viernes, 7 de mayo de 2021

49. Sin paliativos

Sí, derrota en toda regla. No funcionó el soso. Demasiado anodino. Ni la implicación de Pedro Sánchez surtió efecto alguno. O sí, en sentido contrario. Porque la gran presencia gubernamental durante la campaña vino a poner sobre el tapete que la apuesta era demasiado arriesgada. Y cuando un candidato debe apoyarse en refuerzos externos, mal síntoma.

La Federación Socialista Madrileña lleva muchísimos años sumida en profunda crisis. Y mientras no se recomponga, no valen parches ni remiendos. Las improvisaciones se pagan. Y los liderazgos no surgen por arte de magia. La falta de militancia y compromiso es tónica dominante. De nada vale que los de arriba saquen sus varitas e impongan aspirantes para determinados cargos. Los edificios se sustentan, siempre, en bases sólidas. Y tal cuestión se ha perdido en el PSOE. Basta dar un paseo por las agrupaciones locales de aquellos municipios donde no se gobierna en los respectivos ayuntamientos. Languidecen de manera alarmante. ¿Te pongo ejemplos?

Los electores hemos aprendido a diferenciar el voto. Si en mi pueblo, mero ejemplo, el PSOE gana en elecciones autonómicas y generales, algo, o mucho, deberán recapacitar los dirigentes para explicar qué ocurre entonces en las de carácter local. Yo creo tenerlo claro. Con sedes que languidecen y permanecen más cerradas que abiertas (y no me vengan con la cantinela de la pandemia), donde la afiliación (la militancia es concepto de superior calibre) se halla bajo mínimos –aunque tampoco se haga esfuerzo alguno para reconducir la situación– y se espera de brazos cruzados a que los que gobiernan sufran una gripe inesperada y nos sirvan en bandeja cualquier posibilidad de incremento, pues eso, sigan en expectativa de destino.

Leo y entresaco: Una noche muy triste para los madrileños. Crecimiento de la derecha trumpista. España no es solo Madrid. ¿Y? ¿Ya está? Consolados y pelillos a la mar. ¿No se abogaba por una alta participación? Y puesto de manifiesto que así realmente ocurrió, ¿no son válidas ahora las papeletas depositadas en las urnas? ¿Se han percatado del abrumador teñido en azul (el añil de las coladas) que muestra la Comunidad madrileña? ¿Todos trumpistas? ¿Todos equivocados? ¿Todos ciegos, amén de tabernarios?

Sigan con chistes y memes a la espera de que las redes sociales pongan el remedio a la enfermedad. Consolémonos con la marcha de Pablo Iglesias. Quizás creamos que cuando cierre la puerta al salir, ya habremos cortado la sangría. Al menos se ha dado cuenta de que no contribuye a sumar. Con lo que Errejón podrá seguir bailando chotis.

“Desde ahora mismo el PSOE de Madrid empieza a trabajar para conseguir alcanzar la confianza de la mayoría. Tenemos dos años por delante para construir la alternativa progresista que Madrid necesita”. Son palabras de José Luis Ábalos, secretario de organización federal. Ni más ni menos, lo mismo de siempre. Discursos manidos y con una evidente falta de convicción. A no ser que lo de la alternativa progresista incluya la adquisición de Mónica García. Ya se sabe que Madrid (también en fútbol) es muy dado a los fichajes estrella.

Conozco casos de idénticas declaraciones una vez realizado el escrutinio de otras convocatorias electorales. Con el agravante de que el plazo era mayor: cuatro años. De los que han transcurrido dos sin pena ni gloria. Es decir, perdidos irremisiblemente porque no se hace nada, no se mueve un dedo. E insisto, con los niveles de afiliación (¿militancia?) actuales no existe, ni puede haber, implicación social de ningún tipo. Ni se llega, ni se transmite, ni se atisba posibilidad de calar con un mensaje que se ahoga en la boca de más de uno, y que, a falta de amplificador, muere de inacción.

No, no hago leña del árbol caído –lo que habrá pensado alguno de los que hayan alcanzado este punto del comentario sin ser capaces, al menos de vez en cuando, de hacer actos de contrición, de reconocer cualquier culpa– sino que constato hechos. Y si no estamos preparados para barrer la casa propia sino para esperar que caiga el maná, cerremos el negocio y pongamos una venta de chochos con vino de la tierra. Porque lamentos a posteriori y echar culpas a quienes votaron, equivocadamente, por una díscola adolescente y redomada incompetente, ni revierten el resultado electoral, ni, mucho menos, puede servir de consuelo o de alivio a la pesadumbre. Urgen profundas reflexiones y análisis concienzudos. Ya. Mañana es tarde. El desahogo no puede pasar, una y otra vez, por el recuerdo a los años de historia. Morir del éxito (?) también significa estirar la pata.

Me vas a perdonar, Manolo, que no hayas sido tú hoy el protagonista. No todos los días puede tocarte la lotería.

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