Ahí tienen otro ejemplo en la foto. De visita, el pasado
lunes día 15 (por cierto, tuve que ir de nuevo a San Juan de Dios y…) en La
Montaña. Ignoro si luego fueron a desayunar a El Monasterio para comprobar, in
situ, el funcionamiento del semáforo y el estado de las obras del muro. Así
como, me imagino, aprovecharían la fuga parlamentaria para inspeccionar el
desmonte de la nueva piscina municipal en La Gañanía y el trazado con sus
correspondientes obstáculos en el hipódromo de la Cruz del Castaño. Creo que no
les dio tiempo de pasar por La Gorvorana, por el Estadio Iván Ramallo y por los
atascos de Los Barros. Lo habrán dejado para el siguiente lunes, junto al
ensanche y red de aguas pluviales en Los Cuartos. Son cuestiones que el concejal
de la Unidad de Proyectos y Obras, amén de la zona de La Montaña, tiene bien
anotadas en su agenda. El único problema –una nimiedad– es que no sabe bien
dónde la guardó. Pero está en ello.
Van a rehabilitar esa casa donde posan sus ilustrísimas a
través de un programa de empleabilidad (conjunto de aptitudes y actitudes que
permiten a una persona conseguir y conservar un empleo; por lo tanto, entiendo
que muy mal empleada –sinónimo de usada– la palabra en cuestión) financiado por
el Fondo Social Europeo, que aportará, a través del Servicio Canario de Empleo,
308.660,99 euros. El ayuntamiento participará con 17.936,01 euros. Quién lo
diría a tenor de los retratados.
Con ser grave esta costumbre de llevar a cabo presentaciones
cuando la aportación municipal es tan ridícula que si acaso merecen es salir en
una esquina, y de espaldas, en la foto de marras, lo verdaderamente preocupante
–escandaloso, mejor– es que esta iniciativa fue presentada hace tres años en
una sesión plenaria por el grupo socialista y el PP votó en contra. Y llevamos,
como antes señalábamos, un buen puñado de ejemplos de tal índole. Claro, se han
acostumbrado a vivir de gorra, al tiempo que a final de mes no son capaces de
compartir el ingreso en la cuenta bancaria –sería lo lógico– que el grado de
cinismo y caradura ya alcanza una altura que excede las lindes de la decencia.
Dice Manuel Domínguez en la nota de prensa que se
aprovechará la construcción de carácter patrimonial para darle uso público, “una
oportunidad que aprovecharemos con este programa específico de empleabilidad
(de nuevo la palabreja) , que estará centrado en la mejora de edificios de
titularidad municipal”. Ya está, no le den más vueltas, escépticos de tomo y
lomo. La Gorvorana está al caer. Da una vuelta por sus alrededores y pon en
duda, si te atreves, esa afirmación.
Aclaro que poner la palabra en negrita es cosa mía. La mayoría de personas
la usan en lugar de carecía. Craso error. Pero me voy una vez más al
diccionario –te adjunto la captura– y llevo rato dándole vueltas al magín. Tendré
que buscar a Fillo para que me lo aclare, porque sigo espeso. Él lo deberá tener
anotado en su agenda. Siempre que la encuentre, por supuesto. Me ocurre lo
mismo que cuando escucho a insignes periodistas decir “de motu propio” o “a grosso
modo”. Ya sabes, el que no, pa´ maestro de escuela. Y no vuelvo a explicar lo
de las preposiciones (aparte de proprio), porque no me da la realísima gana.
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