viernes, 21 de mayo de 2021

60. Moda y moral

En La Defensa Social, órgano de la Junta Diocesana de Acción Católica, y en su ejemplar número 21 (año I), publicado en La Laguna el 21 de mayo de 1921 –justo hace hoy un siglo– se puede leer, entre otras cuestiones, que a tu consideración quedan, estas líneas que transcribo con sumo gusto. Cada cual haga los reparos que estime oportunos y lleve a cabo las valoraciones pertinentes, teniendo en cuenta los cambios habidos en este periodo de cien años. Yo también fui a una escuela de chicos por el peligro que entrañaba la mezcolanza. Y aunque no he cumplido aún el centenario de mi nacimiento –estoy en ello– sí fui partícipe de ayunos y abstinencias. Amén de tener que contarle al cura de turno, y con todo lujo de detalles, los desvíos del pensamiento en los escasos momentos que la debilidad… Pues no sigo, que ya me espabilé.

Del artículo Más sobre la moda:

“He leído en una revista que las jóvenes chilenas han hecho pública su consagración contra los escesos [sic] de las modas.

Del nuevo mundo tiene que venirnos el ejemplo, porque el viejo está harto corrompido.

Dirigiéndose a la Santísima Virgen, dicen aquellas jóvenes verdaderamente católicas:

No permitáis jamás que renuncie a mi fe y al pudor que me habéis enseñado, ni que manche el compromiso de honor que ahora deposito en vuestras manos.

Repudio con desprecio la ridícula e impúdica moda del seno descubierto, de los brazos desnudos, del vestido demasiado corto y estrecho y de las medias transparentes, y prometo querer imponerme y ser estimada con el honor y las virtudes de mi alma y no con la vanidad sensual de mi cuerpo.

La laudable iniciativa de las chilenas se va extendiendo a la Argentina. Noticias de Buenos Aires anuncian que las Hijas de María celebraron en el Colegio de María Auxiliadora la fiesta de Santa Inés, y que entre otras oraciones rezaron ante Jesús Sacramentado la referida plegaria.

¿Se extenderá también esta costumbre en Canarias, por voto de las Hijas de María? Si están animadas por el espíritu de Cristo, nada tendrá de particular que se forme una legión dispuesta a afrontar este mar revuelto, y enseñar a la sociedad que aun hay clases.

Si por el contrario se dejan arrastrar por la corriente, entregadas a las frivolidades de la moda, del lujo y los placeres, arrastrarán en pos el rico tesoro de la virtud, con peligro de enredarse entre zarzas del camino”.

Y de otro titulado La organización del taller:

“El deber de todo padre de familia de procurar que sus hijos no tengan trato íntimo con personas de distinto sexo extiéndese a todo jefe de industria o taller que ocupe en su provecho hombres y mujeres, estableciendo la debida separación entre los mismos que es una medida de precaución de las más elementales: no sólo establecer diversos salones para unas y otros sino aun en cuanto sea posible aislar dichos pabellones debe ser uno de los cuidados del amo, añadiendo a ello el que la entrada y salida del taller se haga en horas diferentes y sobre todo que a medio día las mujeres salgan antes que los hombres que no tienen tanto inconveniente en quedarse retrasados en la calle: con salir las mujeres un cuarto de hora antes sería bastante y en todo caso podría permitirse a las casadas que saliesen a la misma hora que los hombres”.

No, yo no voy a comentar nada, pero si te piqué la curiosidad y deseas ahondar en consejos y medidas para evitar roces innecesarios y que podrían dar lugar a fiebres incontroladas, pincha en este enlace: https://jable.ulpgc.es/viewer.vm?id=0000766757&

Espero y deseo que de los redactores de la publicación no quede nadie para contarlo, porque si llega a vislumbrar la foto con la que ilustro el post de hoy viernes… Quita, ni pensarlo quiero. Si Sofía Loren, que no andaba escasa de recursos, mira con esa cara de desconsuelo a Jayne Mansfield, ¿qué más podría añadir yo?

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