando. Del barco de Chanquete no nos moverán, se cantó en aquel Verano azul. Pues tampoco lo harán con quienes (a perdonar mi inclusión), mediante la palabra (qué arma más valiosa), persistimos en expresar y difundir libremente (le pese a esta ultraderecha chovinista y ultraconservadora, ideología en la que el PP ha aterrizado para competir con los del caballo blanco… de Santiago) pensamientos, ideas y opiniones.

Mal no le deseo a nadie. Todos no somos iguales. Afortunadamente. Pero este pueblo que me vio nacer, aunque dopado con efluvios de propaganda asaz engañosa, debe despertar del profundo sueño en el que se halla sumido. La esperanza me mantiene, porque un día habrá una villa (perdona, Pedro García Cabrera, por cambiar tu isla) que no sea silencio amordazado.

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