martes, 22 de junio de 2021

83. Accidente desgraciado

No era exclusividad de una sola cabecera el detallar los accidentes de tráfico hasta límites insospechados. Porque en Gaceta de Tenerife (diario católico, órgano de las derechas) del miércoles 22 de junio de 1921 (justo hace hoy un siglo), año X, número 8448, y en su página 2, nos tropezamos con un titular con grandes caracteres: Un automóvil atropella a una niña. Y no me resistí, claro, a transcribirla. Eres libre de pensar: Lo que es no tener nada por hacer. Pero como mi hermano es perito en ese sector, al menos lo entretengo.

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En la calle de Viera y Clavijo, esquina a la de San Roque, un automóvil atropelló ayer a una niña. -Como ocurrió la desgracia. -Las heridas de la atropellada. -¡Un poco mas de cuidado, señores “chauffeurs”!

El automóvil causante de la desgracia

Ayer, a eso de las cuatro y media de la tarde, bajaba por la calle de Viera y Clavijo un automóvil, guiado por un tal Francisco, mecánico de oficio, que tiene establecido su taller en la calle de la Marina.

El automóvil, que había sido reparado por dicho mecánico, se hallaba en prueba y por esta causa lo guiaba el referido mecánico y no el “chauffeur”, que también iba en el citado vehículo.

El atropello

Al llegar aquel a la esquina de la calle de San Roque, la niña María Purriños, de 3 años de edad, atravesaba la calle, siendo atropellada por el citado vehículo. 

La niña atropellada por el automóvil es hija de nuestro amigo el conocido industrial don José Purriños, propietario de la confitería La Corona.

Versiones de lo ocurrido

Sobre la forma en que se desarrolló el accidente circularon varias versiones, pero la que se relata como más ajustada a lo sucedido es la de que el automóvil bajaba por la calle de Viera y Clavijo y que al llegar a la esquina de la de San Roque, la niña, que no había visto el automóvil, atravesó la calle, siendo atropellada, a pesar de las maniobras que en el mismo momento hizo el conductor para evitar la lamentable desgracia.

A la Casa de Socorro

Después de ocurrido el accidente, la niña María Purriños fue conducida a la Casa Municipal de Socorro, donde fue asistida por el médico de guardia don Heriberto Arroyo, auxiliado del practicante Sr. Barroso Villarreal.

Por el citado facultativo se le apreció la fractura de ambas diáfisis femorales, equimosis en ambas piernas y una pequeña herida incisa en el ángulo externo del ojo derecho.

Experimentando mejoría

Después de practicada la primera cura en la Casa de Socorro, fué trasladada a la clínica del joven doctor don Ángel Capote Rodríguez, donde parece que la pequeña niña ha experimentado alguna mejoría.

Vivamente lamentamos el accidente, deseando a la niña una pronta y total curación.

Lamentable frecuencia de estos accidentes

Son ya bastante repetidos los accidentes automovilistas que con fatales consecuencias en esta capital se han registrado y es necesario que por los conductores de dichos vehículos se guarde más cuidado, sobre todo cuando se aproximan a las esquinas, donde nada tiene de extraño que se encuentren pequeñas criaturas, como la atropellada ayer, que por su poca experiencia atraviesan con natural frecuencia las esquinas de las calles.

Si por parte de los conductores se pusiera todo el mayor cuidado posible, seguramente no hubiéramos presenciado las desgracias de esta índole que en esta capital han ocurrido.

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Mañana más. ¿Accidentes? Ya se verá. Como se acaban las clases y comienzo las vacaciones, lo mismo me voy a la playa de Los Roques para comprobar si ya arreglaron aquellos contornos.

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