martes, 30 de marzo de 2021

20. Recuperación de bancales

Cuando leí la noticia, díjeme, para mis interiores íntimos de adentro, que era –es– una buena iniciativa. Pero como uno tiene la manía de profundizar en los meollos y fisgonea por aquí y por allá cuando recorre estas maravillas terrenales que constituyen nuestras Canarias, intenta hilar más fino.

Como luego detallaré, el capítulo de buenas intenciones en la exposición de motivos, sobre todo para aquel que conoce La Gomera de pasada, viene a resultar una excelente propuesta. Pero desmenucemos:

Anunció Casimiro Curbelo, el pasado martes, la aprobación de un proyecto de recuperación de bancales con una inversión de 3 millones de euros, con el objetivo de rehabilitar estos espacios en las zonas de cultivo.

Dejo hoy sin comentar la valía de tres votos parlamentarios, las elevadas inyecciones económicas y otras nimiedades que jamás se traducen en mejoras efectivas para la economía de aquella isla, donde la cesta de la compra sigue siendo la más cara, donde el precio de los combustibles vuela por arriba de Garajonay y donde se continúa con la práctica  de la rentabilidad electoral inmediata a través de contratos –el chaleco amarillo va incluido– de seis meses para limpiar cunetas.

Nada que objetar (al contrario, suena maravilloso) a: “Piedras perfectamente colocadas, formando una pared, que esconden tras de sí una historia de supervivencia y subsistencia que reflejan las necesidades y los sacrificios de los gomeros. Piedras que se confunden con los riscos y barrancos de una isla que tuvo que emplear animales y fuerza humana para llevar a cada rincón las enormes rocas que sirvieron de base a los paredones. Hablamos de los bancales, paredones o andenes, como así se le conocen en La Gomera. Una estructura de cultivo que surgió del ingenio y la perspicacia de los gomeros, unida a la necesidad de buscar tierras de labranza”.

Quedó precioso. Da la impresión de que el bancal se inventó en Agulo, pero vale; cada cual arrima el ascua a su arenque. ¿O era sardina? Y me acordé de aquella copla: Cuatro boqueroncitos diéronme de comer y una sardina arenque me pidió un buche café. ¿Te la canto?

De la propia página oficial del Cabildo sigo entresacando:

“El 38% de la isla está conformada por paredones o bancales, que nos transportan a tiempos pasados cuando nuestro abuelos, o bisabuelos, trabajaban en la agricultura y exportaban productos como los plátanos o los tomates. Es parte de la historia y no debemos permitir que se olvide, pues muchos de ellos se encuentran en estado de abandono. Además, con estas acciones se incentivaría el sector primario para diversificar la economía”.

Vamos a ver, Casimiro. ¿Fuiste tú el que aconsejó a Ángel Víctor para el plazo de cinco años como el prudencial para diversificar la economía? ¿En cuántas ocasiones nos has deleitado con el estribillo de potenciar la agricultura? ¿A quién pretendes engañar, si eres el primero en incumplir las buenas intenciones con tu política del voto cautivo? Si al parado le aseguras el pescado, hace tiempo que mandó la caña para cierto sitio. No te digo la guataca. Te contradices en grado superlativo. Tanto que el subconsciente te juega una mala pasada con el siguiente párrafo:

“En los últimos años, los bancales se han convertido en un atractivo turístico más. Atraídos por la singularidad del terreno y la integración en el paisaje, muchos son los turistas que visitan La Gomera para visitar [sic] y fotografiar estas obras”. Y eso que detrás del muro solo hay hierbas secas. ¿Te imaginas unos sembrados de papas, tomates o cereales?

Es más, el propio proyecto cae en esa contradicción que te expongo. No interesa fomentar la agricultura –a ella se dedican solo los nostálgicos (que suelen ser los más cuerdos, prácticos y realistas) en sus ratos libres; o los jubilados– sino la inmediatez del pan en la mano. Para hoy, que mañana ya se verá:

“La encomienda del proyecto permitirá la creación de 200 empleos directos, para los que se atenderán los ejes previstos en el desarrollo de políticas activas de empleo, priorizando la contratación de colectivos de difícil inserción y hogares con todos sus miembros en situación de desempleo. Es la forma de llegar a los ciudadanos y las familias que más lo necesitan en un contexto delicado económica y socialmente".

Esos empleos suponen más de quinientos votos. Que en la Gomera valen su peso en oro. Y con la redacción del anterior párrafo mandaste lo de diversificar la economía (potenciar la agricultura) a freír chuchangas. Las (tus) visiones políticas caen siempre por las mismas quebradas y barrancos. Amén de las degolladas. No hay planificación a medio y largo plazo. Vamos a lo que sucede enseguida. Mañana puede ser tarde. Interesa el ahora. El programar para edificar un futuro diferente –diversificado– no es rentable. Prima el ande yo caliente. Aunque, a la larga, se joda la gente. ¿Y los bancales? Para fotografiar.

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