miércoles, 31 de marzo de 2021

21. Disección

Viajo otra vez, virtualmente, a La Gomera. Si ayer estuve echando una mano a Casimiro en levantar los muros de los bancales ─ya los sembraremos cuando haya tiempo o la crisis se agrave─ hoy me gustaría recordarle cuatro boberías, porque me da la impresión de que comienza a olvidarse de ciertos pasajes de años idos. Claro, lleva tanto en la política que es normal que le ocurran estos deslices.

Saben ustedes, estimados, a la par que escasos, lectores, que el pluriempleado Curbelo nos dedica cada domingo una homilía, en la que suele silbar sus logros y su inestimable aportación al resurgir glorioso de estas minúsculas peñas atlánticas perdidas en la inmensidad del océano. Son varios los periódicos que se hacen eco de los pensamientos curbelianos, por lo que, muy a mi pesar, me he convertido en un seguidor más. Como lo fui hace tiempo de Wladimiro Rodríguez Brito, quien también expresa por escrito –amén de sus excursiones radiofónicas– sus grandes conocimientos de todo lo relacionado con el agro isleño.

A ellos (ambos dos, que diría un amigo) debo reconocerles que no suelen ir descaminados en sus respectivos enfoques. Y del palmero no tengo la menor duda de que se curra sus artículos y que sus planteamientos no admiten objeción. Si acaso, y no es poco, el que olvide, con más frecuencia de la estrictamente necesaria, su paso por la política activa, ostentando cargos públicos, cuya responsabilidad y dedicación, durante bastantes años, bien merecieron la atención hacia lo que ahora demanda.

Del gomero me asalta la duda de si es el redactor de las líneas que suscribe. Me temo que no le queden minutos para la tarea. Por lo que (consejo gratuito de quien fue por primera vez a La Gomera cuando él aún no iba a la escuela) debería leer con más detenimiento antes de estampar su firma, no vaya a resultar que incurra en alguna que otra contradicción. Diseccionemos:

“Estamos a más de dos mil kilómetros de distancia geográfica del resto de españoles, pero ello no debe ser óbice para que los representantes políticos nos vean bajo un ojo miope que difumina nuestra realidad, convirtiéndonos en una nebulosa en medio del Atlántico”. Qué literario en medio de la neblina. ¿O era calima? Más que miopía, debería ser astigmatismo.

“Esta semana los presidentes de los siete cabildos insulares hemos comparecido en la Comisión de Despoblación y Reto Demográfico, lo que nos permitió alzar nuestra voz para que los senadores tomaran buena nota de las reivindicaciones de todos los canarios”. Hombre, ya que  se estila, pudieron denominarla Comisión de la España Vaciada. Menos mal que se te vio el detalle de ir a Madrid y abrir la boca para algo práctico. Creo que la anterior ocasión que lo hiciste, tuviste que llegar a un acuerdo con el fiscal para que no te endilgaran una buena. Me chiva la wikipedia que fuiste senador desde el 6 de junio de 1993 hasta el 18 de julio de 2011. Dieciocho años bien contados. Y las crónicas señalan que en ese espacio tan largo no te destacaste por presentar esas iniciativas que ahora demandas. Más bien todo lo contrario. Pasaste a la historia por ser uno de los senadores más gandules que ha transitado por el antiguo convento agustiniano. Pero como no soy rencoroso, me alegro infinitamente de que, por fin, hayas viajado a la capital a desempeñar el cometido que los ciudadanos presuponemos a todos aquellos que votamos. Nunca es tarde.

“Hay canarios que son más pobres que el resto, algo que ocurre en La Palma, La Gomera y El Hierro, carentes de grandes infraestructuras, y de una menor actividad comercial y turística, lo que conlleva a una población que permanece estancada y se envejece cada día más”. Empecemos por el final. Cualquier población, independientemente de donde se halle y de las condiciones de habitabilidad que disfrute, envejecerá cada día más. Es ley de vida y basta con mirarse al espejo. Con lo de las infraestructuras discrepamos de manera tajante. ¿Te vuelvo a citar las que existen en La Gomera muertas de risa? ¿Cuántos millones de euros se han despilfarrado por aquello de la validez de unos pocos miles de votos? ¿Comparamos, por ejemplo, el estado de las carreteras gomeras con la de esta isla capitalina? ¿No crees que ya no cuela el discurso victimista cuando llevas desde 1983 en coche oficial? ¿No lo fuiste todo en el PSOE hasta el año 2015 y fabricaste otro chiringuito a tu imagen y semejanza por turbios asuntos judiciales, pero que estás rentabilizando espléndidamente? En casi cuarenta años en la cosa pública, ¿son acaso los gomeros más pobres que los de mi pueblo? Hay más preguntas, pero basta con la muestra. Y tranquilo, puede que yo mismo te responda allá por 2039, cuando Manuel Domínguez se equipare contigo con otras cuatro décadas en la Avenida de Canarias y la Villa de Viera adolezca de idénticas vicisitudes a las que tú enuncias cada domingo a modo de evangelio. Amén.

martes, 30 de marzo de 2021

20. Recuperación de bancales

Cuando leí la noticia, díjeme, para mis interiores íntimos de adentro, que era –es– una buena iniciativa. Pero como uno tiene la manía de profundizar en los meollos y fisgonea por aquí y por allá cuando recorre estas maravillas terrenales que constituyen nuestras Canarias, intenta hilar más fino.

Como luego detallaré, el capítulo de buenas intenciones en la exposición de motivos, sobre todo para aquel que conoce La Gomera de pasada, viene a resultar una excelente propuesta. Pero desmenucemos:

Anunció Casimiro Curbelo, el pasado martes, la aprobación de un proyecto de recuperación de bancales con una inversión de 3 millones de euros, con el objetivo de rehabilitar estos espacios en las zonas de cultivo.

Dejo hoy sin comentar la valía de tres votos parlamentarios, las elevadas inyecciones económicas y otras nimiedades que jamás se traducen en mejoras efectivas para la economía de aquella isla, donde la cesta de la compra sigue siendo la más cara, donde el precio de los combustibles vuela por arriba de Garajonay y donde se continúa con la práctica  de la rentabilidad electoral inmediata a través de contratos –el chaleco amarillo va incluido– de seis meses para limpiar cunetas.

Nada que objetar (al contrario, suena maravilloso) a: “Piedras perfectamente colocadas, formando una pared, que esconden tras de sí una historia de supervivencia y subsistencia que reflejan las necesidades y los sacrificios de los gomeros. Piedras que se confunden con los riscos y barrancos de una isla que tuvo que emplear animales y fuerza humana para llevar a cada rincón las enormes rocas que sirvieron de base a los paredones. Hablamos de los bancales, paredones o andenes, como así se le conocen en La Gomera. Una estructura de cultivo que surgió del ingenio y la perspicacia de los gomeros, unida a la necesidad de buscar tierras de labranza”.

Quedó precioso. Da la impresión de que el bancal se inventó en Agulo, pero vale; cada cual arrima el ascua a su arenque. ¿O era sardina? Y me acordé de aquella copla: Cuatro boqueroncitos diéronme de comer y una sardina arenque me pidió un buche café. ¿Te la canto?

De la propia página oficial del Cabildo sigo entresacando:

“El 38% de la isla está conformada por paredones o bancales, que nos transportan a tiempos pasados cuando nuestro abuelos, o bisabuelos, trabajaban en la agricultura y exportaban productos como los plátanos o los tomates. Es parte de la historia y no debemos permitir que se olvide, pues muchos de ellos se encuentran en estado de abandono. Además, con estas acciones se incentivaría el sector primario para diversificar la economía”.

Vamos a ver, Casimiro. ¿Fuiste tú el que aconsejó a Ángel Víctor para el plazo de cinco años como el prudencial para diversificar la economía? ¿En cuántas ocasiones nos has deleitado con el estribillo de potenciar la agricultura? ¿A quién pretendes engañar, si eres el primero en incumplir las buenas intenciones con tu política del voto cautivo? Si al parado le aseguras el pescado, hace tiempo que mandó la caña para cierto sitio. No te digo la guataca. Te contradices en grado superlativo. Tanto que el subconsciente te juega una mala pasada con el siguiente párrafo:

“En los últimos años, los bancales se han convertido en un atractivo turístico más. Atraídos por la singularidad del terreno y la integración en el paisaje, muchos son los turistas que visitan La Gomera para visitar [sic] y fotografiar estas obras”. Y eso que detrás del muro solo hay hierbas secas. ¿Te imaginas unos sembrados de papas, tomates o cereales?

Es más, el propio proyecto cae en esa contradicción que te expongo. No interesa fomentar la agricultura –a ella se dedican solo los nostálgicos (que suelen ser los más cuerdos, prácticos y realistas) en sus ratos libres; o los jubilados– sino la inmediatez del pan en la mano. Para hoy, que mañana ya se verá:

“La encomienda del proyecto permitirá la creación de 200 empleos directos, para los que se atenderán los ejes previstos en el desarrollo de políticas activas de empleo, priorizando la contratación de colectivos de difícil inserción y hogares con todos sus miembros en situación de desempleo. Es la forma de llegar a los ciudadanos y las familias que más lo necesitan en un contexto delicado económica y socialmente".

