martes, 24 de agosto de 2021

112. En peligro de muerte

A perdonar el titular de enganche. Pero la lectura de la crónica que publica Gaceta de Tenerife, el 10 de julio de 1916 (lunes), número 1781, año VII, en su página 2, y que hace referencia  a la habida de nuevo en la Plaza de Toros el día anterior, me hizo reflexionar acerca del uso de algunas expresiones en los comentarios deportivos que aún en la actualidad se estilan. Y que acaban consolidándose como latiguillos a modo de carta de presentación. Amén de una curiosa ‘orma’, achacable, me imagino, a los frecuentes errores tipográficos tan característicos de aquella época de los tipos de plomo, cuando las composiciones de las galeras constituía toda una odisea. Y un arte, por supuesto.

“No resultó la luchada de ayer todo lo que el público esperaba.

Los luchadores que más juego prometían estuvieron en su mayoría desgraciados y así vimos caer antes de tiempo al Indio, les Correas, Angelito, Rivero y el mismo Francisco Hernández. Del partido de la Laguna, además no se presentaron todos los anunciados en el programa, entre ellos Juan Capitán.

Por lo mismo y para quedar vencedor el partido de Santa Cruz no fué necesario que lucharan y no lucharon ni el Sopo, ni Mandarria, ni uno de los Patamochos y alguno otro de los que figuraba en lista.

Los encuentros fueron 25, ganados 14 por Santa Cruz y los 11 restantes por La Laguna.

El público bastante numeroso; y ya que corresponde con tanto gusto es de lamentar que en previsión de lo que la lucha resulte desanimada por la mala estrella de una partida, los organizadores nos concierten y anuncien de antemano tres o cuatro desafíos con lo que se garantiza ya el éxito del espectáculo.

En la primera lucha se presenta el Indio por Santa Cruz, siendo vencido.

La 2ª lucha queda a favor de esta Capital y en tercer lugar es vencido también Correa el chico.

Para vengarle sale Correa el grande, que vence a su adversario.

Agarran varias veces sin conseguir tirarse Correa el grande y Tomás Albertos, retirándose ambos lidiadores y saliendo en quinto encuentro Angelito que es derrotado; le sustituye Eustaquio Valencia que gana la sexta lucha y a continuación se efectúa la 7ª que constituyó un encuentro interesante. Hábil y forzudo Valencia no perdía ocasión para atacar a su contrario magnifico ejemplar de luchador; agarraron en tres ocasiones y al fin es vencida La Laguna. Sale otro Valencia si no estamos equivocados y vence en dos encuentros (8ª y 9ª).

La 10ª queda por Santa Cruz ganada con un traspiés limpio y de muy buen efecto, que es muy aplaudido.

La 11 la apunta la Laguna a su favor y tenemos en el terrero a José Delgado que empieza con ganas y con ellas y con mucho arte vence a cuatro adversarios en los encuentros 12, 13, 14 y 15.

Aparece después con la solemnidad y magestuosidad características Correa el grande, que tira a Delgado. ¡Era aquella mucha correa!

Las 17 y 18 luchas fueron dos decepciones, en ellas cayeron Correa y Emilio Rivero.

Una enorme levantada de Andrés Rosa da en tierra (lucha 19) con Manuel García; lucha después el vencedor con Ricardo Campos que es víctima de su acometividad, y por tercera vez consigue Rosa en el encuentro 21 vencer a un contrincante más y se retira.

Santa Cruz gana la lucha 22. Con los arreos de luchador se presenta el enorme Francisco Hernández cuya sola presentación ya predispone al adversario para ser vencido.

En efecto, en la lucha 23 vence a uno de los Patamochos. La lucha 24 es de gran emoción; Hernández ha encontrado en otro de los Patamochos la orma [sic] de su zapato. Dos veces consecutivas y aprovechando los ataques de Patamocho, pone a este en peligro de muerte; el triunfo se consideraba seguro para Hernández pero por desgracia para este y para el espectáculo que perdía ya el interés por falta de luchadores en el partido de la Laguna, el de la Caldera y el Patamocho se enlazan en un esfuerzo desesperado y titánico, y Patamocho queda triunfante nos parece que con gran sorpresa de él mismo.

En la lucha 25 el mismo Patamocho vence a otro luchador de la Laguna.

Se habían concertado dos desafíos. Angelito con el Indio; fué este vencido pero en las tres luchas lo de menos era quien ganaba; lo principal era saborear un juego limpio, noble, inteligente. Y terminó la luchada con otro desafío entre un luchador de Santa Cruz y Correa el chico quedando en tabla”.

-------------

Tendré que pasar por la Biblioteca de La Orotava, donde, me consta, existe una interesante colección de periódicos editados en este Norte y que se han ido digitalizando, afortunadamente, para intentar rescatar publicaciones relacionadas con el asunto que nos concierne, pero ceñidas al ámbito más cercano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario