En la nota de prensa –cansinas hasta decir basta– se repite
machaconamente la idea del juicio ganado. Y los palmeros correveidiles
aprovechan para inundarnos con mensajes laudatorios. Libres son de hacerlo,
faltaría más. Pero echo en falta un mínimo de preparación y contar hasta diez,
al menos, antes de lanzarse a las aventuras de plasmar por escrito tal suerte
de imbecilidades que mejor harían en hacérselo mirar. Me recuerdan a cierto
concejal que espetó un elegante “a participado” para protestar ante otro
organismo por la supuesta marginación realejera en una prueba deportiva.
Siempre son los otros los culpables.
Lo echaremos de menos
en caso de que vaya a la presidencia del gobierno. Será, en todo caso, un
paso previo para la presidencia del nacional. Ya puestos, por marketing en la
escuela superior de management y master MBA (Master of Business Administration),
que no quede.
Un alcalde que se
mueve bastante. Y tanto. Vaya que sí se menea. Fuera del pueblo, sobre
todo. ¿Te lo cuento otra vez? Vale, no hace falta.
Por fin se acaba el
carbario, grasias señor al carde. No comment. Sí, artrosis en los dedos y
teclas diminutas.
Nos dio la razón la justicia. Realizaremos las obras (?) por
fin tras este amargo capítulo. Los colores políticos no deben entorpecer la
gestión. Nosotros no entendemos la política de esa manera, vino a manifestar la
concejala en un estado de éxtasis total y absoluto. Cuando chocó el puño
cerrado (qué pecado en la foto -en su perfil público está- de la ignominia; lo que ha hecho la pandemia: la
derecha adueñándose de gestos de la izquierda) con el alcalde vio culminado un
proceso de asunción (en cuerpo y alma) a la ermita de la cima.
Ahora me pongo serio. Vuelvo a mirar la foto y ya no sé si
el muro lo va a levantar el ayuntamiento o la propiedad. También ignoro si
Manolo es el albañil y Laura el peón o a la viceversa. No habrá retranqueo,
como proponía el ayuntamiento. El Monasterio echará este fin de año un par de
docenas más de voladores. Porque sabe que una vez se apruebe el Plan General de
Ordenación (PGO) –trámite pendiente por culpa de otros organismos, cantinela
esgrimida hasta la saciedad y que sí es lícito plantear en su forma de hacer
política– no existiría problema en echarlo abajo, darle unos metros para detrás
hasta permitir una acera, y pagarlo con cargo… a los dineros públicos. De
camino, una rotonda en la entrada hacia La Luz y otro acceso más decente a un
colegio privado. Sería un segundo premio en poco tiempo. Para general regocijo
de una exalumna.
En ese momento, los habitantes de este pueblo norteño nos
acordaremos de los triunfalismos de los personajes retratados. Bailaremos
contentos por haber ganado un juicio para satisfacción popular (¿o de los
populares?). ¿Es un éxito realmente? Porque aquí se gestiona para el ahora,
para lo que me dé rentabilidad electoral. El futuro es pura entelequia. Lo de
planificar, siquiera a medio plazo, haz el favor.
A la sexta teniente de alcalde y concejala de Servicios
Territoriales, Urbanismo, Industria y Nuevas Tecnologías, unas preguntas:
Ya que usted entiende la política de otra manera (deduzco
que más dialogante y con menos cortapisas), ¿cómo es posible que no haya dicho
lo mismo cuando desde esa institución se vetó la presencia de Fidela Velázquez,
prologuista del libro El Legado, de Juan José González, tan realejero como
usted y yo, en el acto de presentación en la Casa Municipal de la Cultura?
¿Cómo permitió que se margine al Colectivo Diversas por parte de su propios
compañeros y se les condene por expresar sus opiniones donde les dé la
realísima gana? Ya que tan sobrada va, ¿por qué no pierde unos minutos de su
tiempo para echar una mano a varios concejales de su grupo con graves carencias
(vamos, que necesitan mejorar) tanto orales como escritas? ¿Por qué no va y
choca esos cinco con quienes claman al cielo por el abandono del patrimonio
histórico? ¿Cómo es posible que usted permita que su grupo no acepte propuestas
constructivas para nuestra villa por el mero hecho de que provengan de otras
mentes no tan privilegiadas como las de ustedes? ¿A qué se deben las sonrisas
en las sesiones plenarias, apartado de ruegos y preguntas, cuando son
elevadas por la oposición? ¿Apoya el que solo se den a conocer los datos de la
Covid (casos positivos) cuando está bajo mínimos y no cuando se incrementan
como ahora mismo? ¿Cuándo practica esa otra forma de hacer política, en sueños,
quizás? De muestrario, suficiente.
Cuánto cinismo. Y lo peor es que si algún día Domínguez deja
el pueblo porque se le queda corto ante sus aspiraciones, ha calado tanto su
escuela (privada, por supuesto) que muchos más muros de La Montaña amargarán
nuestra existencia. Sostener que se ha ganado un juicio, que se ha obtenido una
victoria, que vayan a celebrarlo in situ, no concuerda, en manera alguna, con
ese otro estilo de hacer política. Es más de lo mismo. O peor. Por supuesto que
es mi visión. ¿Menos válida que la suya?
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