Esos empleos suponen más de quinientos votos. Que en la Gomera valen su peso en oro. Y con la redacción del anterior párrafo mandaste lo de diversificar la economía (potenciar la agricultura) a freír chuchangas. Las (tus) visiones políticas caen siempre por las mismas quebradas y barrancos. Amén de las degolladas. No hay planificación a medio y largo plazo. Vamos a lo que sucede enseguida. Mañana puede ser tarde. Interesa el ahora. El programar para edificar un futuro diferente –diversificado– no es rentable. Prima el ande yo caliente. Aunque, a la larga, se joda la gente. ¿Y los bancales? Para fotografiar.

lunes, 29 de marzo de 2021

19. Inmoralidad

El comentario de un amigo en una entrada reciente de este blog me hizo reflexionar largo rato. Sostenía en el mismo que algunos –o bastantes– políticos se erigen en privilegiada especie capaz de compaginar varias tareas. El rendimiento en cada una de las facetas es harina de otro costal. Cuando el desarrollo de la actividad a ejercer por un cargo público exige en la actualidad una preparación fuera de toda duda, surgen como hongos duplicidades en tareas institucionales. Que suelen ser, además, significados referentes en sus formaciones políticas. Por lo que debemos presuponerles una capacidad tal que ni el mejor superhéroe de cómic sería capaz de hacerles sombra.

¿Qué tiempo dedican, se preguntaba el amigo, a cada una de las parcelas a cultivar? He utilizado un símil, obviamente. Porque deberemos colegir que los sembrados estarán de pena, pues si atiendes las berenjenas en un huerto, se te secan los pepinos en el otro. Y así. Conclusión:  el disimulo constante con la verborrea de rigor. Y como se convencen (se consuelan) de que las cuatro frases hechas que les sirven de guion, viene a ser una prueba fehaciente de su inteligencia (cómo se hinchan cuando son aplaudidos por los palmeros de turno en cualquier debate parlamentario, mero ejemplo), a los ciudadanos –electores, en suma– se nos pone una cara de tonto para enmarcar. Nos tropezamos en el rebaño (si se usa ya para el asunto de las vacunas, ¿por qué no puedo yo extrapolar el vocablo?) con situaciones esperpénticas (si Valle Inclán levantara a cabeza) como la de una ratita presumida llamando vanidoso a un contrincante, que no pretendiente.

Si husmeas en el Portal de Transparencia del Parlamento de Canarias, comprobarás que el señor de la foto (aunque esté en blanco y negro –más adecuada para el presente comentario– me imagino que lo conocerás) figura en el grupo de los diputados con dedicación exclusiva. Y cuando yo ejercía de maestro de escuela –y a mucha honra– eso significaba que debías dedicarte, única y exclusivamente, a ese trabajo. ¿O es que exclusiva significa del tingo al tango? ¿Entran los cáncamos?

Pero Manolo es también, a día de hoy, alcalde de la muy noble Villa de Viera. ¿Cuánto tiempo le dedica a gestionar los asuntos de los realejeros? ¿Cobra, además, por la asistencia a las sesiones plenarias o de la Comisión de Gobierno? ¿Puede prestarse cualquier otra persona a estos cambalaches en otro puesto de trabajo, incluyendo la empresa privada de la que es acérrimo defensor el señor Domínguez?

Estas actitudes solo vienen a demostrar que en la variopinta casuística de parlamentos (ahora lo escribo con minúscula) solo se va –lo de currar es asunto diferente– unos días a la semana. En el Congreso de los Diputados o en el Senado, de martes a jueves. Fíjate cómo los lunes tienen reuniones de sus partidos y los viernes se hallan de tertulias en diversos medios de comunicación. ¿De qué se extrañan si escribo que están sudados los pobrecitos? Ya Radio Club sacó hace unos días una estadística acerca de la labor de sus señorías. Hay excepciones, por supuesto. Como en todo. Así que no te enfades conmigo, Manolo Marrero, porque tu entrega solo viene a confirmar la regla. Ya sabes que el que se pica, ajos come.

Claro que no es solo Domínguez el único saltaperico. También disfrutan de esa dedicación exclusiva: Patricia Hernández (PSOE), Casimiro Curbelo (ASG) y Nieves Lady Barreto (CC). ¿Se me escapa alguno? ¿Verdad que les conoces otro cargo? Y en Madrid, ni te cuento. Ahí están, verbigracia, Pedro Quevedo (NC) y Olivia Delgado (PSOE). Que sí, hombre (mujer), seguro que hay más, pero la pensión no me da para tanta investigación.

Lo curioso es que el artículo 73 de los Estatutos del Partido Socialista expresa que “los afiliados del PSOE no podrán desempeñar simultáneamente más de un cargo institucional de elección directa”. El quid de la cuestión debe estar en ese maldito adverbio acabado en mente. Porque a la par, lo que se dice al mismo tiempo, me da que no.

En tiempos de normalidad casi nada cambia. Ahora con la pandemia, menos. Para algunos, sobre todo dirigentes, bendita calamidad. El que sabe, sabe; y el que no…

sábado, 27 de marzo de 2021

18. Tercer resumen semanal

La sinvergonzonería / del Partido Popular / fue un asunto a comentar / en la agenda que tenía. / Una vez más se atrevía / el comandante Manolo / a pensar que fuera él solo / quien propuestas elevaba, / soslayando que mandaba / al carajo el protocolo

de la buena educación / –ya son varios los asuntos / con los que él se anota puntos– / pues se copia un mogollón. / Le gusta entrar en acción, / con foto mucho mejor, / creyendo ser promotor / de cuanto aquí se acomete; / por eso te pego siete, / o chico fuera, mejor.

El llamar centro-derecha / a la alianza con “voxianos”, / es como darse las manos / la pólvora con la mecha. / Se requiere mente estrecha / para tremendo explosivo, / pues será el PP cautivo / de un fascismo redomado, / mas ni por ello Casado / permutará a reflexivo.

De las ratas que abandonan / el barco cuando naufraga, / casi mejor que no haga / –por si no me lo perdonan / los que conmigo se enconan– / la espinela de rigor, / sino pedir, por favor, / que prestigien la política, / que tengan conciencia crítica, / sin que pierdan el honor.

Sudores parlamentarios / en el blog se me colaron, / y sentencias me dejaron / de sus debates plenarios. / Los diputados canarios / trabajan con gran coraje, / para buscar el encaje / de sus múltiples empleos / con  generosos paseos, / pues gratis les sale el viaje.

Después un expresidente / nos dijo cuatro verdades / sobre las capacidades / de fuerte montón de gente. / En un tono asaz valiente / espetó a los diputados, / que ya nacieron cansados, / que solo viven de gorra / con semejante vidorra / y emolumentos variados.

De viajes y de viejitos / hubo también aquí un hueco, / pues pretendí hacerme eco / de cultura y circuitos. / Se escribió de los detritos / que algunas ondas expelen / con lo mal que siempre huelen─; / por San Jerónimo fuimos / y en mil baches nos caímos, / pero a Paco no le duelen.

Que esto es un sinvivir, / mis estimados lectores, / porque obras son amores / y no el continuo decir. / Como no me quiero hundir / en el debate fulero, / grito alto al chapucero / que coja la brocha y pinte, / y que más veloz esprinte. / Saludos: el del sombrero.

viernes, 26 de marzo de 2021

17. Polígono de San Jerónimo

Está de pena, don Paco Linares. Sus calles yo no tienen cabida para un bache más. Tan grandes y traicioneros –a pesar de los remiendos– que en vez de llamarlos socavones, mejor sería denominarlos “socabrones”. Como te caigas dentro, debes llamar al 112 para que te saquen de allí. La vía principal (Molinos de Gofio) constituye el circuito perfecto para cualquier carrera de obstáculos. Cualquier rally sobre tierra causa menos molestias a los pilotos que atravesar esta calzada desde la que yo llamo Rotonda de Ambrosio –luego lo explico– hasta la salida por San Nicolás.

Allá por 2016 anunciaba el alcalde que la salida directa hacia la TF-5, vía subterránea a la altura de la concesionaria Opel, cuyo proyecto se hallaba redactado desde una década antes, era cuestión de un simple soplo. Se le ha debido acabar el aire. Y el dinero que debían aportar las empresas, ya se lo habrán gastado en gel hidroalcohólico. Lo mismo –no te extrañe lo más mínimo– culpamos del retraso al actual equipo de gobierno del Cabildo y mete en la saca de los olvidos a Carlos Alonso, Ricardo Melchior y otros compañeros de viaje en la guagua ática. Me imagino que a estas alturas de la película, a Paulino Rivero, que ahora viaja en Armas, este particular ya no le marea. Total, una mentira piadosa más no creo que le afecte sobremanera.

Cuando habilitaron, con la supresión de un ceda el paso y el pintado de una línea continua, por el costado del Naciente, me dije que el pretendido acceso directo antes mencionado iba a dormir el sueño de los justos para siempre jamás. Esperaré otros cinco o seis años y después te cuento. Y ya que me hallo por la Plaza Interpueblos (o algo así), donde se ubica la Mano de la Amistad, rogarles a las autoridades pertinentes que vigilen la vaca, y mucho más al ternero, porque la vegetación se la va a comer. Cuando debería ser al revés. ¿No sería mejor poner unas cabras?

La calle Carpintería, tramo desde la instalación de la ITV hasta la rotonda donde se coloca el (o la) que vende naranjas (así, con todo lujo de detalles, no sea que se me pierdan), el aparcamiento es sobre la acera. Todo petado, tú. Y el que camina, que se fastidie, por no escribir que se joda. Es casi normal, porque como los concesionarios automovilísticos –bastantes por los alrededores– utilizan los susodichos aparcamientos para exponer a los vehículos en venta (todos muy bien situados con su enorme cartel de ocasión u oferta en el techo), qué otra opción le queda al hipotético cliente. Y del agua usada para su limpieza, ya se “cría mujo” (así se mentaba años ha) en la aceras. Si te das un partigazo, allá tú por rebenque.

