La señora Navarro ha negado que desde la sede de Génova (¿no
la habían vendido ya para no comprometer a Casado con las reformas en negro?)
se haya propuesto a Manuel Domínguez como el sucesor. Nihil novum sub sole. El manual de instrucciones funciona a la
perfección y en su comparecencia dio sobradas muestras de tenerlo bien asumido.
Y perfectamente aprendido. Lo curioso es que solo cuatro días después: "No vengo aquí a fracasar", alegaba el paisano para contradecirla.
Como las ausencias del todavía alcalde realejero ya no nos
sorprenden, hemos podido comprobar, en estos días pasados, que el protagonismo
–con lo que a nuestro hombre le gusta el postureo de la foto– en la
presentación de toda la campaña navideña en la Villa de Viera correspondió al
primer teniente de alcalde. Claro, Domínguez se encontraba en un estadio
superior. Bueno, en realidad lo lleva haciendo desde ha bastante. Pero en esta
ocasión se trata de sujetar en corto a los posibles díscolos que puedan surgir
en Gran Canaria o Lanzarote y dejar todo atado, y bien atado, para que por San
Vicente, festivo en este pueblo, otra muesca en el revólver. Así que las
delegaciones, de por sí ya frecuentes en el BOP, se multiplicaron y los
anuncios proliferaron de tal manera que los boletines solo hacían referencia a
Los Realejos para darnos norte de las desapariciones.
Doña Australia señaló que el partido en estas islas es una
balsa y existe un contexto de absoluta serenidad y estabilidad. Lo que choca
frontalmente con su paso al costado. Porque de ser así e ir todo miel sobre
hojuelas, no habría razón de ser aparente para que se baje de la guagua en el
momento más placentero de la travesía. No estuvo muy afortunada en estas
declaraciones. O le pudieron los nervios a la hora de disimular la imposición
madrileña o se contuvo –normal y lógico– para no enturbiar la situación. De
todas maneras, y sabiendo que estos escenarios suelen ser debidamente
compensados con nuevos acomodos, la preocupación no creo trascienda mucho más
allá de la playa de Las Canteras.
Debo reconocerle, sin embargo, que haya sido mucho más
comedida que su correligionaria Astrid Pérez, alcaldesa de Arrecife, cuando a
los dos días de romper el pacto en su ayuntamiento (por un cúmulo de
deslealtades) y echarse en brazos de otro acompañante –Coalición Canaria–,
arremete contra todos los gobiernos que huelen a PSOE: insular, regional y
nacional.
Lo de Lanzarote es capítulo aparte. Son tantos los años que
la isla lleva sumida en el despropósito político, que cualquier análisis tiene
menos sostén que un edificio fabricado sobre arenas movedizas. Bastó que
Fernando Clavijo indicara que no estaba detrás de nada y que no había urdido acuerdo
alguno con el lanzador de pipas de aceituna, Teodoro García Egea, secretario
general del PP nacional, para que a las pocas horas ya Migdalia Machín, la
secretaria general conejera de CC, había bailado cuatro seguidillas y tres isas
del uno a la salud de la oportunidad que se le brindaba. Porque su formación
política nació para gobernar –son sus palabras, que no las mías– y en la oposición
se pasa más frío que una noche de biruje en la Villa, cuando el relente de
Famara cala que es un disgusto. Y los abrazos dieron fe de que la capital de
Lanzarote va a pegar tal cambio en los dieciocho meses que restan antes de las
elecciones de 2023, que si Manrique resucitara se bañaba en el Reducto a las
tantas de la madrugada en paños menores.
Queda, pues, expedita la vía para el señor Domínguez. El que
yo no haya entendido jamás la política como un ejercicio profesional ─y dado que no tenemos regulación
legal al respecto─ no quita
para que sí existan personas que se presenten una y otra vez en sucesivos
procesos electorales y el voto ciudadano les sonría. Muy distinto es el acomodo
en el echadero del Senado (Cámara inútil donde las haya), lugar en el que los
partidos políticos enchufan a los desahuciados. Pero sí considero una
inmoralidad en toda regla el que se compaginen diversos cargos. Hecho que no es
exclusivo –ojalá así fuese, sería la excepción– de Manuel Domínguez. Porque se
acaba por desatender uno, o más, de ellos. Y los menos que se le puede exigir a
un alcalde es que viva y se desviva por su pueblo. Peor aún el que en horas en
que se debe currar en el puesto de trabajo por el que se cobra, y bien, se
dediquen a labores partidarias. Como la ocurrida con los señores de la foto el
lunes 29 de noviembre. O todas las sesiones fotográficas de Manolo, mientras a
fin de mes el Parlamento canario ingresa en su cuenta un buen puñado de euros.
Luego se quejan cuando los osados comentaristas ponen (pongo) en solfa estas
prácticas. Parece que no se siente dolor alguno por el despilfarro de los
dineros públicos. Que nos lo pregunten a los contribuyentes. Más doloroso aún
en el caso de los jubilados, que seguimos tributando sin rentar.
Bueno, Manuel Domínguez será en breve espacio de tiempo presidente
regional del PP, miembro nato de su comité (o como se llame) nacional, amén de
otras menudencias orgánicas. Al tiempo, diputado regional y alcalde de Los
Realejos. ¿Es el único? No, también los hay en los otros partidos. ¿Se pueden
atender debidamente todos estos calderos a la vez? Rotundamente no. ¿Tan
descabellado es el demandar sensatez para que se acabe de una vez este
desaguisado del pluriempleo en política? Los de a pie opinamos que es justo y
necesario que se imponga la ecuanimidad. Como ellos viven en el piso de arriba
y nos superan en sapiencia, esperarán pacientemente a las próximas elecciones y
allí acudiremos los borregos y votaremos alegremente para que sigan haciendo
con nuestro dinero lo que les venga en gana. Y como nos quieren, nos besan y
nos obsequian con arrumacos. En fin, honor y gloria al rey eterno. Amén.
Menos mal que Nira Fierro, flamante secretaria de
organización del PSOE canario, va a potenciar la presencia de las Casas del
Pueblo y a poner en valor la militancia. Siento que ya no predico solo en el
desierto. Ya somos al menos dos. Nos queda apenas año y medio. Habrá que
esforzarse. Que el pluriempleo no sea una cortapisa. Por mi parte… sigo
escéptico.
Antes de cerrar el artículo y proceder a programarlo para su
publicación automática en el blog, me entero del apoyo incondicional a
Domínguez de José Manuel Soria, todo un experto en papeles y asuntos de
negocios (incluso en el extranjero), quien destaca del realejero, precisamente,
su preparación en contenidos económicos. Este PP no tiene remedio. Por cierto,
¿quién le habrá corregido el libro a Rajoy para que no resultase un
trabalenguas, pues él no entiende su propia letra? No, lo de quién se lo escribió, malpensado, es cosa de tu
imaginación.
Hasta el jueves, que mañana vuelve a ser festivo. Este mes
no gano ni pa´ pipas.
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