“El éxito de la sociedad que recientemente se ha formado
para el fomento de la lucha canaria quedó patentizado el domingo consiguiendo
llevar numeroso público al Parque Recreativo a pesar de que el encuentro era
entre dos equipos de la misma sociedad.
Es decir, el verdadero éxito consistió en haber
proporcionado una tarde que no defraudó el entusiasmo de los aficionados y en
sostener durante el espectáculo todo el interés que se observa en una lucha
reñida.
El repórter, muchachillo nuevo en las lides de la
información y raso completamente a pesar de ser canario, en los conocimientos
de nuestro sport, busca el amparo de un viejo expectador a quien le brillan los
ojos, llenos de entusiasmo, se agita y sigue con el cuerpo las sacudidas de los
gladiadores y expresa con grandes exclamaciones, que son todo un curso de sport
canario, las distintas impresiones que le causan los garabatos y las
zancadillas, los desvíos y las levantadas, los encaderamientos y las contras.
Sobre este nuestro vecino, que según nos informan después
fué luchador que midió muchas veces el terrero con su cuerpo, pero hizo en más
ocasiones morder el polvo a sus contrarios, descolgamos la responsabilidad de
toda apreciación que se separe de la simple información que para eso el
repórter se basta y sobra.
Los azules empiezan afortunados, venciendo su representante
a dos contrarios (1ª y 2ª).
Sale Adrián por los blancos y gana los 3º y 4º encuentros, y
cae (5º) a manos de Mariano luchador de mucho poder que apunta a favor de su
partido dos luchas más (6ª y 7ª) y se retira sin ser vencido.
Le sustituye Leonardo que gana las luchas 8ª y 9ª.
Mal se presenta la tarde para los blancos; llevan nueve
luchas pérdidas contra las dos que ganó Adrianillo... y echan al coloso
Clemente para contener los ímpetus de Leonardo; este se retira cansado sin
decidirse el encuentro.
Un luchador blanco (nos dicen que se llama Juan Mesa) pone a
su partido para reanimarlo tras inyecciones de alcanfor derrotando a tres
adversarios (10, 11 y 12).
En la lucha 13ª se nos presenta Manuel Mora (El Indio); la
lucha es emocionante; arma lucha su contrario y se defiende heroicamente Manuel
quien logra ganar con un inexplicable traspiés que se premia con tempestad de
aplausos.
Eusebio García levanta entre sus tenazas de hierro a El
Indio, gana la lucha (14) y agarra, con Déniz.
El encuentro es de los que imponen silencio, apenas si se
mueven los dos adversarios y ellos solos sabrán la fuerza que están
desarrollando; al fin vence Déniz (15) que también tiene el honor de ganar a R.
Campos (16).
Clemente borra de la lista a Déniz (17).
José Delgado hace lo mismo con Carapiñón y Francisco
González (18 y 19).
Sale por los azules el luchador José Reyes, tan buen
luchador como noble y modesto, y gana tres luchas seguidas (20, 21 y 22).
En la siguiente (23) Clemente tira al Sopo y repite la
suerte venciendo a José Reyes (24).
Vuelve a salir Leonardo logrando este vencer a Clemente,
proclamándose así el triunfo de los azules.
Hubo después algunos desafíos de bastante interés aunque
deslucidos por algunas discusiones suscitadas en aquellos momentos en el
escenario.
Este fué el único lunar de la fiesta, que para otra ocasión
deba evitar con toda energía y rapidez la Junta Directiva de la Sociedad
Fomento de la lucha canaria”.
-------------
Como es complicado hallar fotografías con las que ilustrar
este repaso histórico que venimos llevando a cabo, habrá que recurrir a otros
auxilios más actuales. Y valga, como botón de muestra, este pequeño
reconocimiento a Domingo Donate, que, junto a otros amantes del vernáculo
deporte, hace de tripas corazón para sacar adelante ilusionantes proyectos en
pro de su fomento. Que el ánimo no decaiga.