Los conos de tráfico, o de señalización, deben salir baratos. Hay empresas –una de plásticos se lleva la palma– que ponen su material en la calle y tú debes caminar por la calzada, no solo huyendo de los coches, sino con el peligro evidente de que desaparezcas en uno de los “socabrones” precitados. Es un sinvivir. De verdad.

No me he olvidado de la explicación. Cuando se inauguró el Centro Comercial Alcampo, fui con la Agrupación Folclórica de Higa a deleitar a la concurrencia con unas perras de música. Hubo palabras de Isaac Valencia (la condena por El Trompo vino más tarde) para cantar maravillas de todo el Polígono y de cómo se había acabado para el villero eso de “jociquiar” tierra. Vamos, que la agricultura ya estaba mal vista. Como los castañeros en la carretera a Las Cañadas. Tantos fueron los efluvios amorosos hacia el promotor Ambrosio Jiménez, que el Padre Antonio (q.e.p.d.), después del riego oportuno con el agua bendita, aprovechó la ocasión para pedir a ambos unas inyecciones económicas para su obra de Santa Rita. Y es que Ambrosio había declarado que el coste de la rotonda del poniente, con su fuente luminosa y resto de aditamentos varios, le había costado (de su bolsillo, recalcó) un millón de euros. Ya han pasado unos años, ¿no? ¿Tú has visto cómo está aquel adefesio? ¿Te has fijado en las tuberías? ¿Sigo o lloramos un fisquito?

El grupo de gobierno del consistorio villero no sabe ni contesta. Si alguna vez bajan a La Vera, deben venir por Las Arenas. Y luego regresan por La Montaña y La Luz. Pero tampoco atisbo demasiado entusiasmo fiscalizador en la oposición. O a lo peor son cosas mías por ir a caminar, por confianzudo.

jueves, 25 de marzo de 2021

16. Viajes del Imserso

Los viejitos sabemos que el Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales) es un buen invento. Y su programa anual de viajes, mucho más. En este parón, provocado por el virus traicionero, se ha notado que somos capaces de dar un meneo a la economía en aquellos lugares que nos reciben. Porque en torno a ellos se mueven diversos colectivos que nos esperan como agua de mayo. Imagínate que la pensión fuera más generosa. Y es que la inmensa mayoría ha pensado en gastarse los cuartos antes de estirar la pata, no sea que luego se provoque una guerra entre los herederos por un quítame allá veinte euros.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, ha declarado que ya se están redactando los pliegos para un nuevo contrato que, eso estima,  pueda dar lugar al reinicio de una nueva temporada en el próximo mes de septiembre. Digo yo que para ese entonces ya estemos todos vacunados y portando con donaire el documento que lo acredite.

Reyes Maroto indicó que la recuperación de estos viajes marcará un hito como lo fue la vacunación de Araceli. ¿Se acuerdan, no? Y no creo que vaya muy descaminada, porque los efectos negativos de la supresión siguen bien patentes. Aunque había quejas por lo barato que salía la estancia a pensión completa (el todo incluido queda feo a partir de ciertas edades en que las carencias saltan a la vista; ¿te quedó claro o debo explicarlo con todo lujo de detalles?), el bicho ha venido a demostrar que menos es nada. Y como decía mi suegra: barco parado no gana flete.

Ojalá todo se normalice y podamos volver a vivir sin tantos sobresaltos. Como los que parece haber tenido Rocío Carrasco con el tal Antonio David. Leo que ha contado la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Y me pregunto qué demonios hacía antes. ¿Se la tendría jurada? Y ahí lo dejo.

Como ya los mayores no servimos sino para quejarnos, se me ocurre si eso que llaman la España vaciada no podría subsanarse con la afluencia de inmigrantes. Porque el espectáculo actual de la gestión llevada a cabo no constituye un ejemplo a imitar. Y la muerte de esta pobre criatura (a pesar de las proclamas de drama humanitario, aldabonazo a la conciencia y otros eslóganes varios) me temo que pasará al recuerdo dentro de bien poco. Yo estoy dispuesto a renunciar al viaje que teóricamente me corresponde, si con ese dinero aporto un grano de arena para que estos infelices puedan iniciar una vida con otras perspectivas menos negras.

Y lo que relato seguidamente no guarda relación alguna con el asunto hoy referenciado, pero no me resisto a comentarlo. Estoy convencido de que tú también retratarás situaciones cercanas de indudable parecido. O peores.

El Tribunal Supremo ha ratificado la condena a un policía de Arrecife por atentar contra el honor del exsecretario del ayuntamiento de la capital conejera. El susodicho se dedicó durante un buen tiempo a ponerlo a caer de un burro con expresiones y dichos no recogidos en manual alguno de buena conducta. ¿Vas atando cabos? ¿Verdad que te vienen a la imaginación otros casos similares?

“El derecho a la libertad de expresión no es un derecho ilimitado que puede prevalecer, en este caso (según el TS), sobre el derecho al honor, ya que no comprende el derecho al insulto”. Y si el derecho al insulto no está amparado por precepto legal alguno, ¿cómo es posible que en ciertos cuartos de comunicación siga existiendo carta blanca para desmanes y tropelías? Por cierto, mis observadores me comunican que desde indeterminado cubículo se emiten consignas que abogan por la supresión de las televisiones públicas. Tranquilos, pondrán el freno de mano dentro de poco no sea que la demanda se extienda y se pueda ver salpicado algún puesto de trabajo. Mío y fijo, al decir del ‘funcionario’. ¿Encriptado yo? A ti te lo oigo.

A lo que iba, que casi me pierdo: mucho ánimo, jubilados, que en un suspiro nos vamos de garbeo. A Mallorca (foto) o a donde se tercie.

miércoles, 24 de marzo de 2021

15. Sudados

No me considero más listo que nadie. Ni mejor preparado. Pero más torpe, tampoco. Porque no me da la realísima gana. A este septuagenario, y a mucha honra, nadie le da lecciones de trabajo. Como en plena jubilación me tropiezo con días en que las horas no me dan para todo aquello que pretendo abarcar, me tiro con frecuencia de los cuatro pelos que han sobrevivido a champús y otros potingues. Pues no alcanzo a comprender cómo los pluriempleados políticos se engañan. Y nos engañan.

Estos cuatro de la composición fotográfica son solo un botón de muestra de un más amplio muestrario. Todos ellos parlamentarios en Teobaldo Power. Y, además, amén de sus responsabilidades orgánicas en las formaciones políticas a las que pertenecen, ocupan otro cargo institucional en cabildos o ayuntamientos. ¿Superdotados? Diría, más bien, aprovechados. Estaban allí en el momento oportuno, cayeron simpáticos, movieron sus fichas, disimularon carencias y se subieron a la guagua. Ahora, con la aquiescencia del resto de pasajeros, ni saben dónde queda el timbre ni han comprobado si el vehículo tiene puerta (de salida).

Estaba este pasado domingo leyendo un fisco de la prensa digital –para culturizarme– y entretenido en asimilar (me da que vano intento) la reorganización del centro-derecha que Pablo Casado ha emprendido con la inestimable colaboración de Vox y esperando que a Ciudadanos le desaparezcan las abundantes ronchas surgidas en los días pasados, cuando me tropiezo con dos entrevistas. Una a Gustavo Matos, presidente de la Cámara Autonómica, y la otra a Fernando Fernández, expresidente del Gobierno de Canarias.

A tenor de las respuestas del primero de ellos, colijo que nuestro Parlamento (caben todos en un Binter) constituye un modelo a imitar por el resto de autonomías. El trabajo del parlamentario canario es un dechado de virtudes. No me extraña lo más mínimo. La última vez que pasé por allí, observé que la calle estaba mojada. Ahora caigo en que se trataba del sudor de sus señorías.

Claro, cuando luego Juan Manuel García Ramos (contempla unos minutos de cualquier sesión y lo verás muy atento… a su móvil y pensando en el argumento de su próxima novela; tranquilo, Secundino, que los tiempos cambian) sostiene que todo el mundo escurre el bulto, pego unos patinazos impresionantes.

Me quedo, no obstante, con lo expresado por Fernando Fernández. Y me alegro de que alguien mucho más importante que este rebenque de la platanera, venga a ratificar algunas de las consideraciones que he expresado a través del tiempo en las diferentes plataformas a las que me he alongado con esto de la escritura.

Destaca el médico palmero la enorme falta de preparación de los cargos públicos, algo que no debe extrañar porque nunca han trabajado en nada. Se han dedicado a lo público toda su vida. Añade: ni uno, ni dos, ni tres; una inmensa mayoría.

¿Te acuerdas de mi planteamiento acerca de cargos de confianza, liberados y enchufados varios? Insiste Fernández: “Siendo presidente contaba con 4 asesores y un gabinete de prensa para todo el Ejecutivo”. Igualito que ahora. Y remata con respecto a los parlamentarios: “Trabajan 7 u 8 días al mes, los que más”.

