Como luego detallaré, el capítulo de buenas intenciones en
la exposición de motivos, sobre todo para aquel que conoce La Gomera de pasada,
viene a resultar una excelente propuesta. Pero desmenucemos:
Anunció Casimiro Curbelo, el pasado martes, la aprobación de
un proyecto de recuperación de bancales con una inversión de 3 millones de
euros, con el objetivo de rehabilitar estos espacios en las zonas de cultivo.
Dejo hoy sin comentar la valía de tres votos parlamentarios,
las elevadas inyecciones económicas y otras nimiedades que jamás se traducen en
mejoras efectivas para la economía de aquella isla, donde la cesta de la compra
sigue siendo la más cara, donde el precio de los combustibles vuela por arriba
de Garajonay y donde se continúa con la práctica de la rentabilidad electoral inmediata a través
de contratos –el chaleco amarillo va incluido– de seis meses para limpiar
cunetas.
Nada que objetar (al contrario, suena maravilloso) a:
“Piedras perfectamente colocadas, formando una pared, que esconden tras de sí
una historia de supervivencia y subsistencia que reflejan las necesidades y los
sacrificios de los gomeros. Piedras que se confunden con los riscos y barrancos
de una isla que tuvo que emplear animales y fuerza humana para llevar a cada
rincón las enormes rocas que sirvieron de base a los paredones. Hablamos de los
bancales, paredones o andenes, como así se le conocen en La Gomera. Una
estructura de cultivo que surgió del ingenio y la perspicacia de los gomeros,
unida a la necesidad de buscar tierras de labranza”.
Quedó precioso. Da la impresión de que el bancal se inventó
en Agulo, pero vale; cada cual arrima el ascua a su arenque. ¿O era sardina? Y
me acordé de aquella copla: Cuatro boqueroncitos diéronme de comer y una
sardina arenque me pidió un buche café. ¿Te la canto?
De la propia página oficial del Cabildo sigo entresacando:
“El 38% de la isla está conformada por paredones o bancales,
que nos transportan a tiempos pasados cuando nuestro abuelos, o bisabuelos,
trabajaban en la agricultura y exportaban productos como los plátanos o los
tomates. Es parte de la historia y no debemos permitir que se olvide, pues
muchos de ellos se encuentran en estado de abandono. Además, con estas acciones
se incentivaría el sector primario para diversificar la economía”.
Vamos a ver, Casimiro. ¿Fuiste tú el que aconsejó a Ángel
Víctor para el plazo de cinco años como el prudencial para diversificar la economía?
¿En cuántas ocasiones nos has deleitado con el estribillo de potenciar la
agricultura? ¿A quién pretendes engañar, si eres el primero en incumplir las buenas
intenciones con tu política del voto cautivo? Si al parado le aseguras el
pescado, hace tiempo que mandó la caña para cierto sitio. No te digo la
guataca. Te contradices en grado superlativo. Tanto que el subconsciente te
juega una mala pasada con el siguiente párrafo:
“En los últimos años, los bancales se han convertido en un
atractivo turístico más. Atraídos por la singularidad del terreno y la
integración en el paisaje, muchos son los turistas que visitan La Gomera para
visitar [sic] y fotografiar estas obras”. Y eso que detrás del muro solo hay
hierbas secas. ¿Te imaginas unos sembrados de papas, tomates o cereales?
“La encomienda del proyecto permitirá la creación de 200
empleos directos, para los que se atenderán los ejes previstos en el desarrollo
de políticas activas de empleo, priorizando la contratación de colectivos de
difícil inserción y hogares con todos sus miembros en situación de desempleo.
Es la forma de llegar a los ciudadanos y las familias que más lo necesitan en
un contexto delicado económica y socialmente".
Esos empleos suponen más de quinientos votos. Que en la
Gomera valen su peso en oro. Y con la redacción del anterior párrafo mandaste
lo de diversificar la economía (potenciar la agricultura) a freír chuchangas.
Las (tus) visiones políticas caen siempre por las mismas quebradas y barrancos.
Amén de las degolladas. No hay planificación a medio y largo plazo. Vamos a lo
que sucede enseguida. Mañana puede ser tarde. Interesa el ahora. El programar
para edificar un futuro diferente –diversificado– no es rentable. Prima el ande
yo caliente. Aunque, a la larga, se joda la gente. ¿Y los bancales? Para
fotografiar.
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