jueves, 17 de junio de 2021

79. Ineptitud

Los Realejos se reivindica como el municipio más fiestero de España. Es titular de El Día. Con la foto de marras. Porque les gusta más un cartel que a un bobo una tiza. Con mis respetos al bobo. Y lo del titular, obvio. La falta de capacidad de la tropa popular realejera es ya de traca. Si tuviesen un mínimo de vergüenza se abstendrían de estas apariciones, porque solo vienen a demostrar que a la ausencia cuasi permanente del alcalde, se une un vacío existencial preocupante. Bien haría el grupo de gobierno en llevar a cabo una modificación de crédito presupuestario para detraer un buen pellizco de la generosa partida de publicidad y propaganda y destinarla a crear otra encaminada a la contratación de un equipo psicopedagógico que estudie en profundidad si las neuronas –de haber existido– continúan en su sitio o se han copiado la táctica del escaqueo.

Insatisfechos con sisarse cuanta propuesta sea presentada por los concejales de la oposición (eso sí, dejan transcurrir un tiempo prudencial por si alguien del pueblo se da cuenta), resulta que alcanza tal grado su torpeza, que deben aprovecharse  de aquellas iniciativas populares con las que pudieran obtener pingües beneficios, traducidos, claro, en réditos electorales. Y el concejal de fiestas se ha convertido en alumno aventajado de Domínguez. Me comentan que ya se le veían maneras en sus tiempos de instituto.

El pasado año, unos jóvenes realejeros crearon un grupo de trabajo denominado Islenium, a través del cual idearon diversos proyectos. La pandemia ha posibilitado el que se deba agudizar el ingenio para adaptarse a esta nueva realidad. Uno de ellos consistía en crear una marca personalizada por cada una de las fiestas que en nuestra geografía municipal se dan cita, “unas píldoras audiovisuales de las respectivas comisiones de fiestas”. Todo ello con la finalidad de promocionarlas y divulgarlas. En fin, una seña de identidad realejera abierta al mundo, aprovechando, por supuesto, el auge y desarrollo de las nuevas tecnologías.

Debió pensar el grupo popular que no solo el ayuntamiento les pertenece, sino que cualquier movimiento interesante que se produzca en esta Villa de Viera es, asimismo, de su exclusiva propiedad. Dado que sus múltiples liberados (quince, más la tira de adhesivos) no cobran por pensar sino por figurar (y a las sesiones de fotos me remito), bastante trabajo tienen con estar al acecho. Cada vez estoy más convencido de que los títulos alegados en los currículums respectivos debieron ser obtenidos en sendos cursos por correspondencia (hoy serían on-line), porque la presencialidad exige unos sacrificios que no atisbo ni en pintura. Y aunque existen genios sin estudios e idiotas con un doctorado, a tenor de lo que se observa, me da que en este Realejos norteño mucho está fallando. Yo creo que hasta la famosa Línea Verde les sirve como chuleta. O si no, ni se recatan en demandar el traslado de historias y anécdotas surgidas en los festejos a través de los tiempos. Lo dicho en anteriores ocasiones: trabajen ustedes y nosotros pasamos a fin de mes por la entidad bancaria. Ni un elefante con paperas, oiga.

Uno de los jóvenes aludidos, al comprobar cómo la idea era plagiada sin el más mínimo rubor y sin citar, según uso y costumbre, autoría, se lamentaba amargamente de la nula deferencia de quienes rigen los destinos del municipio. Al menos un gesto con la pertinente invitación para colaborar en la iniciativa.

Cuando ya me encuentro en la quinta tanda de los ‘ta’ (haz cálculos) y nada debo a reyes del mambo, si me percato de tropelías –como las que cometen estos copiones de tomo y lomo; vaya ejemplo para el común de los ciudadanos, aunque, afortunadamente (para ellos) están ciegos, sordos y mudos– no dejo pasar por alto la oportunidad para denunciar, bien alto y claro, lo caro que nos salen nuestros representantes. Y todo ese dineral (esas bastantes decenas de miles de euros) para comprobar la ineficacia de un nutrido grupo. Porque si demostraran que valen, que aportan, que ponen sobre la mesa iniciativas propias, te consolarías. Al menos como un mal menor. Pero cuando evidencias que las seseras dan menos que una vaca seca, haces cruces (los creyentes) cuando te pagan la pensión y comparas con los emolumentos de quienes esperan sentados que les llegue la inspiración… de otros. Es lo que hay. Y aún  existe un amplio grupo de ciudadanos que sostiene que los susodichos son de lo mejorcito que ha pasado por el ayuntamiento. Con lo que deduzco que en este pueblo hay un gravísimo problema de memoria. Debió irse de excursión con las neuronas concejiles.

Y a los del colectivo Islenium, paciencia, que no hay mal que cien años dure. Si este revés les ha servido para despertar, bienvenidos sean. Y tranquilos porque habrá más desengaños. Y desengañados.

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