Se nota que aquellos que ya no debemos nada ni nos debemos a nadie y, también,  fuimos cocineros antes que frailes (o algo así), hemos sido capaces de quitarnos la venda –o las orejeras– que nos impedía no solo ver en todas direcciones, sino, y es lo más importante, discernir, interpretar, valorar, calibrar…

No te dejes llevar, pues, por las apariencias y piensa que en todas las facetas de la vida no siempre el currito y echadito pa´lante es quien más vale. Todo lo contrario, seguramente es la manifestación –por aquello del disimulo– de un evidente complejo de inferioridad. Un pecado ajeno a las ideologías. En el supuesto caso de que estas no sean, asimismo, otro barniz.

martes, 23 de marzo de 2021

14. Ratas

Lo de Ciudadanos es algo más que transfuguismo. Yo lo llamaría, directamente, golfería, descomposición, diarrea mental, morralla, putrefacción o un mal olor que te cambas. O hampa, sin más. Porque los desertores –con variopintas explicaciones a la hora del desembarco; las ratas son las primeras a la hora del naufragio– nada distan de la definición que nos brinda el diccionario: conjunto de los maleantes, especialmente de los organizados en bandas y con normas de conducta particulares. Que es, y los últimos acontecimientos lo vienen a ratificar, aquello que acontece en esa formación política en estos momentos. Y no será la última. Como tampoco ha sido la primera.

Mientras, el Partido Popular, ese mismo que gobierna en la Villa de Viera, ha abierto sus puertas –García Egea, dixit– para acoger a… ¿Qué escribo? ¿Escindidos, ratas, cobardes, aprovechados, impostores, golfos, corruptos, arribistas, ande yo caliente, buena sombra le cobija, son todos iguales, sobresueldos, caja B…? Por supuesto que ni se sonrojan cuando le ponen una alcachofa en el hocico y se ponen a justificar… lo injustificable.

Mira que llevo tiempo defendiendo, a veces contra viento y marea, el buen hacer y la mejor disposición de la mayoría de quienes se dedican a la cosa pública. Pero me preocupa que aumenten las excepciones, los garbanzos negros. Esos que flaco favor hacen a la tan necesitada credibilidad. Y que ponen en tela de juicio demasiados principios.

Como, desgraciadamente, da la impresión de que estas deserciones no tienen visos de normalizarse, y dado que el acta del cargo elegido pertenece a la persona y no a la organización política que le sirvió de trampolín, cuídense muy mucho los partidos del exceso de escaladores. Permanezcan ojo avizor cuando pueda existir un atisbo de desconfianza. El ser miembro de cualquier colectivo supone el acatamiento de unas normas recogidas en los reglamentos pertinentes, en los estatutos. Y a esas directrices te debes. Pero como algunos se han empeñado en que la observancia de dichas reglas se puede romper fácilmente una vez alcanzado el puesto pretendido, cúrense en salud los patrocinadores con la rúbrica, ante notario, de un documento en el que se estipule la revocación en caso de flagrante incumplimiento. Y la justicia, en tal supuesto, mucho tendrá que afinar en sus dictámenes, porque ha sido el propio interesado el que ha estampado su firma para reconocer que no ha jugado limpio y que dimite ipso facto. Voy más allá aún. El modelo de escrito redactado con anterioridad a la inclusión del sujeto en la candidatura, debería dejar en blanco el motivo por el que en un futuro se le podría reclamar el acta. Te lo explico en palabras más sencillas: pa´ listo tú, listo yo. Y si la medida no le convence por su aparente dureza (primer paso para la suspicacia), por la misma puerta que voluntariamente entraste…

Como no soy adivino, ignoro el desenlace de esta triste película, del drama de Arrimadas. Que lo achaco a esa pretendida indefinición ideológica con los consiguientes zarandeos por barlovento y sotavento. Esa querencia de poder contentar a diestra y siniestra provoca achaques de complicadas terapias. Aconteceres de los que no anda muy alejado el PP con sus vaivenes ante el fenómeno de Vox. Mientras en el Congreso intenta escenificar alejamientos, en la Asamblea murciana promete el oro y el moro para el mantenimiento de feudos. Ese no querer aprender de errores ajenos, no hace muy creíbles los intentos de reunificación del denominado centro-derecha.

La escasez de militancia, de otra parte, conduce a que este fenómeno se reproduzca casi por generación espontánea. Porque se ven obligados a reclutar, a la prisa y corriendo, a personas, más o menos visibles para completar candidaturas. Y surgen como hongos, claro, los aprovechados. De ahí a lo otro, un paso apenas.

Y es que cuando el barco comienza a escorarse, ya las ratas (nada que ver con la novela de Delibes) ocupan los mejores puestos en los botes salvavidas. Cuánta pandemia, mon dieu.

lunes, 22 de marzo de 2021

13. Sinvergonzonería

Desfachatez o falta de vergüenza, menta el DRAE. Pues son tantas las ocasiones que el equipo de gobierno realejero realiza la jugada que luego mencionaré, que ya no cabe otro calificativo. Y lo mismo con sinvergüenzas me quedo corto. Porque una cosa es que Manuel Domínguez haya sabido aprovechar la debacle del resto de formaciones políticas en el pueblo para su mayoría absoluta y otra bien distinta el actuar de manera torticera en llevar adelante propuestas ajenas. Y las adopta como suyas sin ruborizarse lo más mínimo. Como si toda la cohorte de liberados fuera una panda de inútiles que ni siquiera son capaces de pensar, aunque sea cinco segundos, para dilucidar qué actuaciones se requieren en la Villa de Viera. Cada vez que realizan esta jugada, y van unas buenas cuantas, dan a demostrar lo improductivos, a la par que gravosos, que resultan a las arcas públicas. Se acuerdan de aquel “descándalo” que dijera Manolo Reyes en San Juan de la Rambla. Pues lo mismo.

Ahí tienen otro ejemplo en la foto. De visita, el pasado lunes día 15 (por cierto, tuve que ir de nuevo a San Juan de Dios y…) en La Montaña. Ignoro si luego fueron a desayunar a El Monasterio para comprobar, in situ, el funcionamiento del semáforo y el estado de las obras del muro. Así como, me imagino, aprovecharían la fuga parlamentaria para inspeccionar el desmonte de la nueva piscina municipal en La Gañanía y el trazado con sus correspondientes obstáculos en el hipódromo de la Cruz del Castaño. Creo que no les dio tiempo de pasar por La Gorvorana, por el Estadio Iván Ramallo y por los atascos de Los Barros. Lo habrán dejado para el siguiente lunes, junto al ensanche y red de aguas pluviales en Los Cuartos. Son cuestiones que el concejal de la Unidad de Proyectos y Obras, amén de la zona de La Montaña, tiene bien anotadas en su agenda. El único problema –una nimiedad– es que no sabe bien dónde la guardó. Pero está en ello.

Van a rehabilitar esa casa donde posan sus ilustrísimas a través de un programa de empleabilidad (conjunto de aptitudes y actitudes que permiten a una persona conseguir y conservar un empleo; por lo tanto, entiendo que muy mal empleada –sinónimo de usada– la palabra en cuestión) financiado por el Fondo Social Europeo, que aportará, a través del Servicio Canario de Empleo, 308.660,99 euros. El ayuntamiento participará con 17.936,01 euros. Quién lo diría a tenor de los retratados.

Con ser grave esta costumbre de llevar a cabo presentaciones cuando la aportación municipal es tan ridícula que si acaso merecen es salir en una esquina, y de espaldas, en la foto de marras, lo verdaderamente preocupante –escandaloso, mejor– es que esta iniciativa fue presentada hace tres años en una sesión plenaria por el grupo socialista y el PP votó en contra. Y llevamos, como antes señalábamos, un buen puñado de ejemplos de tal índole. Claro, se han acostumbrado a vivir de gorra, al tiempo que a final de mes no son capaces de compartir el ingreso en la cuenta bancaria –sería lo lógico– que el grado de cinismo y caradura ya alcanza una altura que excede las lindes de la decencia.

Dice Manuel Domínguez en la nota de prensa que se aprovechará la construcción de carácter patrimonial para darle uso público, “una oportunidad que aprovecharemos con este programa específico de empleabilidad (de nuevo la palabreja) , que estará centrado en la mejora de edificios de titularidad municipal”. Ya está, no le den más vueltas, escépticos de tomo y lomo. La Gorvorana está al caer. Da una vuelta por sus alrededores y pon en duda, si te atreves, esa afirmación.

Transcribo, para concluir, este párrafo: “Por su parte, el concejal de zona, José Andrés Pérez, será el responsable de coordinar los trabajos a través de la Unidad de Proyectos y Obras del Ayuntamiento de Los Realejos, destacando la idoneidad de este inmueble para albergar distintos servicios públicos dada la accesibilidad de su entorno, que nos permitirá recuperar además un valor patrimonial en nuestro barrio, que adolecía de una reforma inminente para evitar su mayor deterioro”.

Aclaro que poner la palabra en negrita es cosa mía. La mayoría de personas la usan en lugar de carecía. Craso error. Pero me voy una vez más al diccionario –te adjunto la captura– y llevo rato dándole vueltas al magín. Tendré que buscar a Fillo para que me lo aclare, porque sigo espeso. Él lo deberá tener anotado en su agenda. Siempre que la encuentre, por supuesto. Me ocurre lo mismo que cuando escucho a insignes periodistas decir “de motu propio” o “a grosso modo”. Ya sabes, el que no, pa´ maestro de escuela. Y no vuelvo a explicar lo de las preposiciones (aparte de proprio), porque no me da la realísima gana.

sábado, 20 de marzo de 2021

12. Segundo resumen semanal

Se fue de garbeo a Oriente / el Papa sin mascarilla, / porque allí si el virus pilla, / él es hombre resiliente. / Lo malo es que ve la gente / los chungos comportamientos, / y luego brotan a cientos / los contagios por doquier, / porque ahora es menester / predicar con los ejemplos.

