lunes, 22 de marzo de 2021

13. Sinvergonzonería

Desfachatez o falta de vergüenza, menta el DRAE. Pues son tantas las ocasiones que el equipo de gobierno realejero realiza la jugada que luego mencionaré, que ya no cabe otro calificativo. Y lo mismo con sinvergüenzas me quedo corto. Porque una cosa es que Manuel Domínguez haya sabido aprovechar la debacle del resto de formaciones políticas en el pueblo para su mayoría absoluta y otra bien distinta el actuar de manera torticera en llevar adelante propuestas ajenas. Y las adopta como suyas sin ruborizarse lo más mínimo. Como si toda la cohorte de liberados fuera una panda de inútiles que ni siquiera son capaces de pensar, aunque sea cinco segundos, para dilucidar qué actuaciones se requieren en la Villa de Viera. Cada vez que realizan esta jugada, y van unas buenas cuantas, dan a demostrar lo improductivos, a la par que gravosos, que resultan a las arcas públicas. Se acuerdan de aquel “descándalo” que dijera Manolo Reyes en San Juan de la Rambla. Pues lo mismo.

Ahí tienen otro ejemplo en la foto. De visita, el pasado lunes día 15 (por cierto, tuve que ir de nuevo a San Juan de Dios y…) en La Montaña. Ignoro si luego fueron a desayunar a El Monasterio para comprobar, in situ, el funcionamiento del semáforo y el estado de las obras del muro. Así como, me imagino, aprovecharían la fuga parlamentaria para inspeccionar el desmonte de la nueva piscina municipal en La Gañanía y el trazado con sus correspondientes obstáculos en el hipódromo de la Cruz del Castaño. Creo que no les dio tiempo de pasar por La Gorvorana, por el Estadio Iván Ramallo y por los atascos de Los Barros. Lo habrán dejado para el siguiente lunes, junto al ensanche y red de aguas pluviales en Los Cuartos. Son cuestiones que el concejal de la Unidad de Proyectos y Obras, amén de la zona de La Montaña, tiene bien anotadas en su agenda. El único problema –una nimiedad– es que no sabe bien dónde la guardó. Pero está en ello.

Van a rehabilitar esa casa donde posan sus ilustrísimas a través de un programa de empleabilidad (conjunto de aptitudes y actitudes que permiten a una persona conseguir y conservar un empleo; por lo tanto, entiendo que muy mal empleada –sinónimo de usada– la palabra en cuestión) financiado por el Fondo Social Europeo, que aportará, a través del Servicio Canario de Empleo, 308.660,99 euros. El ayuntamiento participará con 17.936,01 euros. Quién lo diría a tenor de los retratados.

Con ser grave esta costumbre de llevar a cabo presentaciones cuando la aportación municipal es tan ridícula que si acaso merecen es salir en una esquina, y de espaldas, en la foto de marras, lo verdaderamente preocupante –escandaloso, mejor– es que esta iniciativa fue presentada hace tres años en una sesión plenaria por el grupo socialista y el PP votó en contra. Y llevamos, como antes señalábamos, un buen puñado de ejemplos de tal índole. Claro, se han acostumbrado a vivir de gorra, al tiempo que a final de mes no son capaces de compartir el ingreso en la cuenta bancaria –sería lo lógico– que el grado de cinismo y caradura ya alcanza una altura que excede las lindes de la decencia.

Dice Manuel Domínguez en la nota de prensa que se aprovechará la construcción de carácter patrimonial para darle uso público, “una oportunidad que aprovecharemos con este programa específico de empleabilidad (de nuevo la palabreja) , que estará centrado en la mejora de edificios de titularidad municipal”. Ya está, no le den más vueltas, escépticos de tomo y lomo. La Gorvorana está al caer. Da una vuelta por sus alrededores y pon en duda, si te atreves, esa afirmación.

Transcribo, para concluir, este párrafo: “Por su parte, el concejal de zona, José Andrés Pérez, será el responsable de coordinar los trabajos a través de la Unidad de Proyectos y Obras del Ayuntamiento de Los Realejos, destacando la idoneidad de este inmueble para albergar distintos servicios públicos dada la accesibilidad de su entorno, que nos permitirá recuperar además un valor patrimonial en nuestro barrio, que adolecía de una reforma inminente para evitar su mayor deterioro”.

Aclaro que poner la palabra en negrita es cosa mía. La mayoría de personas la usan en lugar de carecía. Craso error. Pero me voy una vez más al diccionario –te adjunto la captura– y llevo rato dándole vueltas al magín. Tendré que buscar a Fillo para que me lo aclare, porque sigo espeso. Él lo deberá tener anotado en su agenda. Siempre que la encuentre, por supuesto. Me ocurre lo mismo que cuando escucho a insignes periodistas decir “de motu propio” o “a grosso modo”. Ya sabes, el que no, pa´ maestro de escuela. Y no vuelvo a explicar lo de las preposiciones (aparte de proprio), porque no me da la realísima gana.

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