miércoles, 17 de marzo de 2021

9. Según el cristal

Ya lo dijo Campoamor: Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira, / todo es según el color / del cristal con que se mira. Las ópticas, pues, son múltiples y variadas. Cada cual ve la película como mejor crea conveniente. La realidad podrá ser una, pero las interpretaciones de la misma cambian en función de intereses. Personales, la mayoría de las veces.

Viene lo anterior a cuento del partido que el Barça jugó en París en su visita (la vuelta, que se dice) al PSG. Porque, parece ser, aquí, mejor, en Cataluña (iba a escribir territorio patrio, pero me contuve por si acaso eche a perder las negociaciones para la formación del futuro Govern) un tal Kylian Mbappé metió la pata donde no debía. Y me han dicho que por tres veces.

Leo y escucho que no pudo ser, que la remontada no fue posible por culpa del portero del equipo francés. Fue tal el atrevimiento del señor Keylor Navas que incluso paró un penalti al todopoderoso Lionel Andrés Messi Cuccittini. Y eso, al decir de los sesudos analistas, no se hace. El exmadridista se pasó en su presunta animadversión a los culés. Tenía que haberse tirado hacia el otro lado y dejar que el Barça marcara el segundo para afrontar la segunda parte con mayores garantías de éxito.

Se pregunta este rebenque de la platanera si los equipos de fútbol no fichan a los cancerberos para tal cometido, a saber, armar, con la inestimable ayuda de sus defensas, un parapeto por el que el balón no se cuele. De hacer lo contrario, quiero imaginarme que el futuro del susodicho deberá presentarse más negro que los sobacos de un grillo.

Es más, demos la vuelta a la tortilla y pensemos cuántas veces Ter Stegen no ha hecho exactamente lo mismo en abundantes partidos. No suelo aguantar sino unos minutos delante del televisor en las retransmisiones de este deporte. Pero he podido comprobar que el teutón se ha convertido en un auténtico muro ante los delanteros rivales y ha salvado al club catalán de cantadas derrotas. ¿O no?

Humildemente creo que todo este maremágnum se produce para tenernos entretenidos. Son tantos los programas deportivos y tantos los canales de ¿información? que los periodistas (si es que acaso lo son) pierden el tiempo en divagar cuanto más se pueda e irse, como suele manifestarse, por los cerros de Úbeda. Porque el deporte no es ajeno a la actual dinámica de la distracción, de la evasión. El examen profundo de la realidad exige esfuerzos. Y estos no están al alcance de todos. Ocurre exactamente igual que en la política. Es la eterna teoría de los vasos comunicantes.

Lo siento por Laporta, que no tuvo un estreno exitoso. Como le pasará a Florentino en un no muy largo plazo con algún que otro revés. Todo cambia, nada es eterno. En estos tiempos de pandemia, reconozcámoslo, han sido los colchoneros los que mejor se han adaptado a las circunstancias. Y los demás, a llorar a la plaza. Pero, tranquilos, las tornas cambian. Siempre ha sido así, no nos extrañemos.

¿Cómo? ¿Que esto no ha acabado aún? Pues yo pensaba que sí. Por supuesto, el que ríe el último y tal y cual. Pues nada, a seguir aguantando. ¿En junio? ¿Tan tarde? ¿Estaremos para ese entonces ya vacunados? Porque yo estoy preocupado. Paso de los setenta y no me han llamado. Y cuando veo a los futbolistas con besos y abrazos para celebrar un gol, me dan unos escalofríos de órdago. Por eso aplaudo a los Keylor, Ter, Oblak, Courtois y demás. Evitan contagios. Y no estamos para bromas.

Como mencioné el mes de junio, qué graciosa la propuesta de Podemos. Deja para ese mes de comienzos del verano la decisión de abandonar el Pacto de las Flores si el PSOE sigue empeñado en el nombramiento de Blas Acosta. Que rápido se adaptan los asamblearios a la nueva normalidad. ¿O al echadero? Son tantas las cosas que pueden pasar en tres meses que donde dije… Tranquilos que mientras Pita y Santana sigan ocupando onerosos cargos, y guardando las debidas distancias, pelillos a la mar. Aunque tengan razón en criticar la maniobra socialista. A la que procede aplicar lo de la mujer del César.

No hay comentarios:

Publicar un comentario