Qué espectáculo, señores, / el vivido esta semana, / donde cada cual se afana / en causarnos más dolores. / Porque obras son amores, / se habrán dicho los políticos, / y en estos momentos críticos / olvidaron sus deberes, / y tú allá por donde fueres, / echas en falta analíticos.

Las colas también tuvieron / cabida en mis comentarios, / pues me tocó sufrir varios / que más paciente me hicieron. / En el saco se metieron / futbolistas de postín, / algún político afín, / más tránsfugas señalados, / que luego todos mezclados / provocaron el festín.

Del principio asambleario / de los chicos de Podemos / hace tiempo que no vemos / ni un mínimo comentario. / Ya les debe dar mal fario / aquello que pregonaron, / porque pronto abandonaron, / cuando tocaron poder / lo que pudiera escocer: / ¡qué fácil se arregostaron!

De Ayuso no escribiré, / me tiene descolocado, / y yo con el pie cambiado, / un flaco favor me haré. Mas, no obstante, sí diré / que de Trump es seguidora, / y, por tanto, la señora, / fiel a sus doctos consejos, / plasma en Madrid los reflejos / de aquel a quien tanto añora.

Dos semanas llevo ya / en esta nueva andadura, / y si me vale de cura, / el asunto en marcha está. / En el blog usted verá / el comentario sincero, / por lo tanto, aquí te espero, / a excepción de los domingos, / sin favores ni distingos. / Saludos: el del sombrero.

viernes, 19 de marzo de 2021

11. De picoteo

Me pareció mejor engañarte un fisco con la foto que ilustra este comentario, antes que ponerte una de Pablo Iglesias. O de Ayuso. Por aquello de que las comparaciones son odiosas. Y es que el picoteo de hoy vendría a ser un poco de aquí y otro de allá.

Según el DRAE, picotear tiene dos acepciones coloquiales del tenor literal siguiente: a) Hablar mucho de cosas inútiles o insustanciales y b) Ocuparse de varias cosas distintas de manera sucesiva y sin profundizar en ninguna de ellas.

Picoteemos, pues:

Algo falla, a mi modesto modo de entender los intríngulis del mundo actual, cuando una mujer debe desnudarse para protestar o recomendar lo que sea. La última que vislumbré en traje de Eva, portaba un cartel en el que podía leerse que sin cultura no hay futuro. Verdad como un templo, por supuesto, pero no creo sea necesario mostrarse de tal guisa. ¿Se gana credibilidad con ello?

Voy al DRAE nuevamente, por culpa de Ciudadanos, y me dirijo en busca de tránsfuga: a) Persona que pasa de una ideología o colectividad a otra. b) Persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato. Con lo de ideología no estoy de acuerdo. Porque siempre el que se va alega en su descargo que él no ha cambiado, sino todos los demás, a saber, los que se quedan. Y son tantos los cambios a lo largo de la trayectoria de cualquier político, que me atrevería a manifestar que más del 90% lo son (tránsfugas). ¿Solo en Cs? Me da que no. Hasta en mi pueblo, tú.

Al partido de Rivera, y luego de Arrimadas (la pobre se nos va a quemar), le ocurre lo que a todos los que se empeñan en centrarse (temen el que se les catalogue de izquierdas o derechas). Acaban en desbandada. Su pensamiento consiste en no tener ideología, en no decantarse y al final le pueden las tentaciones de un lado y del otro. Remóntense a la UCD, sigan por el CDS. Qué decir del experimento de Roca. O el de Rosa Díez. Tranquilos, no obstante, que sigue habiendo acomodo. En Canarias, por ejemplo, las puertas de Román o Casimiro siguen abiertas de par en par.

Todo este maremágnum me recuerda lo de Las Inviernas, un pequeño pueblo de Guadalajara donde solo se eligen tres concejales. Y en las últimas elecciones el PP obtuvo 2 y el PSOE, 1 (concejala). Pues esta última es la actual alcaldesa, porque uno de los concejales populares votó por ella. Razón: era –y es– su marido, quien decidió romper la disciplina de partido no solo por razones domésticas fácilmente comprensibles (lo de dormir en el sofá es plato de mal gusto), sino porque entendió que al ser socialista el gobierno autonómico podría existir mayor colaboración y ayudas económicas. ¿Política de conveniencia? Puede, pero no muy diferente a la observada en otros lugares.

Me habían dicho que Podemos era una organización política diferente. Que llegaron al escenario para atacar ferozmente las malas praxis de los otros. Que eran asamblearios, por lo que las decisiones eran adoptadas por las bases. Hasta que llegó Pablo Iglesias y se mudó al chalé. Y contrató a una doncella. Y puso de ministra a su pareja. Y ahora se autoproclama candidato al gobierno de la Comunidad de Madrid. Pero lo deja todo atado y bien atado. Porque designa a Yolanda Díaz como sucesora en la vicepresidencia que abandona. Y a Ione Belarra para que asuma las competencias que tenía él atribuidas. Muy democrático el proceder unipersonal. Y en otra prueba de su generosidad infinita le va a proponer a Errejón (Más Madrid) que vayan juntos en una única candidatura. Pelillos a la mar, Íñigo. Aunque tú tengas actualmente 20 diputados y yo solo 7, si vamos unidos es probable que ya no sufra otro descalabro y tal y cual. ¿Y por qué no, añade un servidor, no puede el pretendido Íñigo coaligarse con Gabilondo? Y las bases, me imagino, estarán aplaudiendo con las orejas por el acto heroico. No, todos no son iguales; algunos son peores. Porque cuando se llega con la vitola (traza o facha de una persona) de la honradez y el cambio y te tropiezas con más de lo mismo, toca cuestionarse demasiados fundamentos. Pero no solo los que vemos la película desde fuera, sino que en Izquierda Unida quedan muchos haciendo cruces, a pesar de su ateísmo convicto y confeso.

jueves, 18 de marzo de 2021

10. Y sin mascarilla

Se fue el Papa Francisco a Irak (o Iraq), a la antigua Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, la denominada cuna de la civilización y lugar del nacimiento de la escritura, con capital en Bagdad, y en varias de sus comparecencias televisivas lo vislumbro sin mascarilla. ¿Pero como un señor mayor que yo se puede permitir esos deslices? ¿Dónde estaban sus asesores? Seguro que tú también te diste cuenta. Lo que pasa es que debo ser el único que se atreve a ponerlo sobre el tapete. Espero que no silencien, en caso de producirse, el contagio de quien rige el Vaticano. Más que nada por comprobar si el virus hace excepciones cuasi divinas. Porque en lo que respecta al resto de terrenales, no entiende de edades ni otros condicionantes. Ataca sin piedad y ni pregunta siquiera si el afectado tiene algo que declarar. Y llevamos más de un año.

Me cae simpático Francisco y algunas de sus afirmaciones me han parecido pertinentes. Lo que no significa que esos supuestos rasgos de aperturismo me hayan provocado oleadas de fervor incontenido. Porque ya se sabe que del dicho al hecho va muy fuerte trecho. Y a estas alturas de la vida no creo hallarme en condiciones para la reconversión. Pero volvamos al quid de la cuestión.

No sé qué opinarás tú, pero cada vez que lo columbro por la tele se me antoja verlo decaído, cansado. Y lo mismo él también se ha percatado, lanzándose a tumba abierta ante el peligro. Si yo salgo a caminar  por la mañana y voy huyendo del que viene en sentido contrario, me asombró que el Papa cometiera tantos deslices en este último viaje pontifical. Lo mismo se está probando y tentando a la suerte. Pues no parecería lógico, en el hipotético caso de que esté pensando en dejarlo, que llegásemos a tener un trío en el Vaticano. En España somos conscientes de los problemas que suelen causar los eméritos. Y ahí lo dejo, que doctores tienen las iglesias. Sí, las tres monoteístas que confluyen en el lugar visitado. Cosas de Abraham.

Al igual que ocurrió con Francisco, ya lo esbocé antes, son demasiados los que me tropiezo cada día cuando salgo en busca de la aventura de los diez mil pasos. Maldito móvil. Y como no hemos establecido direcciones obligatorias en los circuitos del colesterol, los tropiezos y desvíos son frecuentes. Se me ocurre, por ejemplo, que en la autovía (desde El Castillo hasta La Vera), deberíamos caminar en sentido contrario al que llevan los automóviles. Los que vayamos hacia el Naciente, por la parte de abajo, costado Norte. Por la izquierda, para ver a los motorizados de frente. Así tendríamos unos metros a lo ancho para separarnos cuando te percates de que viene un ciclista o uno que va con más prisa que tú. Que suelen ser los que no llevan mascarilla. Amén del listo de la película que la porta para guardarse la barbilla y se la sube cuando está a dos metros de ti. Y siempre que lo mires con malos ojos, que si no, ni caso. En el otro sentido, obviamente, por el costado Sur, que no hay peligro, porque el Parque de la Higuerita está cerrado.

