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En la calle de Viera y Clavijo, esquina a la de San Roque,
un automóvil atropelló ayer a una niña. -Como ocurrió la desgracia. -Las
heridas de la atropellada. -¡Un poco mas de cuidado, señores “chauffeurs”!
El automóvil causante
de la desgracia
Ayer, a eso de las cuatro y media de la tarde, bajaba por la
calle de Viera y Clavijo un automóvil, guiado por un tal Francisco, mecánico de
oficio, que tiene establecido su taller en la calle de la Marina.
El automóvil, que había sido reparado por dicho mecánico, se
hallaba en prueba y por esta causa lo guiaba el referido mecánico y no el
“chauffeur”, que también iba en el citado vehículo.
El atropello
Al llegar aquel a la esquina de la calle de San Roque, la
niña María Purriños, de 3 años de edad, atravesaba la calle, siendo atropellada
por el citado vehículo.
La niña atropellada por el automóvil es hija de nuestro
amigo el conocido industrial don José Purriños, propietario de la confitería La
Corona.
Versiones de lo
ocurrido
Sobre la forma en que se desarrolló el accidente circularon
varias versiones, pero la que se relata como más ajustada a lo sucedido es la
de que el automóvil bajaba por la calle de Viera y Clavijo y que al llegar a la
esquina de la de San Roque, la niña, que no había visto el automóvil, atravesó
la calle, siendo atropellada, a pesar de las maniobras que en el mismo momento
hizo el conductor para evitar la lamentable desgracia.
A la Casa de Socorro
Después de ocurrido el accidente, la niña María Purriños fue
conducida a la Casa Municipal de Socorro, donde fue asistida por el médico de
guardia don Heriberto Arroyo, auxiliado del practicante Sr. Barroso Villarreal.
Por el citado facultativo se le apreció la fractura de ambas
diáfisis femorales, equimosis en ambas piernas y una pequeña herida incisa en
el ángulo externo del ojo derecho.
Experimentando
mejoría
Después de practicada la primera cura en la Casa de Socorro,
fué trasladada a la clínica del joven doctor don Ángel Capote Rodríguez, donde
parece que la pequeña niña ha experimentado alguna mejoría.
Vivamente lamentamos el accidente, deseando a la niña una
pronta y total curación.
Lamentable frecuencia
de estos accidentes
Son ya bastante repetidos los accidentes automovilistas que
con fatales consecuencias en esta capital se han registrado y es necesario que
por los conductores de dichos vehículos se guarde más cuidado, sobre todo
cuando se aproximan a las esquinas, donde nada tiene de extraño que se
encuentren pequeñas criaturas, como la atropellada ayer, que por su poca
experiencia atraviesan con natural frecuencia las esquinas de las calles.
Si por parte de los conductores se pusiera todo el mayor
cuidado posible, seguramente no hubiéramos presenciado las desgracias de esta
índole que en esta capital han ocurrido.
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Mañana más. ¿Accidentes? Ya se verá. Como se acaban las
clases y comienzo las vacaciones, lo mismo me voy a la playa de Los Roques para
comprobar si ya arreglaron aquellos contornos.
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