martes, 7 de diciembre de 2021

194. Vía expedita

No creo fuera necesaria la comparecencia de doña Australia Navarro para poner en nuestro conocimiento lo que era un secreto a voces. Anunció que no iba a presentar su candidatura para la posible reelección como presidenta regional del PP. Decisión que tomó –eso alegó– tras un largo proceso de meditación (pobre almohada) y después de consultar con la dirección nacional de su partido, que tuvo a bien admitir el parecer de la máxima responsable de la formación popular en Canarias. Quien seguirá en su cargo hasta la celebración del próximo congreso a celebrar en Tenerife los días 22 y 23 de enero próximos.

La señora Navarro ha negado que desde la sede de Génova (¿no la habían vendido ya para no comprometer a Casado con las reformas en negro?) se haya propuesto a Manuel Domínguez como el sucesor. Nihil novum sub sole. El manual de instrucciones funciona a la perfección y en su comparecencia dio sobradas muestras de tenerlo bien asumido. Y perfectamente aprendido. Lo curioso es que solo cuatro días después: "No vengo aquí a fracasar", alegaba el paisano para contradecirla.

Como las ausencias del todavía alcalde realejero ya no nos sorprenden, hemos podido comprobar, en estos días pasados, que el protagonismo –con lo que a nuestro hombre le gusta el postureo de la foto– en la presentación de toda la campaña navideña en la Villa de Viera correspondió al primer teniente de alcalde. Claro, Domínguez se encontraba en un estadio superior. Bueno, en realidad lo lleva haciendo desde ha bastante. Pero en esta ocasión se trata de sujetar en corto a los posibles díscolos que puedan surgir en Gran Canaria o Lanzarote y dejar todo atado, y bien atado, para que por San Vicente, festivo en este pueblo, otra muesca en el revólver. Así que las delegaciones, de por sí ya frecuentes en el BOP, se multiplicaron y los anuncios proliferaron de tal manera que los boletines solo hacían referencia a Los Realejos para darnos norte de las desapariciones.

Doña Australia señaló que el partido en estas islas es una balsa y existe un contexto de absoluta serenidad y estabilidad. Lo que choca frontalmente con su paso al costado. Porque de ser así e ir todo miel sobre hojuelas, no habría razón de ser aparente para que se baje de la guagua en el momento más placentero de la travesía. No estuvo muy afortunada en estas declaraciones. O le pudieron los nervios a la hora de disimular la imposición madrileña o se contuvo –normal y lógico– para no enturbiar la situación. De todas maneras, y sabiendo que estos escenarios suelen ser debidamente compensados con nuevos acomodos, la preocupación no creo trascienda mucho más allá de la playa de Las Canteras.

Debo reconocerle, sin embargo, que haya sido mucho más comedida que su correligionaria Astrid Pérez, alcaldesa de Arrecife, cuando a los dos días de romper el pacto en su ayuntamiento (por un cúmulo de deslealtades) y echarse en brazos de otro acompañante –Coalición Canaria–, arremete contra todos los gobiernos que huelen a PSOE: insular, regional y nacional.

Lo de Lanzarote es capítulo aparte. Son tantos los años que la isla lleva sumida en el despropósito político, que cualquier análisis tiene menos sostén que un edificio fabricado sobre arenas movedizas. Bastó que Fernando Clavijo indicara que no estaba detrás de nada y que no había urdido acuerdo alguno con el lanzador de pipas de aceituna, Teodoro García Egea, secretario general del PP nacional, para que a las pocas horas ya Migdalia Machín, la secretaria general conejera de CC, había bailado cuatro seguidillas y tres isas del uno a la salud de la oportunidad que se le brindaba. Porque su formación política nació para gobernar –son sus palabras, que no las mías– y en la oposición se pasa más frío que una noche de biruje en la Villa, cuando el relente de Famara cala que es un disgusto. Y los abrazos dieron fe de que la capital de Lanzarote va a pegar tal cambio en los dieciocho meses que restan antes de las elecciones de 2023, que si Manrique resucitara se bañaba en el Reducto a las tantas de la madrugada en paños menores.

Queda, pues, expedita la vía para el señor Domínguez. El que yo no haya entendido jamás la política como un ejercicio profesional y dado que no tenemos regulación legal al respecto no quita para que sí existan personas que se presenten una y otra vez en sucesivos procesos electorales y el voto ciudadano les sonría. Muy distinto es el acomodo en el echadero del Senado (Cámara inútil donde las haya), lugar en el que los partidos políticos enchufan a los desahuciados. Pero sí considero una inmoralidad en toda regla el que se compaginen diversos cargos. Hecho que no es exclusivo –ojalá así fuese, sería la excepción– de Manuel Domínguez. Porque se acaba por desatender uno, o más, de ellos. Y los menos que se le puede exigir a un alcalde es que viva y se desviva por su pueblo. Peor aún el que en horas en que se debe currar en el puesto de trabajo por el que se cobra, y bien, se dediquen a labores partidarias. Como la ocurrida con los señores de la foto el lunes 29 de noviembre. O todas las sesiones fotográficas de Manolo, mientras a fin de mes el Parlamento canario ingresa en su cuenta un buen puñado de euros. Luego se quejan cuando los osados comentaristas ponen (pongo) en solfa estas prácticas. Parece que no se siente dolor alguno por el despilfarro de los dineros públicos. Que nos lo pregunten a los contribuyentes. Más doloroso aún en el caso de los jubilados, que seguimos tributando sin rentar.

Bueno, Manuel Domínguez será en breve espacio de tiempo presidente regional del PP, miembro nato de su comité (o como se llame) nacional, amén de otras menudencias orgánicas. Al tiempo, diputado regional y alcalde de Los Realejos. ¿Es el único? No, también los hay en los otros partidos. ¿Se pueden atender debidamente todos estos calderos a la vez? Rotundamente no. ¿Tan descabellado es el demandar sensatez para que se acabe de una vez este desaguisado del pluriempleo en política? Los de a pie opinamos que es justo y necesario que se imponga la ecuanimidad. Como ellos viven en el piso de arriba y nos superan en sapiencia, esperarán pacientemente a las próximas elecciones y allí acudiremos los borregos y votaremos alegremente para que sigan haciendo con nuestro dinero lo que les venga en gana. Y como nos quieren, nos besan y nos obsequian con arrumacos. En fin, honor y gloria al rey eterno. Amén.

Menos mal que Nira Fierro, flamante secretaria de organización del PSOE canario, va a potenciar la presencia de las Casas del Pueblo y a poner en valor la militancia. Siento que ya no predico solo en el desierto. Ya somos al menos dos. Nos queda apenas año y medio. Habrá que esforzarse. Que el pluriempleo no sea una cortapisa. Por mi parte… sigo escéptico.

Antes de cerrar el artículo y proceder a programarlo para su publicación automática en el blog, me entero del apoyo incondicional a Domínguez de José Manuel Soria, todo un experto en papeles y asuntos de negocios (incluso en el extranjero), quien destaca del realejero, precisamente, su preparación en contenidos económicos. Este PP no tiene remedio. Por cierto, ¿quién le habrá corregido el libro a Rajoy para que no resultase un trabalenguas, pues él no entiende su propia letra? No, lo de quién se lo escribió, malpensado, es cosa de tu imaginación.

Hasta el jueves, que mañana vuelve a ser festivo. Este mes no gano ni pa´ pipas.

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