Yo sigo asustado y como no me llaman para la vacuna, vivo sin vivir en mí. No, teresiano no estoy, pero medio acojonado, sí. Y los números del incremento diario no invitan al jolgorio, precisamente. Máxime cuando el asunto de las vacunas camina por la senda de la turbidez. Ni siquiera ante un drama de tal calibre, las multinacionales dejan de pensar en el negocio. Y las ventas al mejor postor siguen marcando la pauta. Todo se solucionaría si esas multimillonarias ayudas que se barajan viniesen directamente a nuestros bolsillos. Así podríamos ir tranquilamente a inyectarnos en esos países que no sufren carencias en el suministro. Como preclaras figuras del deporte, personajes del celuloide, infantas y otros ganados de buena hechura.

Bueno, Francisco, cuídese usted, que no estamos para cónclaves ni fumatas blancas por aquello de las distancias. Y déjese de viajar, pues nos corroe la envidia a los que debemos quedarnos en casa. No me haga recordar los bintazos, lanzados al mercado cuando hay cierres perimetrales. Qué don de la oportunidad.

miércoles, 17 de marzo de 2021

9. Según el cristal

Ya lo dijo Campoamor: Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira, / todo es según el color / del cristal con que se mira. Las ópticas, pues, son múltiples y variadas. Cada cual ve la película como mejor crea conveniente. La realidad podrá ser una, pero las interpretaciones de la misma cambian en función de intereses. Personales, la mayoría de las veces.

Viene lo anterior a cuento del partido que el Barça jugó en París en su visita (la vuelta, que se dice) al PSG. Porque, parece ser, aquí, mejor, en Cataluña (iba a escribir territorio patrio, pero me contuve por si acaso eche a perder las negociaciones para la formación del futuro Govern) un tal Kylian Mbappé metió la pata donde no debía. Y me han dicho que por tres veces.

Leo y escucho que no pudo ser, que la remontada no fue posible por culpa del portero del equipo francés. Fue tal el atrevimiento del señor Keylor Navas que incluso paró un penalti al todopoderoso Lionel Andrés Messi Cuccittini. Y eso, al decir de los sesudos analistas, no se hace. El exmadridista se pasó en su presunta animadversión a los culés. Tenía que haberse tirado hacia el otro lado y dejar que el Barça marcara el segundo para afrontar la segunda parte con mayores garantías de éxito.

Se pregunta este rebenque de la platanera si los equipos de fútbol no fichan a los cancerberos para tal cometido, a saber, armar, con la inestimable ayuda de sus defensas, un parapeto por el que el balón no se cuele. De hacer lo contrario, quiero imaginarme que el futuro del susodicho deberá presentarse más negro que los sobacos de un grillo.

Es más, demos la vuelta a la tortilla y pensemos cuántas veces Ter Stegen no ha hecho exactamente lo mismo en abundantes partidos. No suelo aguantar sino unos minutos delante del televisor en las retransmisiones de este deporte. Pero he podido comprobar que el teutón se ha convertido en un auténtico muro ante los delanteros rivales y ha salvado al club catalán de cantadas derrotas. ¿O no?

Humildemente creo que todo este maremágnum se produce para tenernos entretenidos. Son tantos los programas deportivos y tantos los canales de ¿información? que los periodistas (si es que acaso lo son) pierden el tiempo en divagar cuanto más se pueda e irse, como suele manifestarse, por los cerros de Úbeda. Porque el deporte no es ajeno a la actual dinámica de la distracción, de la evasión. El examen profundo de la realidad exige esfuerzos. Y estos no están al alcance de todos. Ocurre exactamente igual que en la política. Es la eterna teoría de los vasos comunicantes.

Lo siento por Laporta, que no tuvo un estreno exitoso. Como le pasará a Florentino en un no muy largo plazo con algún que otro revés. Todo cambia, nada es eterno. En estos tiempos de pandemia, reconozcámoslo, han sido los colchoneros los que mejor se han adaptado a las circunstancias. Y los demás, a llorar a la plaza. Pero, tranquilos, las tornas cambian. Siempre ha sido así, no nos extrañemos.

¿Cómo? ¿Que esto no ha acabado aún? Pues yo pensaba que sí. Por supuesto, el que ríe el último y tal y cual. Pues nada, a seguir aguantando. ¿En junio? ¿Tan tarde? ¿Estaremos para ese entonces ya vacunados? Porque yo estoy preocupado. Paso de los setenta y no me han llamado. Y cuando veo a los futbolistas con besos y abrazos para celebrar un gol, me dan unos escalofríos de órdago. Por eso aplaudo a los Keylor, Ter, Oblak, Courtois y demás. Evitan contagios. Y no estamos para bromas.

Como mencioné el mes de junio, qué graciosa la propuesta de Podemos. Deja para ese mes de comienzos del verano la decisión de abandonar el Pacto de las Flores si el PSOE sigue empeñado en el nombramiento de Blas Acosta. Que rápido se adaptan los asamblearios a la nueva normalidad. ¿O al echadero? Son tantas las cosas que pueden pasar en tres meses que donde dije… Tranquilos que mientras Pita y Santana sigan ocupando onerosos cargos, y guardando las debidas distancias, pelillos a la mar. Aunque tengan razón en criticar la maniobra socialista. A la que procede aplicar lo de la mujer del César.

martes, 16 de marzo de 2021

8. Dar cera, pulir cera

Insisto en mi planteamiento: es necesario, además de urgente, el exigir un certificado de aptitud a todo el que se presente a ostentar un cargo público en el pertinente proceso electoral. Se habilitarán academias para tal menester y los cursos impartidos deberán ser, sin excepciones de ningún tipo, de carácter presencial. Que ya está bien de cachondeos con másteres y otras componendas varias.

Como la grey (que sí, jolines, que sus comportamientos son peores que los de cualquier rebaño al uso) no parece entrar en razones y los espectáculos se suceden a ritmo vertiginoso, debemos cambiar de táctica y dar inicio a un periodo de fregado bien a fondo. Y lo que demando para estos, qué decir de los enchufados como asesores.

Dar cera, pulir cera (en la película Karate Kid) fue parte de las enseñanzas del señor Miyagi al joven Daniel LaRusso. Y de eso se trata: dar lustre a la política. Porque ahora mismo se halla bajo mínimos, muy por debajo de los cero grados. Me atrevería a equiparar a tan egregios personajes con las vacunas para la Covid. Solo en la temperatura para su conservación, puesto que con respecto a la eficacia, ganan aquellas (las vacunas) por goleada.

Este quítate tú para ponerme yo, este intercambio de cromos, esta desvergüenza a la hora de gestionar lo que debería ser sagrado (lo público) y, en suma, esta manera torticera de ejercer un servicio a la comunidad (cuya ejemplaridad obliga desde el minuto uno), está alcanzando cotas de muy difícil retorno. Y parece importárseles un pimiento el que en la escala de valores figuren a la cola de todos los vagones. Se ríen en nuestras narices y parecen vivir solo para disfrutar de suculentos salarios, amén de otros privilegios que ya bien quisieran para sí el resto de mortales.

Cuando hace unos días comenté lo del examen de cultura general, y que hoy reitero, no hago referencia a la denominada titulitis, ni mucho menos. Porque, para algunos, ni la universidad pasó por ellos, ni, y a sus procederes me remito, diera la impresión de que los susodichos transitaran por aulas y facultades. Máxime cuando se continúan destapando tristes ejemplos de concesiones sin acreditación alguna.

El miércoles de la pasada semana fue día para enmarcar. Se alcanzó el paroxismo elevado a la enésima. Se dio a la sufrida ciudadanía, en plena crisis pandémica, el ejemplo más torticero de la política. En todas sus acepciones, que son unas buenas cuantas. Pero como estos sujetos viven su realidad, que en nada coincide con la nuestra, entienden que con su palabrería –cuando no demagogia– pueden soslayar el ineludible deber del servicio a la comunidad. Y se (auto)convencen de su buen hacer. Y nos lo venden como logros. Cinismo no, lo siguiente.

Si ustedes repasan la trayectoria de este juntaletras, podrán observar que desde siempre vengo defendiendo el buen hacer y la dignidad de un elevadísimo porcentaje de los que a la política se dedican. Porque la defino como un ejercicio desinteresado, durante un periodo determinado, hacia los demás. Pero hete aquí que con la arribada de los profesionales, de los que se eternizan en los cargos, se nos ha virado la tortilla hasta el punto de convertir en norma las excepciones. Con lo que la deriva se torna muy peligrosa. Tanto que temo deba cambiar aquella percepción original de la res pública. Y opté por la expresión latina –puede que con muy mala milk– por si alguno se ofende al creer que lo englobo en el ganado bovino. Ojalá se retrate. Y lo mismo se pone contento.

No, uno no puede estar satisfecho. Y el periodismo, en general, haría bien en no prestarse a chanchullos y remiendos. No dar tanta cobertura a circos y profundizar en el calado de las preguntas a esta panda de energúmenos. Si de verdad los que se alongan a la radio y televisión son verdaderos profesionales, bien harían en lanzar propuestas de calado y no abundar en lo superficial, en lo anecdótico. Echo en falta entrevistas que no se resuman en lucimientos de personajes tan vacíos como la billetera de un jubilado. Hagan, de una maldita vez, honor a tan digna profesión y no sean meros correveidiles del poder establecido. ¿O del mercado de valores? Den cera, que ya está bien de tanta vaselina.

lunes, 15 de marzo de 2021

7. Colas y PSOE

El pasado lunes (8 de marzo) tuve que ir a la Clínica (Hospital) San Juan de Dios para unas pruebas sin importancia digna de mención. Debía encontrarme allí (pienso que aquella zona se llamará Vistabella) a las nueve y media de la mañana. Salí de casa a las siete y media. Cuánto ignora esta persona mayor de tránsitos circulatorios a tan tempranas horas. Qué felicidad la de este jubilado que trabajó siempre en este Norte. Cómo aguanta el que un día tras otro debe sumergirse en el caos. No te cuento que estaba lloviendo y que hubo un percance a la altura del aeropuerto. Pero sí te digo que no cabemos. ¿Soluciones? No me pagan la pensión para ponerlas sobre la mesa, pero sí sé contar la cantidad de cargos públicos –con sus correspondientes asesores– que supuestamente figuran en la nómina de los privilegiados con la misión de hacer más llevadera la vida del resto del personal.

Llegué a las diez menos veinticinco. No perdimos –en realidad era yo el acompañante de mi mujer– el viaje ni las citas previstas. Pero te va entrando un calor corporal, que normalmente te sube de ciertas partes situadas más abajo de la cintura, que ni el agua de la lluvia fue capaz de sofocar el conato de incendio. Y era –fue– un solo día. No me quiero imaginar la situación multiplicada. No lo soportaría. Ya me hubiese quedado en el camino. Y no es un símil.

Como estoy acostumbrado, tras la jubilación, en ir, cuando se tercie, a puertos y aeropuertos los fines de semana –jamás un día laborable– creía que con dos horas era suficiente. Si le unimos a los atascos el hecho de que las carreteras de Tenerife son las que están en peores condiciones de toda Canarias, para llorar. Voy a La Gomera y compruebo que se acondicionan unas vías que por estos lares calificaríamos de más que aceptables aún. Pero como los votos de Casimiro permiten tales dispendios y es él quien dirige el cotarro, mientras allá se asfaltan dos y tres veces, aquí nos conformamos con lanzar imprecaciones, maldecir al político de turno y ahogar las penas con dos cervezas. Es decir, el cabreo se nos pasa en un santiamén.

Como mencioné eso de los enfados, estaba tranquilamente sentado y pensando seriamente en sublimes conceptos como libertad, justicia y democracia. Por desgracia, la tele permanecía encendida, por lo que pude escuchar que a Blas Acosta –hasta un rato antes presidente del Cabildo de Fuerteventura y luego aspirante a senador– lo habían recompensado con una Viceconsejería apenas, la de Economía. Quedaba así expedito el camino para que Santiago Pérez, reincorporado al PSOE, tras sus periplos y devaneos, se fuera para Madrid al echadero. A ese retiro dorado donde las –y los– viejas glorias se dedican a contar batallitas. Allí se encontrará con Clavijo y ambos hablarán de Abreu y del Padre Anchieta.

Cuánta vergüenza siento de este socialismo del conchabe. Qué imagen para una sociedad necesitada de valores, de ejemplos. Y son propuestas (al Parlamento) adoptadas por unanimidad en los órganos decisorios, cuyos miembros son los de siempre. Mientras, las agrupaciones locales permanecen cerradas a cal y canto porque la pandemia puede afectar a… la exigua militancia. De risa. Y lo malo es que aquellos que dicen situarse todavía más a la izquierda, caen, asimismo, en los tentáculos de la perdición y transitan, sin atascos significativos, por la senda del ande yo caliente.

Que sí, por supuesto, cualquier tiempo pasado fue peor. Y para mayor desgracia esta entrada bloguera de hoy no caerá bien, porque mi obligación es censurar deslices y devaneos de los dirigentes populares y cerrar los ojos ante… lo no requiere espejuelos. Pues va a ser que no. Y como van sobrados de todo, pásenle el recado a los cabezas pensantes para que me expulsen por díscolo. No los mando para el carajo porque me da un no sé qué, aunque tentadito estuve.

Menos mal que después me consolé leyendo este fragmento en Diario de Avisos y que hace referencia a unas reformas en el Jardín Botánico: “El costo de la actuación ascendió a 175.0000 euros que han sido financiados por la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias a través del Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA)”. Esa rara cantidad, desconocida por un servidor, viene a reflejar la situación actual del periodismo, de la política y de la madre del cordero.

A pesar de todo, sean felices.

sábado, 13 de marzo de 2021

6. Primer resumen semanal

De no parecerte mal, / el sábado escribiré / y un resumen brindaré / en formato “decimal”. / Si la cosa está fatal, / saquemos chispa a la vida / o tendremos la partida / ya perdida de antemano, / no siendo ejercicio sano / optar siempre por la huida.

El lunes ya comenzamos / con las nuevas boberías, / esperando que sonrías / con las cosas que contamos. / Pues si en serio  lo tomamos, / mal asunto, compañero; / en todo el relato entero / la ironía está presente, / recurso de inteligente, / según leí yo en febrero.

He bajado a Gordejuela / y a La Gomera viajé, / por La Montaña pasé / viendo el muro, ¡vaya tela! / En el estadio: una esquela, / porque el tartán es afrenta / que ni el ahorro solventa; / hipódromo en construcción… / este alcalde es un filón / a pesar de que se ausenta.

Hablamos de informativos, / de ruinas, televisión; / del emérito, un montón, / y lanzamos correctivos. / Recintos feriales vivos, / todos llenos de animales, / amén de aquellos percales / que en el pueblo se comentan / y que nunca bien les sientan / a preclaros concejales.

De Casimiro y Manolo / hubo reseña oportuna, / pues los dos relatan una / historia con la que molo. / Ni la flauta de Bartolo / entona la melodía / que recitan cada día / estos nobles ejemplares / y con los cuales topares / en su escaño, señoría.

Acabo pa´ no cansarte / y me despido hasta el lunes, / do volverán más runrunes / con mi sombrero y mi arte. / Es solo punto y aparte / pero más bien parecido / a mero punto y seguido; / mil gracias, fieles lectores / por sus gentiles favores… / y por esta voy servido.

viernes, 12 de marzo de 2021

5. Un mundo feliz

Un mundo feliz (Brave New World), del escritor británico Aldous Huxley, vio la luz en 1932. Llevada al cine, película de idéntico título, en 1980. La novela –último libro que acabo de leer– es una distopía que anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos humanos e hipnopedia (educación a través del sueño), manejo de las emociones por medio de drogas (soma) que, combinadas, cambian radicalmente la sociedad. Sigue Wikipedia contándonos:

“El mundo aquí descrito podría ser una utopía, aunque irónica y ambigua: la humanidad es ordenada en castas donde cada uno sabe y acepta su lugar en el engranaje social, saludable, avanzada tecnológicamente y libre sexualmente. La guerra y la pobreza han sido erradicadas, y todos son permanentemente felices. Sin embargo, la paradoja es que todas esas cosas se han alcanzado tras eliminar muchas otras: la familia, la diversidad cultural, el arte, el avance de la ciencia, la literatura, la religión, la filosofía y el amor”.

Casualidades o no, y cuando ya tenía decidido la nueva singladura con este blog en el que ahora lees estos párrafos, me tropiezo en las últimas páginas del libro que se deja mencionado con lo siguiente:

“Y, rápidamente, con una serie de ademanes rituales, desenrolló dos cables conectados a la batería que llevaba en torno a la cintura; los enchufó simultáneamente a ambos lados de un sombrero de aluminio; tocó un resorte de la cúspide del mismo y una antena se disparó al aire; tocó otro resorte al borde del ala, y, como un muñeco de muelles, saltó un pequeño micrófono que se quedó colgando y estremeciéndose a unos quince centímetros de su nariz; bajose hasta las orejas un par de auriculares, pulsó un botón situado en el lado izquierdo del sombrero, que produjo un débil zumbido, hizo girar otro botón a la derecha, y el zumbido fue interrumpido por una serie de silbidos y chasquidos estereoscópicos”.

No pude reprimir la sonrisa y me acordé de la décima que incluí en la entrada del pasado lunes, la primera de esta etapa recién estrenada, y que dio lugar a que este blog se mentara del tal guisa. Aunque, y para ser sinceros, iba a ser sombrerito, algo que a un cabezón no le pegaba ni con cola.

Aparte, pues, de la enorme escasez de sustancia gris que, según algunos (guion as), adolece –no es sinónimo de carece; tradúzcanlo por padezco– dentro de la oquedad en la que debería alojarse el cerebro, casualidades o no de la vida, viene a resultar que el apéndice o complemento–sombrero–, y en consonancia con las instrucciones, arriba enunciadas, del libro de marras, será elemento indispensable para estas andanzas escribidoras. Y como lleva incorporado tanto artilugio para la comunicación, siento echar por tierra las predicciones del dechado de virtudes que osó dudar de mis altísimas capacidades. ¿Entienden ahora el porqué no me lo quito ni para dormir? Aunque no viva en ese mundo feliz dibujado en la novela –ni falta que me hace; yo soy como uno de los personajes estelares del mismo, al que mentan, por cierto, el salvaje– uno se defiende en varias facetas. Pero es capaz de reconocer enormes carencias y penurias en otras.

Vivo feliz, desahogado, viajo cuando pueda (en las islas me muevo como pez en el agua) y aunque cargo con varias frustraciones –el caballo, la casa de La Gomera, militar en el PP, ser asesor de un alto cargo o director de Radio Realejos (me lo ofreció José Vicente) y otras inconfesables– transito por la etapa de jubilado sin mayores agobios. Como no sé hacer punto –y mira que mi mujer se ha empeñado– me desahogo escribiendo. Que es, por otra parte, necesidad vital (más que comer). Como me percato de que, además, tengo algún que otro seguidor, qué más puedo pedir. Y son felices, que diría una amiga.

Bueno, probaré, en esta recién estrenada etapa, el alongarme también los sábados con una especie de resumen condensado en unas cuantas espinelas. Por ver. Hasta mañana entonces.

jueves, 11 de marzo de 2021

4. ¿Y el hipódromo?

Estoy tremendamente disgustado. Llevo ahorrando desde que me jubilé y he logrado reunir una, al menos para mí, importante cantidad de dinero. A buen recaudo la tengo, pero me temo que deba cambiar de planes. Y me fastidia, porque uno es fiel a los proyectos que se ha trazado en la vida. Tener que pensar ahora en nuevos destinos, no es plato que pueda digerir fácilmente.

Desde que Manuel Domínguez incluyó en su programa electoral de 2011 –luego repitió la promesa en las dos elecciones locales posteriores– la construcción de un hipódromo, este humilde maestro de escuela se dedicó como un poseso a guardar cuanto euro viese descarriado. Pensaba que me costaría menos comprar un caballo que arreglar la vieja moto que tuvo mi padre (TF-13.137). Sí, carajo, estaba muy ilusionado con lucir mi porte garboso y conduciendo (¿valdrá el verbo para esto?) al equino por las calles pinas de mi Realejos norteño. Y volver a disfrutar de las romerías, ejercicio que abandoné cuando colgué el instrumento (musical).

Yo creo que ese estado de ánimo permanecía latente en mi fuero interno desde cuando acudí –allá por los ochenta del pasado siglo en compañía de Domingo G. Palmero– a una feria de ganado en la Cruz del Castaño. Eran –triste pasado– mis ocultos sueños de grandeza. Y si con la noticia que luego comentaré, debo deducir que mi alcalde relega la propuesta del hipódromo al sueño de los justos, declaro bajo juramento que semejante puñalada no se la perdonaré jamás. Que no cuente con mi voto incondicional. Ni con el de mi mujer. Y removeré cuanto menester fuere para intentar convencer a toda la familia que habita en este bello municipio. Eso no se le hace a nadie. Soy consciente de que deba estar pasando por un mal momento al no poder repartir sus efluvios cariñosos por el dichoso bicho. Viviré a partir de estos momentos con un ingente montón de sueños rotos y, probablemente, deba bajarme en la quinta estación. No, rencoroso no soy, pero me sigue doliendo. Como cuando te caías de chico y te raspabas como un conejo.

Hace unos días se anunciaba a bombo y platillo –como suele ser habitual– el proyecto del Espacio Ferial de ganado y otros usos polivalentes. En el salón de plenos se hallaba una nutrida representación del equipo de gobierno municipal. Y aunque la nota de prensa comienza, como siempre, con la entradilla de que es el ayuntamiento el promotor, un par de consideraciones:

Creo recordar –que me corrijan si yerro en la apreciación– que esta iniciativa no es del grupo popular. Pero debo entender que todos sus concejales liberados están tan preocupados por llegar a fin de mes con esos ridículos sueldos, y en medio de tanto máster, que deben apropiarse en noble lid de lo que dejen caer los otros concejales. Pero que en realidad no lo son, sino meros ceros a la izquierda. Y al acto de la presentación aludido me remito. Es, debe ser, el respeto institucional y el código de buen gobierno que el PP reclama allá donde no gobierne (o mande, mejor).

Eso sí, “hubo que adaptar el proyecto a la compleja topografía (importante desnivel), pero tendrá accesos que cumplan las normativas de accesibilidad”. Menos mal. Por eso puse las comillas. No me carguen con otro disgusto, que ya con renunciar al caballo tengo suficiente. Hasta me consolé al pensar que podría el Recinto Ferial de La Gañanía servirme de sustituto, pero luego me enteré de que allí solo suelen concentrarse gaviotas (o charranes).

Así que, me temo, no habrá hipódromo. Son los peligros de echarse aquello mayor que lo otro. Y, en lógica consecuencia, centraré mis esfuerzos en la Derbi 125. Qué remedio.

Y ya que estoy, aprovecho el discurrir del Barranco de Godínez (por estos lares no hay Pisuerga), para llamar la atención de mis escasos lectores en otra iniciativa de formación e inserción laboral de personas desempleadas, cuyos cursos se llevan a cabo en el Espacio Cultural Casa de la Parra. Según los entendidos no es tal, pero la aceptamos como animal de compañía. El ayuntamiento aporta para esta actividad la gigantesca cantidad de tres mil euros. Y el Cabildo –qué rácano– solo 305.287,40 euros. ¿Cómo? Lee la nota de prensa al respecto y llegarás a esta misma conclusión. Son las maneras torticeras de la ¿información? Como los siete millones no ejecutados de los presupuestos municipales y que al incorporarlos como remanente al ejercicio siguiente pasan a denominarse ahorros, lo que viene a demostrar la visión empresarial de la cosa pública y que pone de manifiesto cómo a una pésima gestión de nuestros impuestos se le da la vuelta para presentarlo como éxitos. Ver para creer.

miércoles, 10 de marzo de 2021

3. Informativos

Eso de que pasan los años y sigues igual, nada de nada. Y no es necesario recurrir al álbum fotográfico para percatarte de que los cambios no solo son fisonómicos. Después de que se inventó lo de la arruga es bella, esos aspectos externos pueden ser más llevaderos. El verdadero problema, a mi modo de ver el particular, es cuando se inicia la etapa de las manías. Creo, sinceramente, que me encuentro sumergido en dicha vorágine. Porque me siento un fisco al oscurecer delante de la tele –como si no tuviese bastante con la ración diaria de información en cuanto periódico digital se ponga a mi alcance; la pensión no me da para ir al quiosco– y al rato ya estoy subiéndome por las paredes (sentido metafórico, claro). Vaya de errores en la rotulación.

Si TVE anda presumiendo de nueva imagen en sus informativos (a un  servidor le marea) con novedades en la decoración, sintonía, cabecera y rotulación, considerándola una revolución tecnológica de primer orden, me da que el equipo humano encargado de dirigir la puesta en escena no está a la altura. Los errores se multiplican. Por lo que a ese espacio diáfano –así lo denominan– le ha salido más de una sombra.

Se unen a los fallos –incluso ortográficos– de los rótulos, el trastoque de imágenes. La ilustración gráfica de la noticia en la que se daba cuenta de la vacunación (con la rusa, para más inri) de Cristina y Elena, hermanas de Felipe, en Abu Dabi, residencia actual del que hasta estos momentos en que redacto estas líneas  sigue siendo emérito –qué más hace falta para quitarle los inmerecidos honores y mandarlo a freír chuchangas– nos mostraba a las dos sonrientes hijas del otro rey (Leonor y Sofía), que no siendo, tampoco, santo de mi devoción, debe estar pasándolo muy mal con esa familia revoltosa y trafullera que le ha salido. Mucho trabajo tiene por delante para digerir ese amargo plato en el que los garbanzos negros abundan. Qué fructífera les salió a las susodichas la visita a El Golfo. Pérsico, of course.

Pero si ustedes quieren pasar ratos divertidos no es menester que salgan de esta comunidad autónoma. Quédense con la televisión canaria. Se comen letras, trastocan o suprimen tildes, ilustran una información de la pandemia con la misma enfermera recorriendo el pasillo del hospital unas diez mil veces. Tanto es así que yo calculo que la pobre ha debido hacer en este último año una docena de maratones; como mínimo. Tienen un corresponsal en Madrid que un día es Jónatan, al siguiente Jonatan, pero, por si fuera poco, también ha aparecido como Jonatán. En fin. ¿Y qué quieres que haga? ¿Me encierro en una burbuja para aislarme?

Bueno, para amenizar el resto de la entrada de hoy, vayan otros trazos:

Nos dice José Luis Martínez-Almeida, alcalde madrileño, que la gente que conoce se extraña de que con su físico (debe medir 160 centímetros) no ligue más. Tranquilo, superhéroe, sigue sin usar casco que la maceta nunca te va a coger.

Canarias va a recibir tal cantidad de dinero en el presente ejercicio económico (ya Ángel Víctor dejó atrás todos los pronósticos de Paulino Rivero), que estoy en condiciones de jurar solemnemente –palabrita del niño (¿o viejo?) Jesús– que no va a existir posibilidad material de gastarse tanto euro. Espero y deseo que cuando estén a punto de cerrar el presupuesto, nos repartan el sobrante entre los que habitamos estas peñas. No sea como cierto alcalde que lo llama ahorro.

Se van conociendo los gastos de los carnavales virtuales. ¿Qué pienso? Una inmoralidad –o un descándalo, que dijo cierto alcalde– con la que estamos pasando. Solo para lucimiento, y quizás justificación de un inmerecido sueldo, de los concejales de fiestas.

Dejo para otro día (o quizás me olvide adrede para que no me salgan ronchas) la designación de senador autonómico, cuota del PSOE, porque me da que la chapuza (lo de Blas Acosta, para enmarcar), cuando no tomadura de pelo a militantes de pro (qué regreso más fructífero, Santiago Pérez), es de bochorno total (y yo pensaba, qué iluso, que en ese partido no ocurrían tales componendas) . Y de cómo trincaron a uno que se saltó el confinamiento en cierto lugar valenciano, debido a que su perro fue a hacer sus necesidades en el pueblo vecino y no las recogió. Amén de los mecanismos de dureza que piensan arbitrar para Semana Santa. Como me flagelen otra vez…